꧁Capitulo 21: Abre los ojos꧂

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El ruso llegó lo más rápido posible ni bien se enteró de la noticia, su corazón latía con desespero y temor. Temor de que algo malo le hubiera sucedido a la persona que ahora residía en un hospital descansando. No le importó tener que viaje en medio de un trabajo de negocios en su territorio. Cuando México le contó de lo sucedido, se colocó de pie y salió de la reunión en la que estuvo presente por más de una hora para tomar el primer avión que le dejara más rápido en el territorio del argentino. Todo el mundo se había enterado de su situación, muchos países quedaron preocupados por ésto y los que se consideraban los amigos del celeste y blanco, no dudaron en visitarle.

Argentina llevaba tres días en coma.

México, Uruguay, y el resto de países latinoamericanos estaban a la espera de que Argentina despertara de su terrible silencio. Sus colores estaban apagados, una maquina le permitía llenar sus pulmones de oxigeno, sus parpados cerrados y pestañas brillantes, su hermoso sol apagado. Uruguay no había dejado de llorar cuando supo de la noticia, las provincias considerados hijos del argento estaban asustados, preocupados. Buenos Aires tuvo que tomar el mando y cuidar de sus hermanos. España e Italia, al enterarse de la noticia, no habían dejado de visitar la sala de espera. Actualmente, en el cuarto del argentino, se encontraba Venezuela cuidándolo. Su mano tomaba y con paciencia esperaba que su amigo despertara.

- Maldito mamahuevo... No te atrevas a dejarnos. Ambos estamos rotos pero siempre salimos adelante, ¿Escuchaste?

La frecuencia cardíaca del celeste y blanco lograba escucharse constantemente, verlo en ese estado, en donde maquinas y tubos lo permitían estar estable, era doloroso. En esos momentos, era el turno de Venezuela para cuidar de Argentina pero no estaba a solas con el argentino. En uno de los asientos del cuarto, cierto estadounidense se encontraba en una esquina, a la espera de que el latino despertara. Llevaba así tres días, no se había separado del portador de sol. Ni siquiera cuando fue golpeado por todos los latinoamericanos. Se mantuvo allí, de pie, esperando.

- Es tu culpa que siga así. No entiendo qué mierda haces acá. -Venezolano y estadounidense se dirigieron miradas. El de lentes de sol contestaría pero Venezuela se le adelantó- No confío en ti, coño.

I know, I understand perfectly. (Lo sé, lo entiendo perfectamente) -Respondió USA, no muy interesado en lo dicho por el latino, ignorando su mirada de odio- I didn't want this. (No quería esto)

- ¡¿Y entonces por qué lo hiciste?! -No, no. Intentó calmarse, no podía hacerle eso de levantar su voz al argentino. Suspiró y se puso de pie, acomodando su gorro- ¿Qué me asegura que si no te mato ahora no le harás daño a Argie cuando salga de este cuarto?

- Absolutamente nada. -Si las miradas mataran, ufff. Lo más seguro Estados Unidos estaría muerto o tan golpeado como el primer día que piso aquel hospital en el territorio argentino- Sé que no confían en mi, no quiero que lo hagan. Pero le hice una promesa y planeo cumplirla. Se lo debo, incluso si después de esto él termina odiándome.

- ...¿Por qué te importa lo que él piense de ti? -El de lentes oscuros se mantuvo en silencio un momento- Argentina me contó sobre tu mierda de ser panas y a la primera oportunidad que te dio lo apuñalas por la espalda.

- No tuve opción, no puedo ir contra mi presidente.

- Si puedes, mamahuevo. A diferencia del resto, tenes el poder para hacerlo. Tenes la libertad que ninguno de nosotros tendremos algún día.

"No es tan fácil", recordó las palabras del argentino de la conversación que tuvieron en su hogar, la casa blanca, cuando ambos terminaron discutiendo. Hablaron sobre la libertad. Cierto era, no era tan fácil como lo pensaba. La libertad de ellos tenía un limite y ese limite fue tocado cuando USA estuvo obligado a dañar a quién había logrado conquistar sus sentidos. Lo recordaba bien. Ese "imprevisto" que mencionó al argentino cuando hablaban por teléfono, trató de una reunión de emergencia dictada por su presidente. Un presidente para nada contentó al conocer el resultado de las primeras elecciones argentinas. 

¡Maldito gringo! [USArg] CountryHumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora