Capítulo 67

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MARC*

-¡Luce, Luce! Despierta joder.-

-Señor, la niña está llorando.- La nana sostenía y mercía a Victoria, pero no paraba de llorar.
Daniel había muerto a manos de mi enemigo y Luce... Luce había dejado de respirar por mí culpa.

La situación me superaba y el circo que se había montado en el coche lo empeoraba todo.

-Llevabe con Wilson. ¡Ya!-

No costaría más de diez minutos llegar pero se me estaban haciendo eternos. Después de todo, este diablillo se había convertido, junto a mi hija, en mi punto más débil.

-Ya llegamos señor.-

Cogí en brazos a Luce, que aún no se había despertado y la llevé con Wilson (mi mejor amigo de toda la vida. Un gran doctor, dueño de un hospital privado).

-Marc, amigo. ¿Qué te trae por aquí? ¿Una noche larga?- Preguntó señalando a Luce.

Le tenía mucho aprecio, pero no tenía tiempo de aguantar su humor. Mi hija lloraba sin parar y mi mujer estaba inconsciente. Tenía algo de culpa de la muerte de Daniel y mi padre iba a deseredarme como se enterase de esto.

-Ayudame. Por favor... - Esas últimas palabras me costaron decirlas. Yo no era así, me daba igual todo lo que me rodeaba y solo me importaba mi dinero y mi imagen. ¿Qué estoy haciendo? Me preguntaba mientras se llevaban a Luce y a la pequeña.

-Ha sido él, ¿verdad?- Wilson solo me miró mientras yo aún pensaba en cómo iba a matar a padre adoptivo. Sabía que Wilson haría lo que fuera por mí y yo por él, sin importar qué.

-Vamos a tomar un café y me lo cuentas todo.- Acepté rápido, no lo pensé demasiado. Necesitaba un descanso de todo.

Una vez llegamos a su despacho, me sirvió una taza de café y me ofreció asiento.

-¿Desde cuándo eres tan formal? Acabas de heredar el hospital de tu padre y ya pareces él.- Wilson se sentó aún más derecho y no me siguió la broma. Él era una persona extrovertida y lujuriosa. Además, odiaba las normas.

-Tengo algo que decirte. ¿Recuerdas cuando éramos  más pequeños y nuestros padres estuvieron fuera por unos meses?-

-Eso fue hace mucho y sólo teníamos dieciocho años. Se fueron por un viaje de negocios para beneficiar a la empresa de tu padre.-

-Ese día, antes de que se fueran los escuché hablar en su despacho. Acababa de terminar de hablar contigo cuando oí unos vasos romperse. Cuando bajé abajo, la puerta del despacho de mi padre estaba abierta. Me escondí con cuidado y vi a tu padre pelear con el mío sobre un bebé. Tu padre estaba muy inquieto por el tema, pero solo dijo unas palabras antes de irse.-

-¿Qué palabras?- Pregunté sin importarme el cuento que me estaba soltando.

-Él será mi hijo. Se lo debo a su madre.- Oír mencionar a mi madre no me hizo mucha gracia. Había pasado por ese mal momento años atrás y no estaba en condiciones para sacar el tema. Yo nunca pude conocer a mi madre...

-No menciones a mi madre difunta.-

-Marc, no lo entiendes. Cuando mi padre murió, heredé todos sus patrimonios. Entre todos ellos había un maletin por el cual nuestros padres se pelearon años atrás.
No lo he abierto, pero creo que tú si deberías.-

Se levantó y retiró el cuadro que tenía en la pared. Tras él había una caja fuerte, una de las más difíciles de abrir.

-¿Por qué tu padre tendría una caja fuerte en el hospital?- Dije en tono de burla, pero Wilson ni se inmutó. Abrió la caja fuerte y sacó el maletín del que tanto hablaba.

-Ábrelo.- Me dijo señalando el maletín.

-¿Cómo, no tengo la llave?-

-Va por huella dactilar y la mía no funciona. Si tu padre quería este maletín lo protegería de tal manera que mi padre no pudiese abrirlo.-

Todo esto me parecía una gran tontería, pero algo me intrigaba. El padre de Wilson murió poco después de volver del viaje y desde entonces mi padre me negó a acercarme a padre adoptivo (su mayor socio). Quizás este maletín tuviese la respuesta a todos estos años en los que mi padre me prohibió salir del país.

Antes de abrir el maletín me levanté a secarme las manos con un papel, me sudaban tanto que en vez de detectar mi huella, el maletín iba a detectar mi ph.
Sin darle más vueltas a la cabeza, puse el dedo pulgar y este se abrió.

Wilson y yo nos asomamos a la vez viendo tan solo una foto rota y un papel.

-Cogela tú.- Dije pellizcando el brazo de mi mejor amigo.

-Ahh... ¡Hazlo tú!- Me dijo mientras se frotaba la zona del pellizco. Mientras que yo me pensaba si darle la vuelta a la foto o no, él sorvía su café.

Respiré profundo, me bebí el café de una y gire los dos trozos de la foto. En una estaba mi padre con mi madrastra y en la otra una mujer embarazada junto a padre adoptivo. ¿Sería su mujer?
Wilson me miraba en busca de respuestas pero ni yo las tenía.

-¿La conoces?- Intenté preguntarle a él. A pesar de su silencio la cara le delataba. -¿Quién es?-

-Yo... Me suena mucho pero no lo sé seguro.- Dijo sorviendo de nuevo su taza.
Estaba claro que no confiaba en sus palabras.

Volví a mirar la foto y no sabía porqué, pero la cara de esa mujer me resutaba familiar y a la vez me daba tranquilidad.
Detrás de uno de los trozos de la foto ponía la fecha de: 26-06-1994.

¡Mi cumpleaños!

Pero... Si era mi cumpleaños, ¿dónde estaba yo? ¿Mi padre ya conocía a mi madrastra? ¿Y mi madre?

-¿Estás bien?- Me preguntó Wilson mientras dejaba su taza en la mesa.

Sin responderle, cogí la hoja que aún estaba dentro del maletín y la leí en alto:

Querido...

He sido una buena Sra. Donovan pero no una buena mujer. Nuestro matrimonio arreglado comenzó muy bien pero le conocí a él.

Antes de morir tengo que decirte algo que me lleva consumiendo mucho tiempo.
Yo... Me enamoré de tu mejor amigo y el hijo que espero es suyo.

Por favor, perdoname. No lo culpes. Después de todo, ninguno de los dos nos amamos. Tú ya tienes a alguien en tu corazón y yo en el mío. No la tomes con tu hijo, nuestro hijo. A pesar de todo es un Donovan.

Cuida bien de Marc.

Sra. DONOVAN.

Mi padre era... ¡NO! Cogí el maletín y lo lancé lejos. No podía ser cierto, toda mi vida era una mentira.

Casada con un Demonio (+18)  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora