— Déjame ayudarte a convencer a mis hermanos de que eres inocente.
Las palabras de su querida hija le habían tomado por total sorpresa, ¿Desde hace cuánto tiempo estuvo escuchando su conversación con el norteamericano? Inmediatamente se puso de pie con intención de no preocupar a la niña pero ella se había vuelto a adelantar, hablando de nueva cuenta.
— Im sorry, father... (Lo siento, padre)—Argentina se sintió incómodo al escucharla hablar en ese idioma. Supuso que no estaba lo suficientemente acostumbrada al hablar español y por eso el repentino cambio de idioma— My brothers are not bad, they are just sad... (mis hermanos no son malos, solo están tristes)
— Esta bien, Malvi. Tranquila. —Se apresuró a responder al notar como la pequeña parecía estar apunto de largarse a llorar. Dirigió su mirada un momento al estadounidense, y él comprendió así que le dio un asentimiento a su pareja y fue entonces que el argento se acercó a la joven isla para rodearla en un fuerte abrazo paterno— Estás hermosa...
— Papá...
Era un reencuentro más emotivo que lo anterior sucedido dentro del castillo del británico. Ahora que estaban solos, tenían más privacidad. Al menos, por parte de Argentina no era incómoda la presencia de USA. Y por parte de Malvinas, no prestaba atención a ese hombre, sino a su querido y verdadero padre al que tanto deseó ver. No dudó un segundo en corresponder su abrazo para alivio del celeste y blanco. Tantos años sufriendo por la ausencia de esa isla, de su pequeña luz, verla le recordaba demasiado a su pasado. Tanto recuerdos tristes como alegres. Y entre esos recuerdos, estaba Soledad."Realmente... son idénticas", pensó el portador de sol, soltando rebeldes lagrimas que se deslizaban por sus mejillas al recordar a la gemela de su hija. Aquella niña que no pudo salvar tiempo atrás y que hasta su pueblo había olvidado. Acarició el cabello de ella, entrelazando sus dedos con cada mechón, sintiendo su perfume, apretando su pequeño cuerpo contra el suyo.
— No pienso dejarlos ir nunca más. Ustedes se vuelven a casa conmigo hoy. —Tal declaración por parte de Argentina, preocupó a USA. Si bien, éste último haría lo que fuera por la felicidad de su amado, conocía sus impulsos y sabía que una acción como esa causaría problemas. Quería decirle algo pero no iba a interrumpir el momento entre padre e hija, por lo que decidió hacer algo más. Acercándose a ambos, posó una mano en el hombro derecho de su pareja e hizo que ambos se miraran— USA...
— Me encargaré de que eso ocurra. —Fue su declaración, antes de comenzar a caminar lejos de aquel par— Go with your children, my love. I will speak to Reino. (Ve con tus hijos, mi amor. Hablaré con Reino).
Y aunque Argentina estuvo por negarse, sabiendo que metería en problemas al norteamericano, éste último ya se había ido. Miró a Malvinas, quien seguía llorando contra su pecho, notablemente feliz por lo dicho por él. Pero ella era inocente, no entendía...
Que aquello fue una promesa de guerra.
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Podíamos ver a Usa por los pasillos del castillo de su padre en busca de éste. Si no fuera por sus gafas oscuras, notaríamos claramente lo enojado que estaba. Oh, lo peor que podía pasarles era cruzarse al mismísimo Estados Unidos de América enojado. Había comprendido a la perfección lo que su padre planeaba con todo esto, no era idiota, fue por esta misma razón que decidió acompañar a Argentina hasta Inglaterra. Y era más que obvio que no dejaría que las cosas quedaran así. Apretando sus puños mientras daba pisadas fuertes y resonantes por todo el lugar, buscaba a UK con una mirada llena de ira, capaz de matar a cualquiera que se le cruzara.Se encargaría de darle su merecido a Reino Unido.
— Ha salido mejor de lo esperado. —USA escuchó esa voz tan reconocida para él, con aquel acento inglés, detrás de una puerta rojiza en un pasillo de las habitaciones del segundo piso. En silencio y siendo sigiloso, se acercó a dicha puerta, apoyando su oído contra la superficie de madera en busca de poder escuchar mejor lo que su progenitor decía— Por supuesto. —Un breve silencio, el norteamericano supuso que no había alguien con él. Probablemente era una llamada— El video es prueba de que estoy cumpliendo con mi parte, claro que no sabía del rencor que los niños le tenían pero dame crédito por eso.
¿Video? ¿De qué video hablaba? Con cada palabra que salía de la boca de su padre, más deseos tenía de darle un buen golpe en la mandíbula. Debía calmarse si quería llegar más a fondo. Desde un principio supo que Reino tenía algo en contra de su pareja, y su conversación con Rusia le hizo entender a la perfección que no trabajaba solo en esto. Debía descubrir con quien hablaba en esa llamada.— He cumplido mi parte del trato, termina con esto de una vez y déjame en paz. —Aquellas palabras dejaron shockeado a USA, otro silencio se formó en el lugar y entonces el norteamericano supo que algo había sucedido— ...¿Qué has dicho?
