MARC*
Miraba a mí pequeña a través de un cristal mientras la enfermera le daba el biberón.
-¡Quién diría que es tu hija!- Dijo Wilson dándome unas palmaditas en el hombro.
-¿Qué quieres decir? ¿Insinuas qué no es mía?- Pregunté con intriga. Claro que era mi hija, Luce solo ha estado conmigo.
-Claro que es tu hija, sólo digo que no esperaba que tuvieras una.- Dijo riéndose.
Era mía... ¿No?
-Hazme un favor...-
-¿Qué favor?-
-Haz una prueba de paternidad.- Dije mirando a Victoria de nuevo. Ya se había terminado el biberón y dormía plácidamente en la cuna.
-Marc, ¿estás seguro? Si ella se entera...-
-¡No lo hará!- Dije golpeando el cristal. Las enfermeras se quedaron mirándonos y algunos bebés comenzaron a llorar.
-Corre, esta vez tu físico no te va a salvar.- Dijo tirándo de mi hacia la sala de extracciones. -No sabes lo que es calmar a un bebé de esos.-
-Si, por desgracia lo sé.-
No es que no confiara en Luce, pero necesitaba comprobarlo 100%. Muchas mujeres han intentado hacerme creer que llevaban a mi hijo en su vientre, pero Luce va a ser mi esposa. No tendría que fingirlo.
¿Qué estoy haciendo?
-Ya hemos terminado.- Dijo la enfermera colocandome un poco de algodón y esparadrapo.
-Ya he avisado para que le saquen sangre a tu pequeña. ¿Quieres cogerla mientras lo hacen?-
-No. Termina rápido, voy a por Luce y nos vamos a casa.-
No estaba haciendo nada malo, cualquiera tiene dudas. Luce era rebelde, siempre habia estado conmigo, pero también con Daniel...
Toc, toc...
Toqué la puerta antes de entrar y esperé unos segundos, pero no hubo respuesta. Abrí la puerta con cuidado y vi que Luce aún seguía dormida.
Me acerqué sigilosamente para despertarla, pero sin esperarlo, abrió un ojo.
-¿Qué quieres?- Preguntó aún con uno de sus ojos cerrados.
-Nos vamos a casa, vístete.-
-¿Quien eres tú para darme órdenes?- Cerró de nuevo el ojo y se dio media vuelta.
-No estoy para tonterías.- Cogí su brazo y tiré de ella para que se girara. Sus ojos aún permanecían cerrados y de ellos caían pequeñas lágrimas que recorrían sus mejillas. Mi instinto me hizo acariciarle la cara para limpiarle las lágrimas, pero Luce me golpeó la mano antes de hacerlo.
-No me toques. Desde que entraste a mi vida todo ha ido a peor y por tu culpa Daniel está muerto.- Sus ojos me miraban con un desprecio que nunca había visto en ella. Había visto miedo, tristeza, alegría y vergüenza en esos pequeños ojos color café, pero nunca odio y desprecio.
Algo dentro de mi comenzó a doler, una pequeña sensación de angustia en el pecho me impedía estar a gusto.
-Se llama culpabilidad.- Dijo Luce mirando mi pecho.
¿Culpabilidad? Yo no era el culpable de nada...
Me levanté de la cama y me ajusté la corbata. Yo era Marc Donovan, el joven millonario más codiciado de la ciudad. Para llegar tan alto no puedes sentir culpa.
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Casada con un Demonio (+18) [EDITANDO]
RomansaEn vísperas de su mayoría de edad, una joven es forzada por su padre a casarse con un hombre rico y misterioso, apodado como "el demonio" por sus ardientes pasiones y su imponente reputación. Atrapada en un torbellino de deseo y traición, se ve arra...