Capitulo 28

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LUCE*

No podía dormir. Que sería aquello que Marc no quería decirme.

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-Vamos Luce, vístete.- Dijo Marc mientras se metía al baño.

Me metí en el vestidor deprisa sin saber porque y miré los vestidos que había colgados. Eran todos muy bonitos pero me enamoré de uno. Un vestido azul de tirantes con encaje y cola y tacones veis.

Marc ya me estaba metiendo prisa cuando salí del vestidor para que él entrara

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Marc ya me estaba metiendo prisa cuando salí del vestidor para que él entrara. Al salir Marc me alagó diciendo lo guapa que estaba y entró a cambiarse. Roja de la vergüenza me metí al baño a maquillarme.



Ya maquillada y peinada fui a buscarle, ambos salimos a la vez de prepararnos y nos quedamos mirándonos de arriba a abajo.
Llevaba un traje a juego con el color de mi vestido que le hacía más sexy de lo que era. Pero no le dije nada.





Ya listos bajamos y cogimos el coche. Hoy conducía Marc y no el chofer.
El camino era largo así que me puse a mirar por la ventana. Después de un rato me dio curiosidad como Marc cambiaba de marchas.



-¿Quieres probar?- Me preguntó sin dejar de mirar la carretera.



-No se...- Dije algo tímida. Solo era una palanca pero andaba nerviosa por donde íbamos.




-Ven, yo te enseño.- Cogió mi mano y durante todo el camino movía mi mano con la suya para cambiar de marcha. El cambiar de marcha no me emocionaba, pero el calor que desprendía de su mano y la electricidad que me hacía sentir por todo mi cuerpo, no lo cambiaba por ninguna marcha.



Llegamos a la ciudad y Marc aparcó delante de un hotel enorme.
Bajó y le dio las llaves a un hombre que sería el botones.




-Vamos.- Dijo cogiendo mi mano para llevarme dentro.


Estaba intrigada a donde me llevaba y por que no había querido decirme nada. Solté su mano y me paré. Hasta que no me lo explicara no seguiría.





-¿Dónde me llevas?- Pregunté.



-A comer.- Dijo.



-¿Hasta aquí hemos venido para comer?- No habíamos hecho cuatro horas de viaje y me había metido tanta prisa para comer. Escondía algo.



-Es una sorpresa.- Dijo señalando al salón. Con aún más intriga me dirigí a este. Antes de abrir la puerta Marc volvió a sujetar mi mano.

No podía creérmelo. ¿Que hacían mis padres y la familia de Marc aquí? Esto era una encerrona.
Nos acercamos a ellos y les saludamos. Sus hermanos se presentaron primero y nos ofrecieron sentarnos.
Mientras su padre contaba chistes no muy buenos que a mi padre le encantaban, Marc y yo pedimos algo de comer.


Estaba saboreando mi pasta. Comida que me gusta mucho a parte del chocolate, cuando el padre de Marc llamó nuestra atención.


-Ya hay día para la boda.- Dijo.
Un espagueti más y me hubiera ahogado allí mismo. Solté mi tenedor y terminé lo que tenía en la boca. Todos elevaron sus copas menos yo. Mi padre me hizo un gesto para que hiciera lo mismo. Levanté la copa y me la tomé de un trago.

No tenía ganas de discutir pero quería salir de allí. Me despedí de todos y le pedí a Marc que me llevara a casa pues me encontraba mal.




Marc me abrochó el cinturón una vez montamos en el coche y arrancó.
Durante el largo camino ninguno pronunciamos palabra. Solo Marc me preguntó una vez si estaba bien, a lo que contesté que necesitaba descansar.



Después de otras cuatro horas de viaje, bajé del coche y me fui directa a mi cuarto. Solo pude tumbarme en la cama y llorar sobre la almohada.
Este hombre es guapo, está bueno, es rico, me gusta... Pero no quería casarme con él. Era borde, egoísta, controlador... Se cree que tiene todo el poder.




