Capítulo 43

1.6K 283 268
                                    

Era como un sueño, sentían que estaban volando a pesar de tener los pies en el suelo, ninguna entendió como exactamente llegaron a estar así, pero Adora no estaba dispuesta a soltarla y Catra no quería que lo hiciera.

El recorrido por la sección de felinos terminó, Adora no tenía más razón de seguir sujetada a Catra cuando entraron a la sección marina, pero Catra no decía nada al respecto, incluso parecía prestar su brazo con gusto.

En la sección marina tenía una especial particularidad, era un espacio cerrado y tenía la capacidad de recrear climas, pasaron de ver criaturas de aguas tropicales, lugares más fríos donde nadaban peces y pingüinos.

Catra empezó a temblar un poco por la fría temperatura, Adora de inmediato soltó la sudadera que tenía amarrada a la cintura y la cubrió con esta.

–Espero que no te moleste, parecías tener frío –Adora rió tontamente.

Catra no podía creer que todo eso fuese verdad. Rápidamente se pellizco a sí misma, solo para confirmar que no era algo que estaba creando su mente, pero el dolor estaba ahí.

–Gracias, lo aprecio –Catra murmuró.

Ambas siguieron con su recorrido en un inquebrantable silencio, pero era extrañamente cómodo, se sentía bien tener la compañía de la otra. Más adelante encontraron una sorpresa, que no era ningún holograma, si no nada más que la pequeña Frosta.

–¿Frosta? –Adora preguntó con sorpresa.

La niña prodigio estaba acompañada por un par de guardaespaldas, pero estos no pudieron evitar que esta saliera corriendo hasta Adora mientras que abrazaba un peluche de pingüino.

–Adora, cuanto tiempo –Frosta sonrió, pero su sonrisa se borró por un momento al ver a Catra y sus mejillas enrojecieron levemente.

–No te vayas así señorita Frosta –uno de los guardias llegó.

–Manténgase detrás de mí, es la delincuente de la fiesta –el otro guardia se puso frente a ella.

–¿Delincuente? –Catra gruñó molesta.

–Sí es ella, la que se tomó todo el vino junto a su amiga y empezaron a tirar las mesas y espantar a los invitados –el primer guardia confirmó.

Catra golpeó su rostro con su mano de solo recordarlo, y enrojeció de la vergüenza cuando Adora intentaba no reír al recordarlo.

–No tiene sentido pelear por eso, mejor vámonos –Frosta arrastró consigo a los guardias y salió corriendo.

–Ya no tiene 10 años, que hace con niñeras con ella –Catra murmuró.

–Pobre Frosta, dentro de no muy poco va a cumplir su mayoría de edad y siguen tratándola como una niña –Adora comentó.

–¿En qué momento creció tanto esa enana? Siento que en cualquier momento me va a pasar, eso no me gusta –Catra refunfuñó.

Adora miró a Catra desde arriba y rio.

–¿De qué te estás riendo? –Catra arqueó la ceja.

–Nada... –Adora desvió la mirada y se le escaparon unas pequeñas risitas.

–Ven aquí y dímelo a la cara –Catra rodeó el cuello de Adora con sus manos y la hizo inclinarse.

Ambas empezaron a reír mientras que sus frentes se tocaban, poco a poco dejaron de reír y se quedaron viendo a los ojos, Adora tenia los labios entreabiertos y Catra no pudo quitarles la mirada.

Adora puso una mano en su mejilla acariciando sus pecas y lentamente fue cerrando los ojos, Catra dejándose llevar se fue acercando lentamente y todos sus nervios quedaban de lado al sentir su cálida respiración chocando en su rostro.

"Miau" Sonó el timbre de Catra.

Ambas se alejaron bruscamente, completamente rojas, Catra no sabía que hacer, solo salió corriendo lejos de ahí mientras que Adora retrocedió hasta apoyarse en una pared y no pensar en nada.

Catra alcanzó a ver de reojo el mensaje en su celular, era de Entrapta diciendo que iba a la fuente, Catra corrió a toda velocidad hasta llegar ahí, pero sus pies se enredaron y tropezó, cayendo al agua.

–Catra, el punto de encuentro es en la fuente, no dentro de ella –Entrapta señaló.

–Solo vámonos de aquí –Catra cubría su rostro con vergüenza.

Entrapta llamó a Scorpia para avisarles a todos que ya se iban, antes de salir, llegaron a una tienda de recuerdos, donde pudieron conseguir una toalla, pero no ropa de cambio.

Al salir de los baños Catra seguía con la ropa húmeda pero ya no estaba goteando, y por desgracia tenía la sudadera de Adora con ella, su celular por fortuna se le resbaló de las manos justo antes de tropezar, así que estaba un poco maltratado por la caída, pero a salvo.

Cuando los encontró, Entrapta y Hordak tenían puestas diademas con orejas de ratón, las cuales estaban en la caja comprando, más otro objeto que no alcanzaba a ver bien, así que solo se acercó a ellos.

–¿Por qué están usando esas? –Catra preguntó confundida.

–¡Oh, prepárate! –Entrapta tomó la mano de Hordak y la levantó–, ¡ratones de laboratorio!

Catra pestañeó lentamente analizando porque tanta emoción por una cosa así, pero era Entrapta así que era entendible.

–Se ven bien –Catra no sabía que decir en realidad.

–No te sientas mal, también tengo una para ti –Entrapta comentó emocionada.

Entrapta se acercó y se puso de puntillas, colocó la diadema y sonrió satisfecha, Catra se vio en el primer espejo que vio, y frunció el ceño al ver las orejas de gato.

–Por una razón se ve natural –Hordak comentó.

–¿Cierto? Es como si siempre hubiesen estado ahí –Entrapta rio.

Catra puso los ojos en blanco, retiró el accesorio y arrastró al par fuera del lugar, lo último que quería en ese momento era encontrarse con Adora o uno de sus amigos.

A pesar de que Catra seguía con la ropa húmeda, Entrapta insistió para que la acompañara al centro comercial cercano, de no ser que la mente de Catra estuviese tan confusa después de lo que pasó, se hubiese negado.

Llegaron al centro comercial, Entrapta emocionada arrastraba a Hordak a todos lados relacionados con tecnología, cansada de seguirlos, Catra fue a la zona de comidas, donde pidió algo simple para comer mientras que tenía la mirada perdida.

–Te ves terrible, linda –se escuchó una voz conocida.

Volvió quien tanto extrañaba escribir.

EL AMOR DE MI VIDA

Lo siento, creo que todos tenemos favoritos;;

La chica que quiere - CatradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora