MARC*
Esta mañana recibí la llamada del cura que nos va a casar y por poco no se lo cojo. En dos días Luce y yo tenemos que estar allí.
Dos días, dos días, solo dos dos días...
Menos mal que mis madre y mi hermana se encargan del catering y todo lo que tenga que ver con esas cosas, además del decorado y el sitio. Vamos que prácticamente todo menos el si quiero.
Aproveché que Luce estaba en clases y me dediqué a eso que llaman votos.*llamada de mamá*
-Marc, vete a ayudar a tu padre con la niña que ya la dieron el alta.-
-Ahora no puedo madre.-
-Está desquiciado y llamando cada dos por tres. Yo estoy preparando la boda con tu hermana no te quejes.-
Y colgó...
-Papaa, soy yo.- Dije llamando a la puerta.
Al abrirla mi padre, el gran jefe. ¡Donovan! Estaba lleno de manchas y con un biberon en la mano y un pañal en el bolsillo del pantalón.
-Vale...-
-Hijo, esto es muy difícil.-
-Has tenido dos hijos, ¿no sabes que hacer?-
-Lo hacía todo tu madre y como castigo le ha dicho a la nana que se fuera y me ha dejado aquí con el marrón.-
-Literalmente. Espero que sea chocolate.-
-No hijo esto de la camiseta es mierda.-
-Decía lo de la cara.- Tras decirlo soltó el biberon y salió corriendo al baño.
Claramente dejó claro que no era chocolate.No podía ser tan difícil una cosita tan pequeña. Así que fui en busca de mi pequeña Victoria.
-Hola mi niña.- Dije al entrar a aquella habitación que en vez de ser el cuarto de un bebé parecía la segunda guerra mundial.
-Exagerado...-
-Vamos al lio.-
-Hijo como vas.- Preguntó mi padre después de una hora según mi reloj.
Le contesté con los pelos alborotados, sudando y con la habitación llena de pañales.-Esa niña ha salido a su madre.- Es lo único que dije.
Después del mal trago nos quedamos mirándola mientras dormía tan tranquila.
Parecía adorable si no se despertaba y volvía a hacer sus cosas de bebé.-Es lo que te espera.- Dijo mi padre dándome una palmada en la espalda, después se marchó a tumbarse un rato.
Realmente tenía miedo. Eso de ser una familia y tener responsabilidades no iba mucho conmigo. Sin embargo, al ver a esa cosita tan pequeña dormir mientras sujetaba mi dedo me hacía plantearmelo.
*llamada de Luce*
-¿Dónde estás?- Preguntó una vez descolgué.
-Buenas tardes, lo primero. Estoy en casa con la niña.-
-Me voy con Daniel al centro comercial. Luego iré a casa en vez de a la residencia de la uni.-
-¿Por qué? No estas cómoda...
-Si, pero prefiero estar en casa hoy.-
-Vale, no tardes.- Eso de que se fuera con Daniel no me hacía mucha gracia, pero bueno, ella era (será) mi mujer.
*fin de la llamada*
Sin poder resistirlo cogí a la pequeña que aún dormía y la llevé a la cama para tumbarme con ella. Al rato me quedé dormido a su lado.
LUCE*
Mi niña por fin estaba en casa pero necesitaba salir un rato con Daniel. Así que cogí la mochila de clase y me fui con él al centro comercial a picar algo.
-Vamos a comer en el KFC porfa. Que se me ha entojado.-.
-No pongas la escusa del antojo que ya no estás embarazada.- Me dijo llevándome al Vips.
Que me daba lo mismo porque lo que quería era comer.De primero una ensalada cesar para empezar tranquilos.
De segundo nos pedimos una hamburguesa de carne con extra de queso (adorabamos el queso fundido), beicon y huevo.
Para terminar el famoso postre de tres tortitas con nata y sirope. Yo le pedía al camarero que echara más nata y sirope mientras Daniel que ya me conocía se apiedaba del chico que me servía.
-El apetito sigues sin perderlo.-
-¿Qué le vamos a hacer?- Dije con media tortita en la boca. Daniel ya se había terminado las suyas mientras yo intentaba comerme toda la nata. Sin darme cuenta Daniel se había sentado a mi lado.
-¿Quieres más?- Dije ofreciéndole una de las mías.
-No, solo que estas manchada.-
-¿Dónde?- Pregunté buscando mi móvil para mirarme al espejo.
-Por toda la boca.- Y me besó.
El beso era dulce (por la nata y el sirope, claro...)
Cuando se retiró tenía la boca llena de nata.-Tú... También estas manchado.-
-¡Tú!- Alguien nos grito desde la puerta del restaurante. Se acercaba y una vez estaba lo suficiente cerca reconocí su cara.
El diablo había llegado por pecar...
-Marc, ¿qué haces aquí y por qué traes a la niña?- Llevaba a Victoria en un arnés de papi que le hacía muy sexy.
-¡Callate!- Dijo señalando me.
-No la mandes callar.- Saltó Daniel.
Una pelea entre ángeles y demonios...Marc se quitó el arnes y me dio a Victoria que aún estaba dormida. Los gritos habían llamado la atención de los clientes que los miraban atónitos.
Yo me senté con la niña en el asiento para evitar que se despertara, pues lo único que faltaba era el llanto de mi pequeña.
-¿Cómo te atreves a besarla? Ella es mía.-
-Ella no es tuya Marc. Está obligada por un estúpido contrato. Asumelo, ¡no te quiere!-
¿Quererle? Era el padre de mi niña y si, todo era un contrato pero... Pero ese diablo era mi mayor pecado.
-¿Y te crees que a ti si?- Solo eres su mejor amigo y es lo que serás siempre. No sé si te has dado cuenta pero... ¿Sabes como se hacen los hijos?- Dijo elevando una ceja.
Lo estaba provocando.
-¿Violarla te hace sentir orgulloso?-
-Violarla... ¡Yo te mató!-
Dijo Marc antes de lanzarse sobre Daniel. Uno encima del otro se iban turnando, mientras se daban de ostias.¡Ya estaba arta!
-Bastaaaaaaa. Ya estoy cansada de vosotros dos. ¿Y lo que yo siento? En menos de dos años me han separado de mi mejor amigo, me han obligado a casarme con alguien que no conozco y ya tengo una hija...
¡Daniel! Deja ya de besarme y tú, Marc, no soy tuya soy mía.Después de decir eso me fui con mi niña lo más lejos posible. Sin darle tiempo a ningún de esos dos a recuperarse para ir detrás de mi.
-Quizás debería desaparecer algún tiempo.- Dije mirando a Victoria que tenía los ojos abiertos por tanto alboroto.
En cuestión de segundos sentí un pinchazo en el cuello y después sentí como me caía al suelo y como alguien me quitaba a la pequeña de los brazos. Después, no sentí nada.
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Casada con un Demonio (+18) [EDITANDO]
RomanceEn vísperas de su mayoría de edad, una joven es forzada por su padre a casarse con un hombre rico y misterioso, apodado como "el demonio" por sus ardientes pasiones y su imponente reputación. Atrapada en un torbellino de deseo y traición, se ve arra...