SIDNEY RODRIGUEZ.
—¿Qué día es hoy? —le pregunté a mi amiga quien estaba sentada viendo al profesor de química explicar la clase.
—Miercoles —respondió en un susurro.
—El numerito, pendeja.
—Señorita Rodriguez, ¿qué es ese vocabulario? —el profesor me llama la atención dejando de copiar las preguntas para la clase que viene.
—Disculpe profesor —le respondí ganandome la mirada de todo el salón —, es que mi compañera Francia no sabe que día es hoy.
—Eso no es justificación para faltarle el respeto llamándola pendeja —contraataca el profesor.
Ah pues, peo suyo no es.
—Nuevamente le pido una disculpa.
El profesor asiente, se da la vuelta y sigue copiando la pregunta número seis.
Viejo broyero.
—Aun no sé que día es hoy —le hice saber al profesor quien no dejaba de escribir.
Claro, pero si digo una grosería volteais como flash.
—Es miércoles —me responde Dalio.
¡Coño 'e la madre, necesito el numerito!
—Sí, pero el numero —trate de sonar amable pero andaba obstinada.
—Hoy es seis de noviembre —esta fue Paola.
Asentí en modo de agradecimiento y coloque la fecha. La alarma del profesor Dulio sonó dando a entender que la clase había acabado, copio rápido la pregunta ocho y nos recordó que la tarea sería para la semana que viene.
Termine de copiar todas las tareas y cerré el libro guardándolo en el bolso.
Estudiaba en el único liceo público de mi urbanización, no era por falta de dinero sino porque casi todas mis amistades estaban ahí y la educación era la mejor. Sin mencionar que era también era el único liceo al aire libre y no encerrado en cuatro paredes como los otros.
Y se estarán preguntando: ¿qué paso con Nelson?
Nada.
Simplemente sigo enojada con él y no le escribo desde el día aquel. Exactamente llevo una semana, dieciséis horas, cuarenta minutos y veinte segundos sin enviarle un mensaje.
Y no, no los llevo contando.
Él me escribe todo los días a pesar de que yo no le respondo, hasta sigue enviándome a las doce de la madrugada para recordarme lo 'hermosa' que soy. Desde que le di mi número, bueno Elena se lo dio, él sin falta (aunque la semana que no tuvo celular no lo hizo) me escribe cosas sencillamente hermosas que me hacen sonreir cuando empieza un día nuevo, qué según él no es en la mañana sino en la madrugada, porque la fecha cambia al hacerse las doce no al hacerse las seis de la mañana.
Es sencillamente perfecto a su manera.
Hoy escribió:
«Cada vez que veo las estrellas me recuerdan a ti, alumbran sin darse cuenta y son hermosas a su vez. Me encantas de una manera increíble y aunque sigas enojada conmigo no significa que yo lo estaré contigo. Recuerda que eres hermosa y que tienes a un idiota detrás de ti, te quiero mucho»
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Carta » Nelson Farias
Fanfiction«A pesar de todo prometí no irme y mírame, aquí estoy» FANFIC. BORRADOR. ALGUNAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA. DERECHOS DE AUTOR © NELSON FARIAS. ...