꧁Capitulo 11: Una mañana normal꧂

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La mañana comenzaba con los primeros rayos de sol golpeando contra el rostro de cierto argentino que permanecía dormido en un cómodo sofá, dentro de uno de los tantos cuartos de su querido hogar. La luz entraba sin permiso, atravesando el gran ventanal frente suyo, se acurrucó en lo que sea que estaba tapándole para no tener que despertar pero el delicioso aroma de algo dulce invadió sus fosas nasales, logrando llamar su atención y que con pereza despertará, estirándose vagamente. Al abrir sus ojos, observó su alrededor, notando que estaba en la habitación del balcón. Sobre él una chaqueta de cuero le mantenía tapado, no sabía a quién pertenecía, más le daba igual y como acción siguiente se puso de pie con más pereza de la que ya tenía.

Estaba solo en aquel cuarto, durmió solo. Algo ciertamente aliviante. Aún con la chaqueta en manos, salió de aquel cuarto para seguir el dulce aroma a.. ¿Tostadas? hasta bajar al primer piso y llegar a la cocina, donde su amigo México se encontraba cocinando quién sabe qué, con Venezuela detrás suyo, mirando la televisión. Al verlos, les saludó.

- Que onda perri...

- Hey, te ves acabado. Lindas ojeras, mamahuevo.

- Andate a la concha de tu hermana, puto.

Que linda bienvenida. El argento había saludado a ambos con un beso en la mejilla, México preparaba tostadas y café para cualquiera que se despertara y fuera a la cocina. Sabía que muchos países se habían quedado a dormir en el lugar y que la mañana comenzaba, no era alguien de madrugar pero le costó dormir en la noche. Principalmente porque tuvo que dormir dentro de un armario.

- Wey, la peda de anoche estuvo de locos. ¡Tienes a más de diez países durmiendo aquí! -Venezuela y Argentina estaban sentados uno al lado del otro, el de celeste y blanco no prestaba atención a la televisión.

- Fua, me alegra que lo hayan pasado piola.. No me acuerdo ni de la mitad de lo que pasó pero estuvo re piola, boludo. ¿Sabes quienes se quedaron?

- Si recuerdo bien... -El venezolano había tomado la palabra antes que el mexicano- Están Rusia, Ecuador, Perú, Colombia, China, Alemania, Brasil, Paraguay, Uruguay, Suiza y no sé quién más.

- La mayoría se fue a sus ranchos, estaban todos hasta la mierda, comprade.

- Che, para. ¿Y Japón? ¿Se volvió sola la boluda?

- Se fue con los hermanos coreanos. Alemania quería ir con ella pero el conchasumadre estaba demasiado ebrio para viajar.

- Se nota que ese pelotudo la ama y no es capaz de llevarla a su casa. -Finalmente el café estaba listo y fue entregado tanto a Venezuela como a Argentina, quienes esperaron que México se sentara con ellos y hecho eso, el argento dio su primer sorbo- Che, amiguito. -Llamó la atención del mexicano- Te re vi anoche comiéndole la boca a Canadá. -Venezuela casi escupe su bebida.

- ¡WEY, NO MAMES! -Ah, que el de colores rojos, verdes y blanco se puso rojo de la verguenza al escuchar al argento, quién le sonreía de forma picara- ¡N-No lo digas tan natural! Chale... me cacharon.

- Boludo, te felicito. Una cagada que lo hayas hecho en pedo. Tipo, lo tenías que haber hecho antes, qcyo.

- Nah, anoche no tomé demasiado. Canadá si, así que traté de cuidarlo pero el wey no dejaba la cerveza y luego me besó. Aproveché el bug. Ah... Tan linda mi vieja.

- Ugh, re cursi. -Comentó a lo bajo el de boina roja, obteniendo las miradas de ambos países amigos.

- ¿Y vos, Vene? ¿Chapaste con alguien? -El venezolano terminó por soltar una baja risa, negando suavemente- Fuaaa, yo tampoco. Bah, no me acuerdo, posta. Encima desperté con esto encima. -Ambos le miraron con curiosidad y fue ahí que notaron la chaqueta que Argentina trajo en manos, la cual ahora colgaba en su asiento- No sé de quién es.

¡Maldito gringo! [USArg] CountryHumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora