Capítulo 4

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Catra no entendía la necesidad de Rogelio de ponerle garras a su disfraz, decidió retirarse de la enfermería y dejar de ver a Rogelio presumiendo su pequeño y rubio novio. En el baño se vio al espejo, su rostro lleno de rasguños cuidado, con ayuda de un algodón y alcohol, intentó desinfectar las cortadas, pero era algo doloroso, escuchó el picaporte de la puerta girarse, pero no pudo importarle menos hasta que una conocida voz la hizo perder la compostura.

–Que bien que te encuentro –La figura a medio entrar de Adora se reflejó en el espejo.

–Hey, Adora –respondió Catra nerviosa.

–Fui a la enfermería, pero no estabas, me alegra que no te hayas ido –Adora entró por completo, nerviosa tomó un rulo con sus dedos y empezó a jugar con el–, tengo algo que preguntarte.

Catra bajó el algodón y se dio la vuelta para ver a Adora directamente, y de esta forma Adora notó los rasguños que recorren la cara de Catra.

–No puedo creerlo –Adora se acercó con preocupación–, tenemos que tratar esas heridas.

Adora inmediatamente tomó el algodón y lo remojó con alcohol, lo llevó con cuidado a su rostro, con cuidado desinfectó las heridas, tenía miedo de sus propias manos temblorosas, pero todo resultó bien.

–Por cierto, venía a preguntarte si quieres ir a jugar baloncesto conmigo alguna vez, como líder del equipo necesito practicar y contigo podré mejorar mucho –Adora propuso con algo de miedo a ser rechazada.

–Claro, me encantaría –Catra respondió sin dudar.

–Bien, entonces nos vemos –Adora dijo, y despidiéndose con la mano salió del baño, dejando a Catra completamente sola.

Ninguna de las dos se podía con la emoción. Después de aquel pequeño encuentro, Catra salió del baño y rápidamente fue hasta los vestidores, donde se cambió de ropa y por culpa de Bow, tiene un croctop nuevo, pero se ve bien, así que anotó en su block de ideas del celular, "destrozar manualmente la parte de abajo de una camisa"

El partido fue cancelado por obvias razones, Catra y Rogelio quedaron sancionados, solo pueden ser pare del público —mientras que se cumpla la condición de tener algún acompañante que controle sus "instintos animales"–.

Catra dedico el resto de su día a confeccionar ropa y tomar apuntes en sus cuadernos, además de revisar sus redes sociales, refrescar su sitio web y contestar preguntas de sus clientes. La chica sin darse cuenta, ya eran las tres de la mañana y solo en ese momento cayó dormida sobre sus bocetos y patrones, babeando el lugar por completo.

Despertó por culpa uno de los inventos despertadores de Entrapta, rasgó accidentalmente un boceto, causando que ya empezara el día con mal humor, Entrapta le sirvió un desayuno que no se veía del todo comestible, una tostada parecía cartón, pero lo ignoró con tal de que saciara su hambre, lo planeado para el dia es ir con Scorpia a la cafetería, esperar a que termine de memorizar su libreto, y después acompañarla al teatro.

–¡Estoy lista! –Entrapta gritó como una niña pequeña desde la puerta.

–Ya voy, ya voy –Catra se colocó la capucha de su sudadera, la cual cubrió por completo su esponjoso y descuidado cabello.

Ese día no vería a Adora en todo el día, así que no se preocupó en lo más mínimo en su forma de vestir y no maquilló sus ojeras. Antes de irse Catra le dijo a su gata "adiós, tesoro", su peluda mascota solamente siguió jugando con sus juguetes.

Al llegar a la cafetería encontraron a Scorpia sentada en una mesa leyendo un guion, Catra se sentó en frente y Entrapta a su lado ojeando el libreto. Catra solo se apoyó sobre la mesa y empezó a cabecear, por poco y se golpea contra la mesa.

La chica que quiere - CatradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora