Capitulo 64

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LUCE*

Jeremy comenzó a acariciar mi cuerpo con sus manos. La piel se me erizó y no por gusto si no por miedo y asco.
Apenas se había bajado el pantalón, se la sacó y se puso el condón.

-Por favor Jeremy, no lo hagas.- Dije tirando con fuerza, pero el cinturón me apretaba las muñecas y me era imposible soltarme.

Jeremy no me contestó, siguió manoseandome y empezó a besarme el cuello.
Las piernas no me aguantaban, me temblaban del miedo. Intenté pegarle una patada en sus partes, pero me cogió la pierna y se la llevó a su cintura.

-¡Paraaaa!- Solo podía llorar y gritar.

-¿Te diviertes con ella sin avisarme?- Dijo una chica que me resultaba muy conocida.

-Thania, callate.- Jeremy seguía besandome sin importarle la mujer que estaba de pie tras él.

-Dejaré que la violes y después me encargaré de ella.- Esa voz... Thania...

-¡Eres la que intentó matarme!- Esa zorra me apuñaló y por poco pierdo a mi bebé.

-Ya veo que tu tripa vuelve a ser plana. ¿Acaso perdiste a la cosa que llevabas dentro?- Su cara de felicidad al decir esas palabras daban por entendido que deseaba que así fuera.

-Joder Thania, me has cortado el royo.- Jeremy se subió los pantalones y se llevó a la chica. Ahora era el momento para intentar desatarme o buscar algo con lo que defenderme.

-¡Fuera o te mató!- Después de eso un portazo. Oía los pasos apresurados de Jermey venir al vestidor de nuevo.
No me daba tiempo a intentar soltarme, cuando entró hice que me desmayaba y dejé caer mi cuerpo.

-¿Por dónde íbamos pequeña?- Tan solo pensar en cómo me manoseaba y besaba me daba escalofríos, pero tenía que hacer lo que fuera para salir de allí.

Me dolían las muñecas, el peso del cuerpo colgaban de ellas y no sabia cuanto más podría aguantar. Cuando me iba a dar por vencida note como el nudo se aflojaba y después caí al suelo.

-¿Estás bien? No voy a tirarme a un cadáver.- A pesar de lo que iba a hacerme, Jeremy aún seguía siendo bueno por dentro. Ese padre adoptivo tuvo que hacerle algo para que se convirtiera en lo que es ahora.

Aproveché e intenté salir corriendo pero este me empujó a la cama.

-Pequeña zorra, eres muy astuta. Pensabas que iba a dejarte escapar pero no.- Sus besos eran más duros que antes, me agarraba con fuerza y me mordía. Estaba muy cansada y me costaba pelear. Al menos la nana se llevó a la niña para darla de comer y no tendría que estar aquí escuchando como violan a su madre.

-Venga, si te va a gustar. Estate quieta y acabo pronto.- Sus ojos estaban vacíos, me miraba con ansias cada vez que cruzabamos las miradas.

-Marc te matará.- No se porqué pensaba en él ahora si después de todo estaba aquí por su culpa.

-Si, si. Lo que tu digas. Eres tan hermosa, ya entiendo por qué el hermano Marc está loco por ti.-

Me escapé de su agarre y le arañé la espalda. Jeremy solo gimio y me agarró del cuello.

-Estoy perdiendo la paciencia.- Con una mano me agarraba con fuerza y con la otra se intentaba bajar los pantalones. Me costaba respirar y solo era capaz de arañar su brazo para que me soltara, pero nada.
Mientras Jermey intentaba bajarse los pantalones vi como la puerta se abría, pero nunca pensé que sería él quien entrase.

¡Daniel! Quería gritar su nombre pero Jeremy lo mataría. Las lágrimas caían de mis ojos de miedo y alegría, este se acercó a mi y pasó la lengua por mi cara.

-No llores, no te haré daño.- Dijo susurrando a mi oído.
Me costaba cada vez más respirar, los ojos se me cerraban y cuando estaba a punto de violarme volví a poder coger aire.
Jeremy me había soltado del cuello y se echó a un lado gritando. Al abrir los ojos este tenía un cuchillo clavado en su pierna derecha y perdía mucha sangre.

-¿Qué has hecho desgraciado?- Jeremy gruñia mientras intentaba tapar la hemorragia con la sabana.
Yo aún estaba paralizada del susto, podía respirar pero no era capaz de moverme.
A mi lado Daniel estaba de pie, con los puños cerrados y una mirada llena de odio. Miraba a Jeremy de tal manera, que hasta yo me asusté.

-¡Pienso matarme!- Daniel se lanzó sobre Jermy y le clavó aún más el cuchillo. Este gritó tan alto que los oídos me pitaban. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y por fin vi el miedo en sus ojos. Esa mirada de indiferencia y vacío ya no estaban. Solo quedaba miedo y dolor.
Daniel le arrancó el cuchillo y de la herida comenzó a salir una gran cantidad de sangre.

-¡No lo mates!- Me había a intentado violar pero no podía ver como Daniel se convertía en un asesino por mi culpa.
Le agarré del brazo y me lo llevé al vestidor.
Sus manos estaban cubiertas de sangre, su ropa se había manchado y su mirada aún seguía dando miedo.

-Daniel... Ya está.- Me acerqué con cuidado y le agarré la mano con fuerza. Este comenzó a estar menos tenso y por fin me miró a los ojos.

-Luce, lo siento...- Dijo abrazandome. Sus ojos ya no estaban furiosos si no...
¿Por qué estaba tan rojo?
Al soltarme me di cuenta que aún seguía desnuda y que Daniel me miraba como un niño mira un chupachus.

-Yo... No quería...-
Se dio la vuelta y se alejó un poco. Me puse algo de ropa lo más rápido posible y le di permiso para girarse. Su cara aún seguía roja como un tomate y se acercó a mi rodeando mi cintura con sus brazos.

-Uno ya lo hizo, no pienso permitir que otro lo haga.- No entendí muy bien sus palabras pero no tenía tiempo de preguntas, teníamos que salir de allí.

Daniel me cogió del brazo y me sacó de la habitación. Jermey pedía ayuda pero... No iba a darsela.

Una vez llegamos al ascensor lo cogimos hasta el tercer piso. Daniel me señaló una rejilla del techo y me ayudó a subir, luego yo le agarré desde arriba para intentar ayudarlo también. Él era lo suficiente alto y de un salto fue capaz de agarrse.

-Yo tengo que ir por otro lado pero busca el salón y cuando llegues, sal con cuidado y escondete. Iré a por ti, te lo prometo. Después de esas palabras me agarró de la barbilla y me besó.

Yo no tenía fuerzas para pelear en ese momento así que lo dejé estar. Seguí las indicaciones que me había dado Daniel hasta llegar a mi destino. Una vez allí quité la reja con cuidado y me ayudé a bajar usando una silla que había cerca.

La voz de dos hombres se oía cerca, me escondí en la esquina de la pared y agudice la oreja.

-Marc, ¿por qué le haces esto a tu padre? Dame el pendrive y volvamos a estar juntos.-

-Yo ya tengo un padre y pienso filtrar todos tus archivos como no me devuelvas a mi mujer.-

Marc se estaba peleando con el padre adoptivo. Pero, ¿por qué tanto por unos archivos?

-Escucha, ahí está toda mi vida de trabajo duro. Sabes que te tengo mucho aprecio, así que no hagas ninguna tontería.-

-Ya estoy.- Era la voz de Daniel. Menos mal que estaba a salvo, no sabía  a dónde iba a ir al separarse de mi.

-¡Traela!- Algo sonó romperse. Podía oír la respiración de Marc desde aquí y sabía que estaba muy enfadado.

-¿Si te la traigo me darás el pendrive?-

-Solo si la traes tu mismo.-

Al oír cerrase una puerta, me asomé con cuidado. Miles de cristales estaban esparcidos por el suelo alrededor de Marc. Él debió haber roto la mesa de cristal al cabrearse. Salí de mi escondite y lo abracé por detrás para intentar calmarlo. Su respiración fue cediendo y cada vez era más tranquila y normal.
Sin esperarlo Marc ya me rodeaba la cintura con sus brazos y sus ojos lucían vidriosos.

-Te amo.- Dijo besando mis labios. Había añorado tanto sus besos... - ¿Dónde está mi niña?-

- Tranquilo, la nana la tiene en la cocina.-

-Tenemos que salir de aquí.- Dijo tirando de mi.





Casada con un Demonio (+18)  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora