Capítulo treinta y nueve.

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NELSON FARIAS.

Estuve todo el día y noche hablando con Sidney. No les mentiré ella es una chica increíble y con un sentido del humor asombroso, pero a pesar de tener catorce años puede llegar a crear pensamientos impuros sobre Gabo, Víctor y yo.

Traumante pero a la vez divertido.

Al principio cuando empezó a contar algo que había sucedido en el grupo (referente a Vicente, Gaston y Ruben) me había puesto algo incomodo, pero después no, era divertida la anécdota y saber los pensamientos de las otras chicas sobre nuestros ya-saben, es traumante y a la vez divertido.

Ya lo he dicho dos veces pero en serio, quedais lelo al leer todo eso.

Hoy era veintidós de agosto, ya han pasado tres semanas desde que estuvimos en Medellin y justo ahora estamos yendo a Maiquetia. Esta ansioso y muy feliz de regresar a mi país, de ver a mi mamá y sobrina juntas, y poder ver dentro de poco a Sidney.

Las últimas cuatro semanas hemos estado hablando, no tanto pero sí algo. Siempre echando chiste o ella chalequeandome por una foto o vídeo que subo al estado de WhatsApp. La quería tanto, en serio esta chica es asombrosa en todos los sentidos.

Y con Emily, pues ella ya lleva casi dos meses de embarazo y hemos estado hablando sobre ello. Pronto se irá a hacer un ecograma para poder saber el sexo del bebé y espero que sea varón, ¿se imaginan un pequeño Nelson corriendo por todos lados?

«Recuerda que aun no sabes si es tuyo, puede ser de Alex o tal vez de otra persona. No te ilusiones» recordé la voz de Víctor.

Aleje todo tipo de pensamiento al ver que el avión estaba aterrizando, le escribí a Elena avisándole que ya estábamos llegando a Maiquetia.

Nos bajamos del avión, buscamos las maletas y salimos del aeropuerto encontrándonos con un grupo de fans. Nos tomamos fotos, charlamos y luego nos despedimos, fue genial pero Elena no había llegado.

Embarcado como siempre.

Entramos a la camioneta y fuimos directo a la llanada.

Necesitaba ver a mi mamá y abrazarla.

El camino fue relativamente corto, lo cual era extraño. Entramos al edificio, salude a Freddy y subimos al piso cinco para entrar al apartamento.

—Tengo ganas de fumar —bufó Carlos Gabriel mientras echaba hacia atrás su cabeza dándole sostén en la pared del ascensor.

—No eres el único —dijimos Víctor y yo en unisono.

—Yo estoy que me fumo los dedos, te la dejo ahí —añadí con una pizca de diversión.

—Saludamos y subimos a la terraza a fumar, ¿si? —propusó Gabo.

Victor y yo asentimos.

—¿Pero quien va a comprar los cigarros? —preguntó Víctor.

—Yo compre una caja en el aeropuerto.

Siempre precavido, nunca pegao'.

*****

Hoy era doce de septiembre, Emily me ha enviado una foto del ecograma que se hizo y ya se puede apreciar más al bebé, era una niña y me emocioné burda al saber el sexo; y además Emily me ofreció escoger el nombre de la niña si llega a ser mía, y estoy pensándolo desde hace días. Gracias a Sidney he podido sobrellevar la situación, ya no me afecta tanto lo de tener un hijo, ahora lo veo como una bendición y eso mismo era. Una hermosa bendición.

Estábamos en Maracaibo, no íbamos a hacer un concierto o algo por el estilo (ya lo habíamos hecho hace poco), solo vine a pasar una semana con Elena y los chicos, todo bien por ahora, pero a eso de las nueve y media se nos ocurrió la maravillosa idea de salir a beber en un bar que quedaba cerca de su casa.

Y vergacion, me arrepiento de aceptar la idea.

¿Ya les había dicho que yo borracho cometo muchos errores?

Y además estaba lloviendo como no tienen idea.

Yo borracho, cerca de la casa de Sidney y con una botella en la mano es algo malo.

Muy malo.

Pero al final salió algo bien de ello.

Aunque no tan bien porque...

Ya ni sé lo que digo.

Pero creo que podré darles un adelanto de lo que sucedió el día de hoy.

Medio me confese de una forma rara, pero vale estaba borracho, no pensaba antes de actuar.

Fui a la casa de Sidney.

Y maldiciooooon.

Hablando de ella les quiero decir me trae loco, dioos, no tienen idea de cómo me tiene.

Una chica de catorce años me trae loco, suena como pedofilia, ¿no creen?

En fin, Sidney es la única persona que quiero en mi vida.

Sidney es mi luz.

Sidney es perfecta.

Quiero ser algo más para Sidney, ya dejar de ser su amigo o ídolo, quiero ser... no sé... su novio, ¿tal vez?

Carta » Nelson FariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora