Capítulo veintitrés.

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NELSON FARIAS

—Ajá, de que se tratará la canción —preguntó Víctor con la laptop en sus piernas y dentro del block de música.

—De amor, como las otras.

—Pero, ¿será reggaeton?

La quería como reggaeton pero cuando repasaba la letra que tenia en mi mente sonoba más a bachata.

—No sé pana, solo tengo una parte, es algo que rima.

—Veamos, canta.

¿Por qué tan solita? Permiteme una cita. Ya no que hacer, me vuelvo loco por usted, me conoces muy bien.

En la forma que la había cantado no tenia ritmo, trate de dárselo, golpee mi rodilla para ver si lograba algo pero nada.

—Es buena, me gusta la letra —dijo escribiendo en la laptop.

—A mi igual —confesé.

—¿Es pensado en alguien especial? —preguntó —. Dudo que en Nerea.

—Hay que llamar a Gabo —cambié de tema —. ¿Donde está?

Él me miró con las cejas hundidas y luego negó regresando su vista a la laptop.

—Está con Elena.

Mi ángel.

—Perfecto —murmuré.

—¿Qué es perfecto?

—La letra —mentí.

Él asintió.

—¿Y si improvisamos como hicimos con Tutti Frutti? —propuso.

—Necesitamos a Gabo para eso.

—Solo será una parte Nelson, lo demás lo arreglamos con Gabo.

Vacile pero lo acepté.

—Bueno despues de la letra seguimos con un: yo le propongo mujer, que viajemos por el mundo —cantó Víctor dándole más ritmo que yo anteriormente.

—Y que tus ojos me lleven al punto de lo más profundoseguí al mismo ritmo que Víctor.

—Aprovechame que estamos juntos.

—En este tiempo, ¿lo sientes?, lo siento

—Nunca fallo el resentimiento

—¿Resentimiento? Se supone que es de amor no de rencor.

Carta » Nelson FariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora