Capitulo 3

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»»----- LUCE -----««

POR PROBLEMAS DE EDICIÓN EL CAPÍTULO 2 SE HA DESCOLOCADO Y SE ENCUENTRA DESPUÉS DE ESTE. PORFAVOR, LEER ANTES EL SIGUIENTE Y VOLVER A ESTE. LO ESTOY SOLUCIONANDO.

Abro los ojos con pereza y al rodar sobre mi misma me choco con Daniel. Sus ronquidos suaves llenan la habitación.

-Luce -dice con los ojos aún cerrados y una sonrisa pícara.

Trato de evitarlo y con esfuerzo, me desplazo hacia el borde de la cama para levantarme. Me agarra del brazo y tira de mí.

-¿A dónde te crees que vas? -pregunta sobre mí.

Unos mechones rubios y rizados caen por su frente haciéndolo ver muy sexy. Está usando solo unos bóxer y su cuerpo está tan bien esculpido que no puedo evitar recorrerlo con la mirada. Sus ojos ambarinos me miran divertidos y me besa con malicia. Yo me río y el se levanta para ponerse la ropa. Hago una mueca de queja, pero el me ignora.

-Si no me voy, tu padre me va a matarme -dice subiéndose a la ventana. Con una mirada, mezcla de diversión y nerviosismo, me lanza un beso y salta.

Me levanto aún entre regañadientes y me doy una ducha rápida. Me visto y bajo a desayunar.

Al bajar las escaleras, el aroma tentador del desayuno invade mis sentidos, y alrededor de la mesa familiar, encuentro a mis padres sumidos en su rutina matutina. Aunque Daniel se había escapado con sigilo, su fugaz partida parece no pasar desapercibida por mi padre.

-¿Desde cuando Daniel y tú estáis saliendo? -mi padre gruñe y hunde su mirada de nuevo en su sección favorita del periódico, la sección de deportes -Si lo vuelvo a pillar saliendo por la ventana de tu cuarto...

Mi madre le sirve el café y esto hace que su atención se desvíe de mí por unos segundos. Ella me hace señas con los ojos y yo me escapo sin pensarlo dos veces. Aún oigo los gritos de mi padre a lo lejos, pero yo sigo corriendo escaleras arriba.

Una vez en mi cuarto cierro la puerta y me tiro sobre la cama. No puedo evitar sonreír y tapar mi cara con la almohada. Parezco una niña chica, lo sé, pero no puedo evitar sonreír cuando pienso en él. Entre esos pensamientos se entremezcla la imagen del hombre de la cafetería. Me siento sobre mi misma y me doy unas palmaditas en las mejillas "¡No Luce, No!" me digo a mi misma. "¿En qué estoy pensando? Cojo el móvil y le escribo a Daniel para distraerme, y, por suerte, él responde al momento.

-Luce, tengo una entrevista para la beca de la universidad. ¿Puedes acompañarme? -le envío un sticker en confirmación y decido cambiarme de ropa. Cuando estoy lista, bajo las escaleras y les digo a mis padres que me voy a pasar la tarde con unas amigas. Mi padre vuelve a sacar el tema de antes y yo cierro la puerta rápidamente. Corro hacia la parada del bus donde me espera Daniel, antes de que a mi padre se le ocurra salir corriendo detrás de mí.

La ciudad está a media hora en coche, pero se tarda una hora y media en autobús. Mis fabuloso novio saca de la mochila una bolsa de snacks y me ofrece varios. Tiene Oreos, chocolate Milka y Takis. Yo los cojo todos y le sonrío. Niega con la cabeza y me quita dos de ellos.

-Luego te pones mala -dice guardándolos de nuevo en la mochila.

Hago pucheros, pero sé que tiene razón. Me acomodo en el asiento y abro la bolsa de Takis. Pasamos todo el camino viendo videos en Tik tok, comiendo y riendo. Cuando llegamos a la ciudad, me impresiona la cantidad de ruido, coches y gente que hay. He venido varias veces, pero siempre saco la misma conclusión: "La ciudad no está echa para mí".

Daniel me agarra de la mano y tira de mi mientras se guía por su móvil. Nos encontramos frente a un imponente edificio de lujo que combina la elegancia de un hotel con la seriedad de unas oficinas. Al acercarnos al mostrador más cercano, Daniel menciona el nombre que le indica el mensaje. Las mujeres intercambian miradas y proceden a hacer una llamada telefónica. Después, nos piden amablemente que esperemos en los sofás que están al lado. Siguen cotilleando y murmurando entre ellas, aunque yo me doy cuenta de que me observan de reojo. En ese momento, un hombre bien vestido, portando una carpeta, se acerca y pregunta por Daniel.

-Si -responde Daniel.

Él nos indica que le sigamos y caminamos juntos hasta unas enormes puertas negras con agarres dorados. Al abrirlas, revelan un espacioso despacho que parece pertenecer a un gran ejecutivo, con amplios ventanales que ofrecen una vista impresionante. "La ciudad podrá agobiarme, pero desde estas alturas es todo increíble".

-Adelante -dice una voz profunda y resonante, con un tono suave. Un hombre de traje se encuentra mirando a través de esas grandes ventanas. Al girarse, no me creo lo que veo.


Casada con un Demonio (+18)  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora