Capítulo cincuenta y cinco.

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SIDNEY RODRIGUEZ.

Tremenda regañada me lleve de mami y Andy. Ellos no se creyeron nada de lo que dijo Nelson así que me tocó decirle la verdad, omitiendo que lo iba a besar.

Mis quince años terminaron a eso de las cinco de la madrugada, después de lo que sucedió no volví a ver a los dos estúpidos esos; Eduardo no sabia en donde estaba y Nelson menos.

Me quería matar.

Ahora eran las ocho y no he pegado un ojo, estoy viendo al techo y me acabo de dar cuenta que hay una mancha negra en forma de corazón.

Negra como mi alma, según Theo.

Baje la mirada y vi el poco de regalos que había cerca del escritorio.

¿Y si...?

Me incorporé y me levante de la cama para caminar hacia ellos, revise el nombre de cada uno hasta que conseguí el de Nelson. Tenia forma de una caja pequeña pero no tanto, forrado con papel blanco y un lazo negro. Agarre eso y me senté en la cama para abrirlo, quite sin tanto desespero el papel y deje al descubierto un libro rosa pastel con detalles dorados, tenia un nombre en curvisa que claramente deben saber que es «Nelsey».

Sonreí por inercia y empecé a ver que había dentro de el.

«Feliz cumpleaños princesa, he visto esto en instagram y me ha gusto tanto que decidí recrearlo para ti. Te deje unas hojas en blanco por si quieres colocar más cosas de los chats de nosotros o cualquier foto.

Te quiero tanto y espero hayas disfrutado tu cumpleaños.

En noviembre trataré de ir, y si no puedo... nos veremos en febrero. I love you baby <3»

Estúpido, ¿no se supone que no era detallista?

Ah... me acorde al acuerdo que hicimos en septiembre jeje.

Lo que había al pasar las hojas era como la pequeña historia que yo tenia con Nelson, al principio eran las fotos de las cartas con el año arriba, después el describía al ángel que vio en la fiesta de disfraces y lo que sintió al verlo, luego empezaban las fotos que nos tomamos en julio, las conversaciones que teníamos (empezando con lo del grupo), captures de las vídeo llamadas, y al final en una hoja del mismo color del libro pone «Y lo que falta para vivir y descubrir juntos...» en letras grandes y curvisas.

Quiero que adivinen quien está llorando justo ahora.

Yo.

Lo amo joder.

Me recoste en la cama con el libro en mi pecho, con una sonrisa hermosa ya formada en mis labios, cerrando mis ojos mientras lo recordaba.

¿Por qué la caga?

Carta » Nelson FariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora