Carta » Nelson Farias

Capítulo cincuenta y nueve.

SIDNEY RODRIGUEZ.

Un pequeño y corto resumen:

Durante las doce y las dos de la madrugada Eithan me estuvo acosando durante todo ese tiempo dentro de la fiesta.

Es en serio amigos, me estuvo a-co-san-do.

Iba a bailar y él estaba ahí, iba a buscar agua y él estaba ahí, iba al baño a orinar o vomitar y él estaba ahí, iba a hablar con Grec Y ÉL ESTABA AHÍ.

Me cargaba obstinada, muy obstinada.

¡Fuck!

Eithan no solía ser de ese tipo de chicos que acosaba a su ex-novia después de tanto tiempo; él en realidad era algo antipático, le valia mierda lo que diría la gente y no le importaba nada, pero Nelson, digo Eithan estaba un poco bebido, y todos aquí sabemos que cuando bebemos hacemos cosas que luego nos arrepentiremos. Y quiero pensar que esto es así.

Disculpen por decir Nelson, es que no lo saco de mi mente.

Eeeen fin, como a las tres de la madrugada le cante sus cuatro vergas, él no le dio tanta importancia pero si y le dijo a Grec que me llevaría a una habitación para supuestamente charlar.

Y como mi queridisima amiga estaba más borracha que yo, aceptó.

¡Sin pedirme una opinión a mi!

Y se suponía que le cae mal.

Total, ahora estaba detrás de Eithan quien intentaba abrir una puerta marrón, pero la puerta parecía trabada porque no lo lograba.

—¡Marparicion!

Se estarán preguntando: ¿qué haces tú muy tranquila ahí con el chico que paso toda la fiesta acosandote? Pues... esto no será una buena justificación pero para mí lo es; estoy borracha.

—Déjalo, hablamos en la piscina —le recomendé cerrando mis ojos.

Ehn... no tenia sueño, sino que mis párpados pesaban.

¡No miento!

Ahora hablo con gente de mi mente. Maravilloso, ¿no lo creen?

—No —los abrí de golpe al escucharlo —. Yo quiero hablar aquí.

—Si te das mala vida —dije girando sobre mi eje para empezar a bajar las escaleras.

—¿Para donde vas? —me agarro del brazo haciendo que torpezara con mi pie, cayendome de culo casi al borde de la escalera.

Un poquito más y adiós luz que te apagaste.

—Sid, ¿estás bien? —una voz masculina me preguntó, voz que reconocí de inmediato.

Abrí mis ojos que sin darme cuenta estaban cerrados y miré a todos lados ganandome una pequeña pesadez en la cabeza.

Coño. Estoy muy ida.

Estoy muy borracha.

—¿Nelson? —pregunté tratando de ver donde estaba, pero solo veía a Eithan mirando a mi dirección.