En estos precisos momentos era cuando se sentía tan nervioso que suplicaba para que la tierra lo tragara vivo. Sus mejillas estaban tenuemente sonrojadas, miraba al estadounidense que a su lado estaba. Ambos se encontraban dentro de una limusina, de camino hacia la casa blanca. ¿Por qué estaban en el mismo auto cuando Usa debería ir con su presidente y Argentina con el suyo? No sabía lo que había hecho el norteamericano pero "convenció" a Trump para que él fuera consigo. Perfecto. Ahora, literalmente, tenía a Estados Unidos observándole con una sonrisa de pura satisfacción al conseguir su objetivo. Estar cerca suyo.
- Deja de sonreír, la puta madre.
- ¿Qué tiene? ¿No te gusta mi sonrisa, Argie?
- No, esta fea.
- Pff, quizás no quieres verla porque temes enamorarte.
- Pero andate a cagar, ni que tuvieras la facha del mundo.
- I'm sexy, darling. Acéptalo.
Inhalo de forma profundo, tratando de conservar la poca paciencia que le quedaba pero el repentino acercamiento de Usa hacia persona, le hizo mirar al mayor. Rayos, habían quedado muy cerca. Él, por inercia, se alejó hasta quedar pegado contra la puerta de aquel automóvil.
- Espacio personal, pelotudo.
- ¿Qué tal si esta noche en vez de ir a tu hotel no te quedas en la casa blanca? -Vaya propuesta, Argentina no la esperó.
- ¿Quedarme yo en tu casa? No sé, lo voy a pensar si te corres.
- Ok.
¿Tan fácil fue convencerlo? Muy bien, había que dejar algo en claro. No es que Argentina no quisiera cerca a Usa, el problema era que lo ponía sumamente nervioso porque nunca sabía lo que era capaz de hacer el estadounidense. No en el sentido de temerle, sino que era igual que cuando una persona tiene cerca a la persona que ama. ¿Cómo no ponerte nervioso ante semejante potencia? Con ese cuerpo trabajado, su perfume tan delicioso, su voz ronca y esos ojos azules como el mar cubiertos por un par de lentes oscuros que volvían loco a cualquiera. Era demasiado, hasta para Argentina.
Agradecía que no tardaron demasiado en llegar a la casa de Usa. Ambos bajaron del coche, la nostalgia llegó al celeste y blanco al recordar la última vez que pisó aquel lugar.
"¡No te arrepentirás!", recordaba tal frase. La imagen mental de Estados Unidos gritando a lo lejos aquellas palabras e inevitablemente se sonrojó. No, no se arrepentía.
- Come here, Argie. La reunión comenzará en unos minutos.
- Ya voy, estrellita.
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- No tiene de qué preocuparse, Mr. Fernandez. Los Estados Unidos de América ayudarán a la República Argentina en lo que necesite. Firmaremos el acuerdo y podrá volver a su territorio.
Argentina no podía creer lo que escuchaba, estaba en simple shock. Su presidente acababa de informarle que la reunión había salido completamente bien y que recibirían el apoyo del presidente de los Estados Unidos. Por tan solo segundos dirigió su mirar hacia donde se encontraba el estadounidense, quien en esos momentos, a lo lejos hablaba con Trump. Una sonrisa se formó en su rostro, se sentía más tranquilo y apoyado. Nueva esperanza crecía en su interior. No sabía lo que Usa había hecho pero le debía un gran favor.
- Che, Alberto. -Llamó la atención de aquel hombre de barba, quien con gusto respondió su llamado- Creo que esta noche me quedo acá, vos anda tranca al hotel.
- Esta bien, amigo mío. Te veo en la mañana.
Cuando su presidente se fue, se acercó hasta donde Usa estaba. Éste último se había despedido del hombre de cabellos rubios, pues debía acompañar al presidente argentino hasta la salida. Ahora, aquel par de países quedaron solos.
- Boludo, no sé que hiciste para convencer a Trump pero sos un capo mal. -Ah, esa emoción que se reflejaba en el rostro del argento era algo que Usa adoraba ver. Tanto así, que terminó por dedicarle una sonrisa al menor.
- Solo tuve que hablar con él durante muchos días para convencerlo de dar su ayuda en mi causa.
- ¿Causa? -Con confusión, preguntó- ¿Qué causa?
- Is a secret pero te aseguró que no sufrirás más, my love.
¿Sufrir? ¿A qué se refería? ¿Qué escondía el norteamericano? Prefirió no preguntar más, sabía que si insistía, no recibiría ninguna respuesta. Se conformaría con la simple emoción de que su contrario estaba de su lado, brindándole apoyo después de días soportando al Fondo Monetario con sus típico "Pagame o sufre las consecuencias". Necesitaba buenas noticias y ese acababa de recibirlas. Terminó por sentir como un par de manos tomaban las suyas para acariciarlas con suma ternura. Demonios, otra vez se ponía nervioso y sus mejillas tomaban ese hermoso color carmín que fascinaba al auto proclamado "América".
- So, ¿Te quedas esta noche?
- Ah.. Si. Pero solo si vemos alguna peli y así. Y si yo duermo en un cuarto lejos del tuyo.
- Ten por seguro que tus deseos se cumplirán. Además, Trump no molestará. Reservé una cita para su esposa, hijos y él en un restaurante.
- Para un cacho, ¿Vamos a estar... solos?
- Yes. ~
Literalmente se había vuelto un manojo de nervios, Usa lo había engañado. Tendría que estar toda una noche a solas con él. No sabía si era afortunado o no.
(人'∀`).☆.。.:*・°(人'∀`).☆.。.:*・°(人'∀`).☆.。.:*・°
Este cap es puro relleno, por eso es tan corto(?
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¡Maldito gringo! [USArg] CountryHumans
FanfictionEl odio y el rencor debían ser parte del pasado. Pero avanzar no es fácil, menos para alguien como Argentina que tantas decepciones había tenido a lo largo de la historia y con ello, la desconfianza que tomó hacía el resto creció. Entonces, ¿Cómo c...