La noche pasó demasiado rápido para cierto estadounidense, quién se la había pasado toda la madrugada observando en secreto a cierto país latinoamericano dormir en su hogar junto con uno de sus peores enemigos, aquel ruso al que tanto odiaba. ¡Había dormido con el argento! Claro que no en la misma cama pero sí en el mismo cuarto. Y la sangre le hervía de solo recordarlo, algo tan extraño para él. Tan nuevo. La forma en que les espió no era importante ahora, no es como si hubiera usado la computadora de FBI para hackear todo celular o cámara de seguridad en la casa del argento.
Lo importante aquí era el hecho de que eran las diez de la mañana y no había logrado conciliar el sueño en toda la noche. Tenía trabajo que hacer, mucho papeleo, entre otras cosas; pero no. Se dedicó a espiar a un país tercermundista toda la noche. Suspiró con resignación, maldiciendo internamente. Se insultaba a su mismo por su estupidez pero le fue inevitable sentir curiosidad. Si, él lo llamaba curiosidad porque no podía ser otra cosa. Se negaba rotundamente a aceptar que esos sentimientos eran otra cosa. No podía volver a caer en ese estado tan débil. No podía pasarle con el argentino lo que le pasó con México. Pero ahí se encontraba. acostado boca arriba sobre su cama de sabanas blancas, observando el techo de su habitación, sin sus lentes puestos y en nada más que unos simples pantalones para dormir. La computadora de FBI estaba a su lado, en la pantalla se podía observar la imagen de Argentina durmiendo en su cama, tapado hasta el cuello, abrazando una de las almohadas que había comprado en la convención. Exactamente la que tenía funda del norteamericano. USA ignoraba como podía ese hecho. Por otro lado, en la misma imagen, se veía al ruso dormido en un colchón que había sido puesto en el suelo, completamente destapado, durmiendo sin camisa y con sus pantalones del día anterior.
Estados Unidos cerró aquella computadora luego de ver como la mascota felina de Argentina le rasguñaba el rostro al ruso. Soltó una risa malvada por eso y luego se pudo de pie para buscar en su extenso armario algo que ponerse. Considerando que debía ir a su oficina, se colocó algo cómodo. En manos tenía una remera negra ajustada al cuerpo, unos jeans ajustados y una chaqueta negra de cuero casual. Se miró al espejo de pie que tenía en su habitación, admirando su físico. Realmente había bajado de peso, sus abdominales eran prueba de ello. Se sentía orgulloso en cierta forma, si no hubiera sido por su hermano, su físico estaría peor. Cuando estaba gordo, incluso le costaba respirar al subir las escaleras pero ahora estaba mucho mejor. Lo único que detestaba era como todos le seguían llamando de esa forma tan cruel.
"Gordo capitalista"
Y aunque era alguien fuerte, orgulloso que no se dejaba doblegar, esas palabras... le recordaban un paso que había decidido dejar atrás. Estaba acostumbrado al odio de todos pero las palabras del argentino eran ciertas. No era un frasco vacío sin sentimientos. Sentía. Sentía muchas cosas. Pero nunca las aceptaba o dejaba ver.
- Did you really tell the truth, love? (¿Realmente decías la verdad, amor?) -Habló a la nada, recordando al argentino. Y vaya apodo le había dado- If you believe that about me, I will prove that it is true. I will not make the same mistakes. (Si crees eso de mí, demostraré que es cierto. No cometeré los mismos errores)
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La hora de la fiesta había llegado, Argentina y Rusia se encaminaban hacia el territorio del pequeño peruano, habían logrado entrar y ahora estaban por la ciudad yendo hacia su hogar, cual sería el lugar donde festejarían su cumpleaños. El argento quería que éste día fuera un momento especial y divertido para su amigo, sabía que no era un día al que le tomara mucha importancia, razón misma por la que el resto de países latinoamericanos hacían lo posible para que el 28 de Julio fuera un día de total alegría para su amigo.
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¡Maldito gringo! [USArg] CountryHumans
FanfictionEl odio y el rencor debían ser parte del pasado. Pero avanzar no es fácil, menos para alguien como Argentina que tantas decepciones había tenido a lo largo de la historia y con ello, la desconfianza que tomó hacía el resto creció. Entonces, ¿Cómo c...