Capitulo 21

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DANIEL*

*-El lunes te quiero fuera, si estás aquí es por Luce. Eres su mejor amigo y te voy a dar un margen de dos días, nada más.



-Tampoco iba a quedarme.- Respondí sin mirarle.



-Mi mayordomo te llevará al tren. Sé puntual.- Después de eso, cerró la puerta y yo seguí viendo la tele. *



¿Pero este tío que se ha creído?

Yo quiero a Luce y no voy a permitir que me la quite.
Estaba cabreado, tenía motivos.
Me cambié, bajé las escaleras y decidí irme a correr un rato.

Los alrededores de esa casa no eran como las nuestras. Nuestro pueblo tenía pequeñas casas una al lado de otra, separadas por un jardín o huerto.

Pequeñas tiendas y una cafetería.
Lo demás era cultivos y ganado.
Pero la casa de Marc está fuera del estilo de nuestro pueblo.
A pesar de que muchas de las casas estaban muy modernizadas. No tenían puertas con cámaras, ni guardaespaldas, ni limusinas, ni enormes jardines con estatuas de mármol. Demasiado lujo.


Me puse la música a tope y comencé a correr más rápido con la canción "Devotion"

Las hojas de los árboles se movían con la brisa del último día de verano, y el sol ya no brillaba tanto.
Ya no arropaba con tanto calor. La brisa era fría, pero daba gusto correr con ella.



La casa de Marc se encontraba por así decirlo dentro del bosque, apartada del pueblo. En una especie de finca (esto serían ocho fincas juntas por lo menos).


La poca luz que el sol daba comenzó a cesar. La luna quería salir a alumbrar la noche y a presentar a las estrellas.
El atardecer era muy bonito. Ese horizonte rojizo, anaranjado que escondía al sol poco a poco hasta dejar un cielo azul cubierto de estrellas.




Decidí volver a casa, pues ya se estaba haciendo tarde.
Llamé a la puerta y la nana me abrió.


-Daniel. Ya estás aquí.- Dijo limpiando sus manos en el delantal que llevaba.



-He salido a correr un rato.- Dije recuperando aún el aliento.



-He hecho espaguetis. ¿Quieres?-



-Claro.- Me ducho y bajo.


Subí arriba a darme una buena ducha para eliminar todo el sudor perdido y me puse algo cómodo para cenar.

Los macarrones estaban deliciosos. Pero ni Luce ni Marc bajaron a comer.


Al terminar dejé el plato en el lavavajillas, le di las gracias a nana y me subí a la cama.

———————————

Un ruido me despertó. Ya era una buena hora para levantarse según mi despertador.

Bajé a la cocina y vi un plato con deliciosas galletas encima de la mesa.
Me senté y me comí dos.


-Daniel, ¿te has comido todas las galletas?- Preguntó la nana.


-Solo 2.- Dije terminándome la galleta.


-Pero si había hecho más.-

Nana me miraba con duda y sospecha.
Noté que alguien más estaba en la cocina y al mirar hacia la puerta, Luce intentaba escabullirse.


Le hice un gesto a nana para que llamara a Luce. Esta hizo un ruido con la garganta llamando su atención.



-Yo no he sido.- Dijo Luce levantando las manos en autodefensa.


-Qué poco me van a durar los dulces contigo Luce.- Respondió la nana.



-Pero que yo no he sido.- Volvió a insistir. Estaba claro que había sido ella. Desde siempre a Luce le han encantado los dulces y siempre se comía los míos.



-Luce, te conozco.- Dije riéndome. -Es increíble que en tan poco cuerpo quepan tantos dulces.- Nana se rió conmigo.



-No como tantos.-


No podía dejar de reírme. La cara de Luce era increíble. Con sus mofletes hinchados y sus mejillas rojas, nos miraba a ambos casi a punto de echar humo.


Marc apareció detrás de Luce. Nosotros dejamos de reír y nana siguió lavando los platos.
Luce al darse cuenta se sentó corriendo a mi lado. Fueron unos minutos muy incómodos.

Y más incómodo se hizo cuando Marc dijo que me preparara porque me iba.


Me iría pero juraría por mi vida que volvería a ver a Luce.


Marc bajó ya arreglado y Luce se acercó a la puerta. Sin pensarlo ella me besó, fueron segundos pero se me paró el tiempo.



Luego solo recuerdo a Marc cogiendo a Luce y empujarme fuera de la casa.
El guardaespaldas me llevó al tren y yo lo cogí.
El viaje se hizo largo. Demasiado.



Muchas horas para pensar en ella. Muchas horas para estar solo.

Casada con un Demonio (+18)  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora