¡Maldito gringo! [USArg] CountryHumans

꧁Capitulo 23: Te veo luego꧂

Chile y Argentina.

Las relaciones entre ambas naciones se remontan desde hace siglos, mientras los territorios se encontraban bajo el dominio colonial español y administrados de manera separada, Chile a través de su Capitanía General y Argentina como parte del Virreinato del Río de la Plata. Chile y Argentina fueron estrechos aliados en todo el proceso de emancipación española, luchando en conjunto en las guerras de independencia hispanoamericanas acaecidas en sus territorios, conformando el Ejército de los Andes. Una vez independizados y convertidos en países libres y soberanos, durante gran parte de los siglos XIX y XX, las relaciones entre ambos países fueron tirantes, principalmente debido a disputas por la Patagonia. La amistad que entre ellos se formaba desde aquellos años dorados, estaba en peligro. Guerras, discusiones, decisiones que obligaron a separarlos. Pero, ¿Esto fue algo que ambos quisieron? No.

Alguna vez fueron conocidos como países vecinos con fuertes lazos de amistad. O incluso más que ello. Todos conocían su historio, ¿Cierto? Pero había algo que no sabían. Y eso era el secreto amor que dentro de sus corazones habitaba por el otro. Podríamos decir que la gota que derramó el vaso fue el suceso de 1982, cuando la guerra de Malvinas dio lugar en el mundo. En sus mundos.

Ninguno estaba listo para lo que sucedería. En 1978, Argentina y Chile estaban bajo gobiernos de dictaduras militares, los planes de invadir a Chile después de la batalla contra los ingleses era muy conocida y eso era un riesgo que aquel país no podía aceptar. Uniéndose a Inglaterra, de forma secreta, la victoria contra Argentina fue un trofeo más. Ambos países estaban devastados, sus lazos se habían destruido y, finalmente, en 1984, dos años después de la derrota en Malvinas, Chile y Argentina firman un tratado de Paz y Amistad que terminó con el estado de guerra no declarada desde 1978.

Más después del tratado, nadie nunca sabría el encuentro a solas que ambos tuvieron. Declarando con sinceridad sus sentimientos al respecto con lo sucedido, hartos de todo el dolor, la decepción y tristeza. A escondidas, se dieron un último adiós. Sentados en una banca, a las afueras de la ciudad del Vaticano, se encontraban ellos. Portador de sol y portador de estrella.

- ¿Cuántas veces vamos a tener que despedirnos? -En susurro habló, sintiendo lagrimas próximas a caer. El celeste y blanco observaba el cielo con intento de distraerse del dolor que en su pecho posaba en aquel momento. Ambos lo habían entendido: Estaban rotos.

- Al menos esta vez tenemos tiempo para hacerlo bien... -Logró ver al argentino que a su lado estaba, sintiendo su alma partirse en dos al verlo llorar en silencio y sin consuelo, negando reiteradas veces.

- N-No hay manera de hacerlo bien...

Las miradas de ambos se habían cruzado. Una llena de lagrimas y otra llena de culpa, esto no es lo que ellos quisieron. Jamás desearon que las cosas terminaran así. Chile no soportaba la impotencia que en su interior habitaba, odiaba al mundo, a la gente, a la historia. ¿Por qué? ¿Por qué tuvieron que terminar de esta forma? Ni siquiera pudo demostrarle a su contrario en su totalidad todo el amor que se había formado por él con el pasar de los años y ahora que le veía allí, destrozado, lo único que atinó a hacer fue tomar su rostro entre manos tratando de limpiar aquellas lagrimas.

- Esto no es una despedida. Esto es... hasta que encontremos una manera de estar juntos otra vez. -Argentina negaba y negaba. Habían pasado tantas cosas en su vida que ya no creía en cuentos de hadas. En la felicidad, en el amor. Todo estaba perdido para él. El dolor de perder a su hija y ahora a su primer amor por culpa de ajenos lo estaba destrozando. Él sabía que no era culpa de Chile, que solo estaba defendiendo a su gente, y que todas las decisiones de lo sucedido nunca fueron de ellos pero lo hecho, hecho estaba- Somos inmortales, ¿Recuerdas? Encontraremos una solución, pase el tiempo que tenga que pasar...