꧁Capitulo 22: Cansado de esperar꧂

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- ¡Chingadamadre! Si que tienes hambre, mi buen wey. Bájale un poco al paaaaannnn.

- Pana, déjalo comer, estuvo mucho tiempo dormido.

- ¡Es cierto! Mi hermanote tiene que estar fuerte.

- ¡Eso, eso! Déjame comer, boludo.

La mayoría de los presentes soltó una risa al escuchar al argentino decir aquello, habían extrañado verle tan alegre y con sus colores tan vivos. Horas después de que despertara, había demandado tener mucha hambre y con mucha razón. Después de tres días dormido, lo necesitaba. ¡Y no es como si comiera un simple plato de sopa! Cada país le dio una de sus típicas comidas, había recibido tantos regalos de partes de países de incluso otros continentes que estaba muy contento de saber que habían países que se preocupaban por él. ¡Su habitación estaba llena de globos y flores!

Se había sorprendido al ver todo eso con solo despertar. Además, su cuarto parecía de lujo. Camilla cómoda, televisión, una mini-heladera, sillones de cuero. No parecía un hospital de su territorio y fue cuando supo que había dormido en un hospital privado, pagado por cierto norteamericano cual deseó su comodidad en todo sentido. Al enterar de aquel dato, decidió ignorar el sentimiento de ternura que albergó su alma. México le había explicado lo que sucedió después de desmayarse.

- Me asusté tanto que fui a verte. Estaba con Canadá en ese momento, ambos fuimos a buscarte. Tuvimos que tirar tu puerta cuando por la ventana te vimos en el suelo, wey... No mames, me asusté un chingo. Canadá llamó al pinche gringo y con su ayuda te llevamos al hospital más cercano. USA pagó todo tu tratamiento.

Esas habían sido las palabras del mexicano minutos después de que despertara. Muchos países estaban fuera, esperando verle. Por el momento, tenía a Venezuela, México, Uruguay, Chile, Perú, España e Italia con él. No dejaban entrar a más. Gracias a Uruguay supo de que países como China, Japón, Alemania, entre otros, habían ido a verle.

- Boludo, este arroz con huevo es la posta.

- Me alegra que te guste, pe' ¿Quieres un poco de agua?

- Dale, pff. -Otro bocado dio a su platillo. Italia no había dejado de abrazarle desde que despertó, estaba sentado a su lado y le limpiaba las mejillas cuando se manchaba por la comida. Como ahora lo hacía- Fua, Ma. Para, que no soy un peque.

- Oh mio ragazzo Lascia che ti coccoli .. ~ (Oh, mi niño. Déjame consentirte.. ~)

- Si no lo dejas hará un berrinche, tío. -Respondió el Español, acercándose a la camilla para ponerse a observar el suero que se le era dado al argento, ya había que cambiarlo.

- Weon culiao, nos diste un gran susto. No vuelva a hacer eso. -Chile sirvió un vaso con agua para dárselo al peruano y que éste se lo entregué a Argentina, quien agradeció por ello- Mira como no' pusimos.

- Che, pero altos regalos se ganó el pibe. ¿No, hermano? -Y Uruguay, quien no dejaba de estar cerca del argentino, se puso de pie, dejando de estar sentado en una de las orillas de la camilla para acercarse a dichos regalos y tomar una caja decorada con papel de color rojo y moño dorado- ¿Podemos abrirlos?

- Dale, ya fue. Abrilos, enano. -Le encantaba ver con ese animo a Uruguay. Brasil, cuando le tocó verle, le había contado que el portador de sol y rayas azules no había dejado de llorar desde lo sucedido. Tan solo imaginar eso en su pequeño hermano le partía el alma.

- ¡Pe'! Estas flores son de parte de China, uyuyuy ~ -Y las burlas comenzaron. Uruguay había abierto la caja y de allí, sacó un hermoso suéter blanco con brillo que le hacían una linda decoración- ¿Y ese regalo?

¡Maldito gringo! [USArg] CountryHumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora