Carta » Nelson Farias

Capítulo cuarenta y cuatro.

SIDNEY RODRIGUEZ.

¡NI BESARME TRANQUILA ME DEJAN!

¿Qué es eso, Sidney Rodriguez?

—Escondete —murmuré.

—No.

—Malayacion Nelson, te ven aquí y me matarán.

—¿Por qué?

—Dime, ¿qué pensará Mami, tía, abuela y Theo si vieran a la persona que me trae loca en mi habitación?

—Qué estamos estudiando.

—¡Nelson! —me queje en un murmuró.

—Siquiera aceptaste que te traigo loca —pego sus labios por dos segundos y luego los despegó, en fin, me dio un piquito —. ¿Donde me escondo?

Tarde un poco en reaccionar.

Okey, entiendanme, es dificil que tu crush de infancia y adolescencia te bese cuando le de la gana.

—En el closet.

—No.

—¿Por qué?

—Porque no quiero.

—Cuando salgas no serás gay Farias, deja la mariquera.

—Sidney no es...

—¡Sidney! —me llamó mi abuela.

MALDITASEA.

—Por favor Nelson —pegue las plamas de mi manos rogándole —, te lo pido.

—Sal, yo saldré por la ventana, pero conste que me debes una —agarro su celular de la mesita.

—¡Deja de negociar con uno!

—Yo no me quejo del porqué tú eres hermosa, así que tú tampoco te quejes.

—¡Nelson! —me volví a quejar.

—Hoy a las ocho —me dio otro piquito —, te paso buscando —camino hacia la ventana —, te quiero.

—Y yo a ti —me mordí el labio inferior.

—Vuelves a hacer eso y en ves de besarte te hago todo menos—

—¡Farias!

Sonrió.

—Pero no me regañes —abrió la ventana y metió un pie —, te quiero, ya sabes, hoy a las ocho sin vestido, pero vete formal, te quiero —y metio el otro saliendo de la ventana.

Sin vestido pero vete formal, ¿qué habláis farias?

Me tiro un beso, yo rodé los ojos divertida y le di la espalda, abrí la puerta encontrándome con Theo recostado en la pared.

Oh mierda.

De verdad tenia un yeso en el brazo izquierdo y una venda en la batata, en su rostro hay muchos hematomas al igual que sus brazos y muslos, y no me quiero imaginar su abdomen. Y también cargaba unas muletillas debajo de sus axilas.