Alguien llamó a la puerta y la abrió.

La cama se hundió un poco a mi lado izquierdo y entreabrí los ojos para ver.
Marc estaba sentado a mi lado con las manos entrelazadas.




-Serás mi esposa y te cuidaré.- Dijo.
No quiero ser su esposa ni quiero que me cuide. Que no entienden.



Le ignoré y seguí con mi almohada. Me agarró y giró de mi. Acercaba su cara a la mía cada vez más cerca hasta estar a un milímetro el uno del otro. Sus labios rozaron los míos y mis labios siguieron sus pasos. Los besos eran tiernos, tranquilos pero con ganas.

Comencé a desabrochar su camisa y bajarle los pantalones.
Estaba cabreada y no sabía que hacer. Sus besos recorrían mi cuello acelerando mis hormonas de adolescente al cien por cien. Me quitó el vestido y desabrochó mi sujetador. Mientras jugaba con mis pechos le bajé los calzoncillos y besé su boca.



-¿Estás segura?- Preguntó mirándome a los ojos mientras acariciaba mi pelo.



-Si.- Respondí. Pues claro que no estaba segura, estaba muy nerviosa y asustada pero no segura.



Cogió de su mesita un condón de un caja nueva que debió haber comprado y se lo puso.
Muy despacio introdujo su amiguito en mi haciendo que gritara un poco.



-Voy a parar.- Dijo preocupado.




-No.- Respondí. No sé en que pensaba pero me iba a arrepentir de ello seguro.


Terminó de introducirla y sentí húmedo el culo. Puse mi mano para ver que pasaba y al mirarla la tenía llena de sangre.



-Ahhhhhh.-



-¿Qué pasa?- Preguntó asustado.



-Es...estoy sangrando.- Dije tartamudeando.
Me acarició el pelo dejando un mechón detrás de la oreja y me besó en la boca.



-Eso es que ya no eres una niña. No es malo.- Dijo sonriendo.
¿No es malo que me desangre? Pensaba yo mientras rezaba un padre nuestro por si no me quedaba mucho tiempo.



-Es tu virginidad Luce.-
Después de decirme eso comenzó a mover su cadera. Me dolía un poco pero a su vez sentía gusto. Un gusto que no había experimentado nunca. Me sentía tan cerca de él... (sonaba irónico porque le tenía dentro).

Continuó moviendo su cadera y pequeños sonidos salieron de mi boca. Tímida intenté taparme la boca, pero Marc no me dejó.




-Eso es que te gusta no lo aguantes.- Le hice caso y dejé que los sonidos de mi boca salieran con más fuerza. Cuando le pille el tranquillo comencé a mover mi cadera con él. Marc soltaba pequeños sonidos parecidos a los míos pero sin gritar. Me miró de nuevo y besó mis labios. El beso fue largo, sus labios junto a los míos sin moverse. Sentí algo raro dentro de mí y me separé de él.

Confusa miré abajo.
-Me he corrido.- Dijo cogiendo aire.




-Ah vale.- Respondí.
Marc se quitó el condón y me dijo que no me preocupara que para eso estaban. Lo tiró en la papelera del baño y volvió a la cama a por mi.



-Ahora le pido a la nana que cambie las sábanas.- Dijo cogiendo mi mano.- Vamos a darnos un baño.- Terminó de decir llevándome a este.



Estaba mareada. Mis piernas temblaban al moverse y me costaba usarlas un poco. Que sensación más rara.

Marc preparó el baño y nos metimos juntos. Durante veinte minutos estuvimos debajo de ese agua espumosa dándonos besos y acariciando nuestros cuerpos. Mi cabeza no sabía que había pasado y mi conciencia me había abandonado hace rato. Me apoyé sobre su hombro y cerré los ojos.

Casada con un Demonio (+18)  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora