Capítulo 78

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*Antes de todo quería pediros perdón. Sé que he estado inactiva mucho tiempo, pero ya he vuelto. Ha sido un año muy duro pero prometo que esta historia tiene final. Espero que mis lectores sigan aquí conmigo. Gracias a todos los que me apoyáis!! ❤️*

LUCE*

Esto no podía ser verdad... Tenía un stripper semidesnudo, bueno... Desnudo mejor dicho, encima mía.

-¡Ven con con nostras un rato!- Dijo April llamando al stripper.

Al menos me dejaría un rato tranquila.

-Hola, soy Carol, una de las amigas de April. ¿Estás bien?- Me preguntó una chica alta y delgada muy morena. Su pelo era muy afro, pero el rizo que tenía era precioso. Eran de color rubio plateado  y brillaban con la luz de los focos.

Era guapa, no, muy guapa.

-Estoy un poco mareada.- Dije recostándome en el sillón. Quizás podría descansar un poco mientras April tonteaba con el stripper.

-¿Te encuentras bien?- Preguntó Carol posando su mano en mi frente. -Estás ardiendo.- Dijo bastante preocupada.

-Voy a por algo de beber para que te refresques.-

Parecía muy maja la verdad. Quizás podría ser la amiga que buscaba...

Estuvimos un rato hablando sobre nuestros gustos y teníamos tanto en común... ¡Qué pena que solo sea una amiga de una noche!

-¿Bebiste mucho?- Me preguntó Carol sujetándome antes de que me fuera al suelo.

No había bebido mucho, solo el refresco que ella me dió, pero me encontraba muy mal, tenía mucha calor y estaba algo mareada.

-Solo una copa.- Dije recostándome en su hombro.

-Yo te la di sin alcohol.- Dijo  arqueando una ceja por si estaba mintiendo.

-¡Es la verdad!- Dije sentándome en el suelo.

-Que no vean así a la novia, vámonos a alguna sala privada.- Carol me cogió del brazo y me ayudó a levantarme. Los tacones me estaban destrozando los pies y apenas coordinaba con ellos.

-Ya hemos llegado.- Dijo entrando a un sala muy lujosa.

-Vamonos... Debe ser de alguien.-

-Tranquila se lo pedí prestado a un amigo.- Dijo guiñando un ojo.

Me dejó en la cama y me trajo una botella de agua.

-Duerme un poco, te la dejo  en la mesita por si te entra sed.- Me quitó los tacones, apagó la luz y cerró la puerta.

Al menos aquí podría descansar un poco de todo ese descontrol que April había preparado. La verdad es que parecía más su despedida de soltera que la mía...
Aunque ya llevaba quince minutos tumbada, los párpados me pesaban cada vez más y la sala aún daba vueltas. Intenté cerrar los ojos un rato para poder descansar.

____________

Me sentía algo más descansada, pero seguía sin tener fuerzas. Aún me costaba abrir los párpados sin que se me cerraran. Intenté incorporarme un poco, estaba oscuro y solo alumbraba las luces de la calle.

Tsss

Me entró un escalofrío desde la punta de los pies hasta la nuca.

-¿Habrá alguna ventana abierta?- Me pregunté a mi misma.

-No.- Dijo un voz masculina.

-¿Quién hay ahí?- Pregunté intentando levantarme a encender la luz. -Es una habitación privada, llamaré a seguridad.- La verdad es que ni sabía dónde estaba ni de quién era esa habitación. ¿Sería el dueño? No, no... Carol me dijo que era de su amigo y que se la había prestado.

-¿Privada? ¿Y me podrías decir de quién es la habitación?- Oí la voz cada vez más cerca de mi, pero apenas veía nada para poder salir corriendo.

-Marc Donovan.- Dije sin pensar. -Es un mafioso muy peligroso y es mi marido. Yo qué tú me iría rápido.- Que me sirva de algo nombrarle, pedía con los dedos cruzados.

-¿Un mafioso? ¿Peligroso?-

-Si...- Dije con la voz entrecortada.

-Entonces, ¿por qué estás en tu despedida de soltera? ¿No decías que ya estabas casada?-

Mierda... El corazón empezó a latirme rápido y las manos me empezaron a sudar. Yo que pensaba que ya me había acostumbrado a estos momentos tan incómodos...

No sabía que contestar, me quedé en blanco.

-Ee...- Intenté gesticular palabra, pero nada. No encontraba respuesta a su pregunta sin vacilar o tartamudear.

Noté como el colchón se hundía. Ese hombre se acercaba a mi poco a poco.

-¡Dejame!- Grité pataleando.
Al menos que se llevase una buena. -Maaaaaarc!- Grité a puro pulmón, cuando noté una mano rozando mi muslo.

-¿Qué quieres?, esposa.-
Respondió entre susurros aquel hombre en mi oído.

Espera, ¿qué?

Me moví como pude por la cama buscando un interruptor para encender la luz. Era una cama muy grande, pero estaba tan cabreada por esas palabras que pronto encontré uno.
Al principio me costó abrir los ojos, como si estuviese mirando el sol, pero poco q poco me fui acostumbrando a la luz y, ¿a qué no sabéis a quién tenía delante de mí?

¡Marc, era Marc! Ese diablo estaba delante de mí riéndose sin parar.

-¿Te parece gracioso? Eh- Dije estirando el pie para darle en el estómago, pero como siempre él tenia mejores reflejos que yo. Me agarró del pie y tiró de mi para dejarme tumbada sobre la cama (ya volvía a ser un caramelito para el diablo).

-Eso te pasa por dejar que te baile otro hombre desnudo encima tuya.- Dijo besando mi frente.

A pesar de parecer dulce en sus ojos se veía ese brillo de victoria al conseguir lo que siempre quiere.

-Ahora que estamos solos deberíamos aprovechar la última noche antes de casados, ¿no?- Preguntó levantando la ceja.

Ese hombre buscaba cualquier escusa para tenerme entre sus sábanas...
Aún asi, cedí. Tampoco es que yo me fuera a quejar, pero después de esta noche el diablo probaría su propia medicina.























Casada con un Demonio (+18)  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora