꧁Capitulo 37: Esta es mi verdad꧂

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- ¿Y cómo te sentís, brasuca?

- Muito melhor, pessoal. E você, Argentina? (Mucho mejor, amigos. ¿Y tú, Argentina?)

- Eaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, botones de colores... ~

- ¡Ey, creo que no deberías jugar con el equipo!

- Puta madre, Uru, ¿Otra vez te drogaste? ¡Estamos acá por tu novio!

- ¿Quién?

La mayoría de los países que ahí se encontraban terminaron por suspirar, sabiendo que Uruguay, el menor de los hermanos sol, no tenía remedio. Incluso si habían ido a visitar a Brasil al hospital, su actual pareja, seguía fumando de esa planta que destrozaba su cerebro. Argentina tomó los brazos del menor para alejarlo de la maquina que indicaba los latidos del brasileño y con ello, Colombia continuó hablando.

- Nos alegra verte bien, Brasil.

- Tú y Argie nos habían preocupado bastante. -Dijo Ecuador, quién a su lado tenía a Perú, ambos abrazados mientras observaban al brasileño en su camilla. Ese día le darían de alta, así que estaban todos muy emocionados.

- Fueron días difíciles pero pudimos superarlo, pe'

- Eu aprecio você estar ao meu lado, eu incluo a Argentina. (Agradezco que hayan estado a mi lado, te incluyo Argentina) -El argentino, que hace segundos estaba alejando nuevamente al uruguayo del suero, observó a su amigo cuando fue mencionado- Eu sabia que você enviou reservas de água para o fogo. (Supe que enviaste reservas de agua para el incendio)

- Espera, ¿Qué? -Venezuela y el resto de presentes no evitaron dirigir su mirada hacia el celeste y blanco, incluso Uruguay estaba tan sorprendido como ellos- ¿Cuándo...?

- No quería que el sopa do macaco sufriera. Tampoco ustedes. Y sé que no estaba en condiciones para gastar mis recursos pero quería ayudar.

El venezolano no supo qué decir o hacer, más su mirada se mantuvo fija en su mejor amigo. En su mente, solo podía pensar que Argentina no tenía remedio. Lo dijo con tal naturalidad, como si no fuera importante el hecho de que mientras él se moría, aún así ayudó al resto sin importar su propia vida. Suspiró y se acercó al argento, separándole un momento del pequeño Uruguay, para darle un fuerte abrazo que dejó boquiabiertos al resto de países latinoamericanos.

- Mamahuevo, no hagas esas cosas sin decirme.

- Bue, como digas, mamá. ¡Auch! -Se había ganado un puñetazo en la espalda por parte del de estrellas- Bueno, bueno, ya entendí.

- ¡Comele la boca!

Uruguay había gritado esa frase, logrando un fuerte sonrojo en el venezolano y argentina, quienes se separaron inmediatamente de ese cálido y amigable abrazo. El segundo portador de sol estaba sentado en la camilla, abrazando cariñosamente a su amado brasileño, quien a su lado reía como los demás presentes.

- ¡VOS CERRA EL ORTO!

- La mayoría ya salió del armario, faltan ustedes, pe' y Chile.

- Ah, pero si el chileno marico ya admitió que le gusta Argentina. -El último nombrado, que justo bebía un poco de agua, escupió aquel liquido que en su boca residía.

- ¿No que le gustaba Bolivia?

- No, no. ¡Alemania, pe!

- ¿Le gusta el nazi? -Preguntó Argentina, aún escuchando la conversación pero siendo ignorado completamente- ¡Eh! ¡Escúchenme!

¡Maldito gringo! [USArg] CountryHumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora