Capitulo 8

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DANIEL*

Luce no me contestó al mensaje, tampoco a las llamadas por que no pude llamarla porque mi padre me quitó el teléfono.

Me pasé todo el fin de semana metido en mi cuarto a pesar de que yo ya tenía 19 años. Era mayor que Luce pero aún así...

-¡No, no, no! A mi Luce no me gusta.

"Si te gusta"

-¡Qué no!

"Que si"

-Cállate conciencia.

"Cállate tú"

Parecía un loco hablando solo cuando alguien llamó a la puerta de mi habitación.

-¿Quién es?

-Soy mamá.

-¡Lárgate!

-Cariño ya ha pasado el castigo.

-Me da igual.- Respondí y me levanté para echar el cerrojo a mi puerta.

Mi madre abrió antes de que pudiera cerrarla y me miró preocupada.

-Cariño no quiero que lo pases mal. Tu padre y yo no queremos que lo pases mal, creemos que es lo mejor para ti.-

-No volver a ver a Luce, ¿es lo mejor?-


-No queríamos que te enteraras porque sabemos que tienes una relación especial con ella pero hemos hablado con sus padres y bueno...-


-Bueno, ¿qué? ¡Mamá! Contesta.-


-Se va a casar.- Terminó de decir mi padre al aparecer por la puerta.

El corazón dejó de latirme por un momento, me sentía aturdido y confundido, me faltaba el aire y solo veía oscuridad. Tras unos segundos volví al mundo y sin decir una palabra me levanté y metí mi ropa en la mochila.


-¿Dónde vas, Daniel?- Dijo mi madre mirando a mi padre.

-A ver a Luce.- Respondí.


-Daniel no...- Decía mi padre pero no le dejé terminar la frase cuando le dirigí una mirada que lo decía todo.


-Llámanos cuando llegues.- Terminó de decir mi padre.


Mi madre miro preocupada a mi padre pero el asintió con la cabeza. Me despedí de ellos, de nana y cogí mis cosas.

Bajé del ascensor y salí del hotel a parar un taxi. De camino a la estación me puse a pensar todo lo que tenía que decirle a Luce, pero lo más importante de todo preguntarle que es eso de que se va a casar.

-¿Cómo se va a casar?-

"Lo va a hacer"

-Es imposible, solo es una niña tiene diecisiete años.-

"Lo que querías era que se casara contigo"

-¿Pero qué dices?-

"Te conozco, sé lo que piensas"

-Cállate ya.- Terminé de decir con voz alta y me senté en el banco del andén a esperar a que el tren llegara. Me giré y un niño pequeño que jugaba con un muñeco, mientras su madre leía un libro me miraba confundido.


Había estado hablando solo con mi conciencia otra vez, que pesada,
pero, ¿y si tiene razón...? Intenté quitarme esas ideas de la cabeza.

Casada con un Demonio (+18)  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora