Casada con un Demonio (+18) [EDITANDO]

Capítulo 56

LUCE*

Era tan estraño todo. Me sentía a gusto, cómoda siendo su amiga.
Pasamos la tarde contando chismes, picando y escuchando música en su habitación. La noche llegó antes de lo que esperábamos y nos quedamos con ganas de más pero mañana había clase.

-Le diré al chófer que te lleve a casa.- Cathy me acompañó a la puerta y me dió dos besos.

-No hace falta, ya la llevo yo.-
Me era más cómodo que Marc me llevara pues ir con alguien estraño no me gusta.

-Ya hablaremos.- Dijo el padre de Cathy a Marc y esta me dijo lo mismo a mi.

Monté al coche, me puse el cinturón (la seguridad lo primero) y me puse a mirar por la ventana.
La radio sonaba en una cadena desconocida con una canción que nunca había escuchado, pero no me molestaba. Marc tampoco le prestaba mucha atención.
A penas me había mirado desde que comenzamos el camino a casa, solo una vez y fue para comprobar que llevaba el cinturón puesto.

-Esta noche nana se ha ido antes. Pediré hamburguesas.-

-Vale.-

-¿Te apetece algo en especial? Bueno... A él.-

-O ella.- Dije mirando mi tripa. No crecía y pronto tenía la cita para la revisión.

Llegué a casa, me descalcé y subí a ducharme. Marc se quedó pidiendo las hamburguesas.

-¡Sin cebolla!- Grité desde arriba. Creo que me oyó porque pidió una sin algo que no entendí.

El agua caliente en esa enorme bañera me hizo sentirme como si flotara sobre piscinas termales.
Mi cuerpo tostado por el sol se veía bajo ese agua cristalina como si no estuviese bajo ella.
Me quedé un rato pensando en todo lo que había ido ocurriendo en el último año hasta que sonó el din don din del timbre.

La cena había llegado.

-¡Lucee!- Oía los gritos de Marc llamando para que bajará a cenar.
Me puse algo cómodo (unas bragitas y una camiseta de Marc).
Me miré al espejo y vi la comodidad en persona.

Mis pies descalzos hacían crugir la madera de las escaleras y se sentía fresquita.

-No vayas descalza.- Dijo sin ni si quiera mirarme los pies.
Me metí una patata en la boca y pasé de él.

-¿Que te he dicho?- Me levantó del suelo y me sentó en la encimera. -Te harás daño.-
Su lado protector me gustaba. Era reconfortante que alguien se preocupara por ti, alguien a quien le importas tanto que mira antes de cruzar.

Beso mi frente y después mi tripa.

-Come. Tendréis hambre.- Me dio mi parte y me llevó al salón. Mientras cenabamos nos pusimos juego de tronos.
Estaba loca con esa serie.

-Nooooo.- Lloraba desconsolada una vez terminó el capítulo 4 de la Temporada 8. -No puede acabar así.-

-Calmate peque, es solo una serie.-
Mi vena obsesiva por esa serie peto al oír esa frase, pero quien iba a enfadarse con esos besos en el cuello que comenzó a darme.

Eso era nuestro día a día. Besos y sexo.
Después de uno rápido me cansé de estar en el sillón y me subí a la habitación.

DIN, DON...

-¿Has pedido algo más?- mi tripa estaba llena (literalmente) pero quizás Marc tenía hambre.

-No.- Estaba serio. Se levantó muy despacio y se asomó a la puerta para después abrirla.

-Tu guardaespaldas aún cree que somos algo.- Una chica alta con pinta de modelo estaba en la puerta.
Me miró con cara de asco y se acercó a Marc.

-¿Qué quieres?- Él se alejó de ella y se sentó a mi lado.

¡Ese es mi chico!

Esa arpía iba a rabiar.

Muac. Le di un beso en los labios y después la miré a ella para ver su cara de envidia.

-Thania vete de mi casa.- Marc se levantó y la invitó a irse abriéndole la puerta pero ella ni se inmutó. Seguía mirándome sin pestañear y eso me empezaba a asustar.

-Eramos felices.- Dijo cerrando los ojos. -Íbamos a casarnos y tener hijos pero te fuiste.- Esas palabras vinieron con lágrimas y después de eso rabia.

-Thania, lo nuestro se acabó. No podía estar con alguien que solo pensaba en si misma.- Marc seguía sujetando la puerta para que esta se fuera pero nada.

-Ella tampoco será tuya.- Sacó un cuchillo del bolso y se abalanzó a mi tripa. Me giré lo más rápido que pude pero me rozó. Una pequeña línea roja se formó en mi tripa a medida que goteaba poco a poco, la tapé con la camiseta y apreté. Aunque la
herida era superficial picaba bastante.

Marc no tardó nada en tirarse encima de ella y quitarla el cuchillo de la mano.

-¿Qué coño haces? No la toques, no la mires, no la hables, no te acerques a ella nunca más.- Thania me miraba con miedo pero no iba a ayudarla después de intentar matarnos.
Marc sacó una pistola de su pantalón y se la colocó en la frente a la modelo que parecía un caniche despeinado.

-Marc, no lo hagas.- Me caía mal pero no podía permitir que la matara.

-Ella y él harán lo que sea para alejarte de mi. Es ella o vosotros.- Cargó y...

BUM*

Abrí los ojos y Thania seguía viva. Marc me miraba con los ojos abiertos como platos aún con la pistola en la mano.
De pronto comencé a sentir un fuerte dolor en la tripa. Me miré y un pequeño agujero sacaba sangre sin parar. Me dolía la cabeza y no sentía las manos ni los pies.

¿Me habían disparado? ¿Quién lo había hecho? ¿Marc o Thania?

La puerta seguía abierta y en ella un hombre de negro entró y se llevó a Thania que aún seguía en el suelo. Marc ni se inmutó, no lo persiguió ni disparó, solo corrió hacia mi y apretó mi tripa con su camiseta.

-No puedes morirte.- Sus ojos color marron estaban cubiertos de lágrimas que caían una tras otra.
Lo único que podía hacer era respirar y no del todo bien. Veía borroso y escucha voces a lo lejos.
No lo veía pero oía como Marc pedía ayuda a emergencias. Había mucho alboroto, muchas manos me cogían y tocaban, sirenas, gritos... No entendía nada, no veía nada, no sabía si estaba muerta.

-Salvelas.- Fue la última palabra que oí antes de quedarme dormida.