NELSON FARIAS
Alcohol.
El olor de alcohol me hace arrugar la nariz, y me despierta un poco, me doy cuenta de que la música ya no resuena en mis oidos. Abrí mis ojos ligeramente, una figura borrosa esta frente a mi pero con alas.
¿Alas?
—¿Estoy... en el cielo? —preguntó al ver que mi vista aún se encontraba borrosa.
—No Farias, estas en tu casa —me respondió una voz femenina.
—¿Un ángel? —vuelvo a preguntar pero esta vez con algo frío.
—Digamos que sí.
La vista está dejando de ser borrosa y ahora puedo ver con más claridad. En realidad era un ángel, tenía alas y su piel era blanca, muy blanca. Sus ojos eran de un marrón claro, algo parecido al color pardo.
—Frío-frío —tartamudeo.
—Oh, cierto —se levantó y pude ver su vestido. También era de color blanco pero mucho más sencillo. Le llegaba hasta las rodillas y mostraba su espalda, bueno un poco de ella, porque las alas cubría la mayor parte —. Aquí tienes —me acomodo la cobija al rededor del cuerpo.
Gracias a dios estaba en una posición favorable, así ella podia pasar con facilidad la cobija alrededor de mi cuerpo.
—¿Eres mi ángel? —la pregunta salio sola de mis labios.
—Cuanto quisiera ser tu ángel...
Sonreí sin mostrar mis dientes. Su cara ahora era visible. Como dije anteriormente ella era de tez blanca pero tenia un cubre boca del mismo color. Sus cejas no estaban sacadas y tenia varias pecas pocos visibles alrededor de los pocos pómulos que se dejaba ver. Y ni hablar de sus ojos, me encantan.
En serio, ella parece un ángel en realidad.
—Yo amaría que fueras mi ángel —confesé —. Estoy diciendo mucho ángel y creo que justo ahora se han vuelto mis favoritos.
En realidad no estaba diciendo mucho ángel, sino pensando mucho en ella.
Sus ojos se achinaron, lo que supuse sonrió. Su cabello estaba lacio y de un color castaño oscuro, parecido al chocolate.
Se veía hermosa. Muy hermosa.
—Te regalo esto —me extendió una hoja.
—¿Una carta? —pregunté aceptándola.
—¿Está mal? —preguntó.
—Para nada.
Abrí la carta y vi la letra. Era la misma letra de mi admiradora tres mil.
Entonces... ella era mi admiradora...
Sonreí mostrando mis dientes y levanté la mirada para verle los ojos. Veía que su mirada era dulce e angelical. ¿Ya dije que ahora me gustan los ángeles?
—Tú eres...
—Sí, yo soy tú admiradora tres mil.
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Carta » Nelson Farias
Fanfiction«A pesar de todo prometí no irme y mírame, aquí estoy» FANFIC. BORRADOR. ALGUNAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA. DERECHOS DE AUTOR © NELSON FARIAS. ...