»»----- LUCE -----««
Es el hombre del Café de ayer. Sus ojos color jade me miran intensamente, al igual que yo a él, ambos sorprendidos por este inesperado encuentro. ¿Por qué tenía que volver a encontrármelo? (Quería sacarlo de mi cabeza).
Daniel se acerca a él sin soltarme de la mano, y puedo sentir la mirada de ese hombre posándose sobre nuestras manos unidas. Noto un destello de desdén en sus ojos antes de dirigirse a Daniel.
—Por favor, siéntense —nos señala unas sillas que se encuentran frente a su mesa. —Bueno —dice acomodándose la corbata. —Me llamo Marc.
Yo solo digo mi nombre y Daniel intenta vender su mejor imagen. Yo me quedo observando la habitación tan grande en la que nos encontramos. Podría decir que es como mi casa entera.
"Su nombre es igual de atractivo que él" pienso. Sacudo la cabeza en intento de borrar ese pensamiento y noto que me mira de reojo mientras sigue atento a la explicación de Daniel.
—Se te ofrece el pago completo de la beca más gastos de residencia.
Eso llama mi atención y giro la cabeza hacia ellos.
—Pero, ¿por qué yo? —pregunta Daniel. Quiero pellizcarlo y decirle: "Cállate, que esta empresa multimillonaria te va a pagar los estudios"
—Cada año ofrecemos una beca con todo pagado a uno de los hijos de nuestros trabajadores y este año le ha tocado a tu padre —dice mirándome. Yo siento esa conexión de nuevo, la misma que sentí en el Café ayer. —Pero, la universidad la elegimos nosotros —termina de decir. Eso hace que vuelva en mi y miro a Daniel. Este no me devuelve la mirada, pero puedo notar su preocupación por lo fuerte que tensa su mandíbula. Sé que Daniel hace unos años decidió estudiar lo mismo que yo e ir juntos a la universidad. "Todo esto ocurrió mientras éramos mejores amigos y aún yo no sabía que le gustaba".
—Y, ¿cuál es la Universidad que proporcionan? —Daniel me agarra con fuerza la mano.
—Helbert —responde Marc sonriendo.
Daniel apreta aún más mi mano y yo me muerdo el interior del cachete para no soltar un gemido de dolor. Esa universidad es la mejor del estado y la más cara. Sólo los hijos de ricos pueden permitirse entrar y salir de allí es una gran oportunidad para el futuro. Se encuentra a ocho horas de donde vivimos, pero esto no se puede conseguir todos los días. Le agarro la mano para que se relaje y ya de paso afloje un poco su agarre y le sonrío.
—Los fines de semana podemos coger un AVE —digo lo más serena posible. Acabamos de empezar a salir y ya se va a convertir esto en una relación a distancia.
Marc da un pequeño golpe en la mesa al dejar un papel. Parece ser el contrato sobre la beca.
—Estoy a la espera de su firma. Sus padres ya hablaron conmigo y están de acuerdo. No sabes lo que esto supone para ellos. Todo lo que podrán ahorrarse si a su hijo le pagan la universidad y la residencia en una de las mejores universidades —dice ofreciéndole un bolígrafo.
Yo asiento con la cabeza animándole, aunque realmente quiero romper ese papel en tiras. Daniel firma y después me besa.
—Te juro que vendré todos los fines de semana a verte.
"No voy a llorar. No lo haré" Me digo a mi misma.
Marc le pide a Daniel que acompañe un momento a su ayudante para una serie de papeleos e información de mudanza. Me quedo sola en esa enorme habitación que parece hacerse pequeña con ese hombre ahí dentro. Sigo mirando a la puerta por la que Daniel ha salido esperando que vuelva cuanto antes para romper ese incómodo silencio. Siento su mirada en mi nuca y me giro porque no puedo aguantar más, pero al hacerlo sus ojos verdes se encuentran frente a los míos. A rodeado la mesa que nos separaba sin ser escuchado y está apoyado a los brazos de mi silla mirándome fijamente.
—Emm.. —intento articular palabra, pero esta cada vez más cerca. Empujo mi espalda más fuerte sobre el respaldo de la silla en intento de alejarme de él cuando siento que la habitación se pone del revés. Abro los ojos esperando encontrarme en el suelo, pero estoy en los brazos de Marc que han evitado que me cayera. Mi incomodidad da paso a la curiosidad, pero escucho el pestillo de la puerta abrirse. Daniel entra siguiendo al asistente de Marc y yo me alejo de este "Tan rápido como si de una cucaracha se tratarse". Daniel se acerca y mira la silla del suelo, me agarra la cintura y me acerca a él.
—¿Todo bien? —me besa.
—Me tropecé — respondo con una sonrisa. Este asiente y se despide de Marc. Yo evito contacto visual con él y salgo lo más rápido posible de allí. "Sólo espero no volver a encontrármelo nunca más".
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Casada con un Demonio (+18) [EDITANDO]
RomanceEn vísperas de su mayoría de edad, una joven es forzada por su padre a casarse con un hombre rico y misterioso, apodado como "el demonio" por sus ardientes pasiones y su imponente reputación. Atrapada en un torbellino de deseo y traición, se ve arra...