꧁Capitulo 47: Las apariencias engañan꧂

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Hubo un cambio de planes. 

− What? (¿Qué?)

Nuevamente podíamos apreciar al joven británico hablando por teléfono mientras preparaba unos documentos para una futura reunión que tendría en esa semana, él siempre se encargaba de adelantar su trabajo pero, últimamente, se ha retrasado y todo por culpa de esa maldita voz que estaba hablándole a través de una llamada.

− No irás a la casa blanca, haz que ellos vayan a ti.

 But, why? (Pero, ¿Por qué?) Maldita sea, tengo cosas más importantes que hacer que seguir tus estúpidos juegos de venganza. −Logró decir, notándose en el tono de su voz lo enojado que estaba− Me largo.

− No puedes. −Le recordó− Aún debes terminar algo para mí y prometo que te dejaré libre.

− ... −Reino no era alguien que lograran hacer enojar con facilidad pero todo este asunto, las mentiras, los engaños, todo lograba frustrarlo. Pero lo que más le ha afectado, es tener que meter a sus hijos en esto. Porque, aunque no lo pareciera, le importaba. Suspiró para luego continuar con lo suyo, guardar aquellas carpetas llenas de papeles dentro de su escritorio mientras escuchaba como alguien golpeaba de forma paciente la puerta de su oficina- Habla rápido.

− Solo un poco más, Reino Unido. Recuerda que si me ayudas con mis planes, te devolveré tu diario y con ello, cada sucio secreto tuyo, ¿Entiendes?

− ...Yes. −Los golpes eran constantes, empezaba a perder la paciencia. Volteó hacia la puerta de entrada mientras tenía su celular cerca de su oído y se dirigió a abrirla, dejando ver a una joven sirvienta con notable nerviosismo en su mirada. Claro, UK les tenía una orden a todos sus empleados que era... "No me molesten cuando estoy trabajando", y pobre del que desobedeciera. Solo podían hablar con él si era un caso de suma emergencia. Y por lo que notaba en ella, algo había pasado.

¿Qué quieres?

− Señor, tiene una visita.  −El británico arqueo una ceja, esperando a la respuesta de ella− El joven Rusia lo espera abajo.

Vaya sorpresa pudo llevarse, tanto él como la persona que estaba del otro lado de la llamada, la cual al instante cortó. Ahora, Reino debía tomar una decisión. Atender a su invitado o fingir que ese día no estaba en su hogar. Pero lo único que podía cruzarse por su mente era, ¿Qué hacía Rusia en su territorio?
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Una vez terminada la llamada, aquel reino no tardó demasiado en arreglarse para verse bien ante su inesperado invitado. Bajó hasta el último piso del castillo, una vez allí, ordenó abrir la puerta principal para poder recibir al joven ruso. Sus miradas se habían cruzado, el azul y el gris mezclados, un par de ojos serios apuntaban a Reino Unido. Pero jamás se sintió intimidado. Al estar ambos frente a frente, estiró su mano derecha, cubierta en un guante blanco de la más fina tela, para poder saludar como correspondía a su contrario. Lastima que esa mano nunca fue estrechada.

 Hm, Rusia. Es una inesperada pero agradable sorpresa verte. ¿A qué se debe tu visita? Me hubiera gustado que avisaras para poder preparar el té.

− Quiero hablar contigo. ¿Dónde podemos tener más privacidad? −Demandante, así sonaba. Su tono de voz siempre era tan intimidante, UK intentaba no pensar en ello. Ahora, su problema era estar a solas con aquella federación. Tenía un mal presentimiento y la mochila que Rusia tenía detrás de su espalda, colgando de un hombro, le hacía sospechar.

− Esta bien, no será problema. Deja que mis sirvientes tomen tu saco y la mochi...

− No.

¡Maldito gringo! [USArg] CountryHumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora