Era las once de la mañana cuando llegué a la empresa, con un poco de retraso al previsto por el tiempo que estuve hablando con mi hermano. Para ser un lunes había bastante tránsito en el vestíbulo. Un pequeño grupo de personas se congregaban en él y a las que ni siquiera reconocí de verlos por la oficina. Di una ojeada rápida a cada uno de ellos. Fui hasta el mostrador para preguntar. En él solo se encontraba Bertha la compañera de Carol, ya de vuelta de las vacaciones.—Buenos días, Bertha. ¿Qué hacen aquí todas estas personas?
—Hola, Alice. —me saludó ajustando sus gafas sobre el puente de la nariz—. Están citados para una entrevista de trabajo. Hoy Harry va a estar entretenido.
—¿ Y tus vacaciones como han ido?
—Muy relajadas, como esperaba —contestó en tono amable—. Lo bueno que tiene mi soltería es que no tengo que discutir con nadie donde quiero ir. Y este año quitando un fin de semana en un hotel con spa, los demás días los pasé en casa.
—¿Nada de visitar un país europeo como otros años?
—Me los conozco todos. Este año ha sido tranquilo y los próximos los dedicaré a recorrer el país, hay muchos lugares que aún desconozco.
No sabía de su vida privada, solo que estaba soltera. Puede que un par de años más joven que mi madre. Rememoré cuando alguna vez había hecho un viaje sola — como hacía ella— y era gratificante. Hubo viajes que hice con amigos, pero nunca compartí uno de ellos con nadie en especial, y cuando digo en «especial» me refería a una pareja. Porque no era lo mismo que te lo contaran o verlo en las películas que lo pintan tan idílico. Tiempo atrás no le daba importancia, pero ahora que conocía a Roko y saber que también había viajado como yo y le gustaba, ¿cómo sería?, ¿cúal sería el destino elegido? Y… ¿Llegaría ese día?
—¿Y Carol?
—Ha subido a llevar una correspondencia. Ya debería estar aquí, casi seguro se ha entretenido contando su fin de semana.
Cuando mencionó la correspondencia eché un vistazo en su mesa. Aunque me hubiese avisado en caso de que hubiera recibido otro sobre. Estaba claro que el propósito de quién lo envió fue que llegara a manos de alguno de mis tíos o mi padre. Puede que pensara que fue así y por eso no había vuelto a insistir. Pero no podia fiarme y bajar la guardia. A este paso iba a coger complejo de espía al intentar estar al tanto de cualquier rumor que se pudiera dar en la empresa. Y observar cada paso de los compañeros que se cruzaban conmigo. Como tampoco podía sostener más, no poder ver a Roko.
—¿Sabes si ha llegado mi padre?
—Hará cosa de una hora salió con Ray para ponerse al día y ver algunas de las construcciones que se están ejecutando.
Se acercó un chico, interrumpiéndonos.
—Por favor, me llamaron para una entrevista…
—Ahora cojo tus datos y tendrás que esperar aquí hasta que te llamen —le informó Bertha.