"Iré a verte. Espero una grata bienvenida", Reino Unido no supo qué decir. Cuando notó que la llamada fue completamente cortada, se desesperó y mandó a volar el celular que en manos sostenía, rompiéndolo contra el suelo. Estaba alterado, claramente nervioso. No lo entendía, ¿Por qué aquel hombre iría verlo? ¿En este preciso momento? ¿Estaba loco?— Fuck... Fuck... —Las palabras de Rusia llegaban a su mente de nueva cuenta como un recuerdo cercano y cruel. Debió detener todo hace tiempo, ahora sufriría las consecuencias. No podía permitir que USA, su hijo, descubriera todo lo que ha hecho durante este tiempo.
¿Qué haría si ellos se enteraban de la verdad como Rusia lo hizo? ¿Y si su secreto era revelado? No quería ni imaginarlo. Se sentía atrapado, le faltaba el aire, en un arrebato despeinó sus cabellos al quitarse su sombrero de copa. Se quitó la corbata, buscando que la presión en su cuello se fuera y pudiera respirar con regularidad. "No puedes continuar haciendo daño a los demás", recordó, "debes darle un alto". No fue hasta que escuchó la puerta de su oficina abrirse que logró volver en si para descubrir a cierto estadounidense entrando al cuarto. Su sorpresa no podía ser más grande y fue entonces que algo en su mente hizo "click".
— You... —Vio al americano cerrar la puerta detrás suyo— ¿Escuchaste todo, hijo?
— Escuché lo suficiente.
El silencio se hizo presente mientras permanecían observándose.
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— ¿Podrías dejar eso? —Dijo Georgias, quien estaba de brazos cruzados frente a su hermano, notablemente molesto.El menor de los hermanos estaba sentado en su cómoda cama, leyendo frente a su computador sobre artículos de noticias de años pasados que normalmente nadie leería. Pero, en su caso, necesitaba encontrar información sobre algo que su verdadero padre les había dicho. Y eso solo frustraba a Georgias, quien ya tenía una maleta en manos, listo para irse de aquel castillo.
— Eres imprudente, hermano. —Respondió Sándwich, sin dirigirle la mirada— Siempre explotas con facilidad.
— ¿Algún problema con eso? Malvinas nos traicionó, el idiota de Reino esta distraído, es nuestra oportunidad para irnos de aquí. ¿Vendrás conmigo?Un breve silencio se había formado entre ambos, con el pasar de los minutos finalmente la isla menor se atrevió a ponerse de pie, colocando el computador frente a su hermano mayor con intención de que pudiera ver lo que había en la pantalla. Georgias, con sumo desinterés, suspiró y bajó la maleta hasta apoyarla suavemente contra el suelo. Sabía lo que su hermano quería, y era leer lo que había buscado durante el tiempo en que preparó las maletas de ambos.
— Hay historiadores en el mundo que han opinado respecto a la situación actual de nuestro padre. —Comenzó a relatar el joven— Y sobre su pasado. Quizás él no nos mentía, Georgias. Quizás, realmente, no pudo venir por nosotros.
— ¿Crees en esa mierda?
— Modales, Georgias.
— Tch. —Chasqueó su lengua, ahora tomando entre manos aquel computador para cerrar con fuerza la tapa y lanzar aquel aparato electrónico a la cama. Sándwich no dijo nada al respecto, era poco expresivo pero se notó como su ceño se fruncía de forma suave. Estaba molesto— Quiero escucharlo de su mentirosa boca.
— Entonces me escucharás.
Esa tercera voz llamó la atención del par de hermanos, la puerta del cuarto que pertenecía a ambos había sido abierta por una joven de cabellos azulados, hermana menor de ellos, y de nombre Malvinas. Detrás de ella, estaba Argentina y les dedicaba una mirada llena de decisión.
— Les diré mi verdad si están dispuestos a escucharme.(人'∀`).☆.。.:*・°(人'∀`).☆.。.:*・°(人'∀`).☆.。.:*・°
Me costó escribir esto pero aaaaaa
Se acerca el final, uff. No sé en su totalidad cuántos capítulos quedan ya pero estoy quedando feliz con los resultados ;)¡ Estoy feliz por los 246K ! ;u;
¡Nos vemos, jamones! <3
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¡Maldito gringo! [USArg] CountryHumans
FanfictionEl odio y el rencor debían ser parte del pasado. Pero avanzar no es fácil, menos para alguien como Argentina que tantas decepciones había tenido a lo largo de la historia y con ello, la desconfianza que tomó hacía el resto creció. Entonces, ¿Cómo c...