Horas habían pasado desde su llegada. Se encontraba acostado en su cómoda cama, observando el techo, pensativo. A su mente llegaban recuerdos de todo lo que había sucedido horas atrás a su llegada y con ello su cabeza dolía, como si le golpearan con un martillo constantemente. Arrugo la nariz, frunció el ceño, se abrazó a una de las almohadas que a su lado estaban. Pero al notar la temática que tenía, rápidamente la soltó, suspirando. La imagen del estadounidense no podía salir de su mente. Y esa dakimura de USA no ayudaba.
Algo había cambiado en él. Se sentía como un adolescente, todo confundido y con dudas existenciales. Demasiado dramático para él.
Sus amigos habían intentado contactar pero solo se atrevió a hablarles cuando a su territorio llegó. En todo el viaje intentó no prestar atención al presente que se le había entregado. Aquel brazalete que ahora reposaba en la mesa de luz a un lado de su cama. Cada vez que pensaba en el norteamericano en su pecho algo rebotaba con emoción. Tanta emoción era algo nuevo para él.- Deja de pensar y dormite...
Pero le era imposible. Siendo las tres de la madrugada solo podía recordar las últimas palabras que USA le dedicó. "No te arrepentirás", dijo. Pero, ¿Y si ya lo hacía? Las dudas eran demasiadas. ¿Y si el estadounidense solo jugaba con él, fingiendo una amistad para luego, ¡Bam! Apuñarlo por la espalda y quitarle todo lo preciado que en su vida tenía? Sus provincias, su gente.
No podía arriesgarse a tanto.
Desgraciadamente lo había hecho y en la llamada que hizo a sus amigos, tuvo que callarse. No dio explicaciones, dijo estar bien y mintió. "El boludo ese solo quería hablar de negocios y esas mierdas", simple pero poco creíble. Solo pudo recibir la desaprobación de uno de los países latinos ante lo dicho. Venezuela le conocía e inevitable fue a hablar con la verdad al respecto. Su desahogo fue necesario.
|Recuerdo 1|
Estaba en una llamada. Hace una hora Argentina había llegado a su hogar, la casa rosada. Ordenó a sus guardias preparar su oficina, luego de eso decidió darse una ducha. Las ropas que Estados Unidos le había prestado terminaron en el lavaropas. Por otro lado, una vez limpió y fresco, aún en bata, se dejó caer en su cómodo colchón y con ello, observó su celular. Tantos mensajes pero solo dos chat's llamaron su atención.
Amborguesa
Espero hayas llegado bien a tu territorio. Dijiste que no te llamara pero no que no podía enviarte un mensaje.Vene
Eh, mamahuevo. Llamame, es una emergencia.Había contestado al gringo que su llegada fue buena y con ese mensaje enviado, se dedicó a rápidamente llamar al venezolano, pensando que tal vez algo le había pasado. Argentina siempre se preocupaba por Venezuela, era como su segundo hermano menor. Lo cuidaba mucho. Y ese cariño, esa amistad que se tenían, ese trato era totalmente mutuo.
Llamada
- Che, pibe. ¿Que quere?
"No te creo nada de lo que dijiste, conchetumadre. Te conozco, marico. ¿Te hizo algo el joeputa? Lo voy a matar si es así"
- Pfff, no boludo. No me hizo nada.. No mal penses. Es posta lo que dije.
"¿Y entonces por qué vino de tan lejos para llevarte a su territorio? ¿Cómo sabía que estabas en la fiesta de Perusito?"
- La puta que me patio, hinchas. Mira, la posta fue así.. Lo llamé ebrio y el boludo vino a verme para saber si estaba bien. Mandale que flasheo amistad y me llevó a su puta casa.
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¡Maldito gringo! [USArg] CountryHumans
Fiksi PenggemarEl odio y el rencor debían ser parte del pasado. Pero avanzar no es fácil, menos para alguien como Argentina que tantas decepciones había tenido a lo largo de la historia y con ello, la desconfianza que tomó hacía el resto creció. Entonces, ¿Cómo c...