LUCE*
Aburrida en el sillón sin poder moverme por ese apretado vestido, miraba la puerta impaciente. La mampara del salón abierta, dejaba correr una helada brisa que me erizó la piel. Las manos se me estaban quedando frías y froté mis brazos en busca de calor.
El sonido de las llaves detrás de la puerta sonaba mientras la cerradura se abría. Marc asomó su cuerpo y cerró tras él. Se acercó a la entrada y soltó las llaves, se quitó el abrigo y se quedó en traje. Los dos juntos parecíamos sacados de una revista de ricos.Se acercó y me besó en los labios, al separarse de mi pude ver un rastro de cacao en sus labios. No pude evitar reírme, me tape la cara y me dirigí al jardín donde nos aguardaba la cena.
-Siéntate, voy a por el vino.- Agarrando el vestido para no pisarlo y hacer el ridículo, fui con cuidado a la cocina en busca de las copas y el vino. Llené ambas en la cocina y sin que Marc me viera cogí los laxantes y se los eché. Según la web había que verter unas tres gotas para un hombre adulto, pero yo le echaré cuatro por si acaso.
Con paso decidido y tranquilo llegué a la zona chill out que había preparado y le entregué su copa sin confundirme.
-Estás muy guapa.- Dijo posando su mano en mi muslo. Con una sonrisa forzada le di las gracias. Marc acariciaba mi muslo cada vez más cerca de mis partes y cuando estaba apunto de llegar, me aparté moviendo sin querer la mesa. El golpe hizo que la copa se moviera y dejó caer unas gotas sobre el mantel.
-Voy a por un trapo.- Intenté aguantar mis ganas de tirarle la copa por la cabeza y fui a por el trapo para limpiar el mantel.
Tranquila Luce, la venganza es un plato que se sirve frío. Me recordaba mi conciencia.
Una vez limpio el mantel, decidí seguirle el juego.
-¿A qué viene todo esto?- Preguntó arqueado una ceja. Yo me quité el tacón y puse el pie sobre su paquete. Acaricié este un poco mientras bebía vino y después me limpié la boca pasando la lengua por los labios. No tardé en notar como se iba poniendo duro ahí abajo.
-Quería darte una sorpresa.-
Y que sorpresa... Pensaba para mis adentros.
-Comida de lujo, vestido de última colección en altas costuras... Si mi princesa quiere dinero yo se lo puedo dar.- Sabía que se había dado cuenta que lo había pagado de su bolsillo, todo esto era más de lo que podía haber ahorrado en mi vida.
-Tenía que entretenerme. Aquí encerrada y sola me aburría mucho.- Mi voz de chica tonta y el toque del pie se hacían notar. Marc se desaflojo un poco la corbata y carraspeaba su garganta de vez en cuando. Pude ver como su nuez se movía al tragar saliva cada vez que movía mi pie.
La noche iba como yo quería, la cena estuvo muy rica y el vino debería de hacerle efecto en un rato. Aunque estábamos en el jardín y corría aire, tenía mucha calor. Me bebí el vino que me quedaba y le pedí a Marc si podía ir a por agua. Mi boca estaba seca a pesar de haber bebido bastante y me costaba tragar. Tenía tanta calor que empecé a marearme un poco.
-Creo que el vino era muy fuerte.- Dije abanicandome con la servilleta. Las gotas de sudor caían por mi espalda y las piernas me flojeaban. Marc se había bebido todo el vino así que el trabajo estaba hecho.
-Voy al baño un momento.- Me puse de pie y me agarré a la mesa para intentar no caerme. Al pasar por el lado de Marc este me agarró del brazo y tiró de mi dejándome caer encima suya. Nada más sentarme en él noté como algo duro rozaba mi zona y después un escalofrío me recorrió la espalda. Marc me había pasado la lengua por esta y eso hizo que todos los pelos de mi cuerpo se erizaran de arriba a abajo. Sentía cada vez más calor en mi cuerpo.
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Casada con un Demonio (+18) [EDITANDO]
RomantizmEn vísperas de su mayoría de edad, una joven es forzada por su padre a casarse con un hombre rico y misterioso, apodado como "el demonio" por sus ardientes pasiones y su imponente reputación. Atrapada en un torbellino de deseo y traición, se ve arra...