≽˖՞🚧 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ changbin presenció cómo
su 𝘥𝘰𝘯𝘨𝘴𝘢𝘦𝘯𝘨 besaba los labios
del líder, y cómo este tocaba todo
lo que sus manos llegaban a tomar
de jisung.
...
Chan soltó una pequeña risita nerviosa cuando el menor de sus novios alzó sus piernas juntando sus rodillas hacia arriba, sosteniéndolas con una sola mano, aquello hizo que Chan se hundiera más en el pecho de Changbin.
Bang Chan estaba abierto gracias a un buttplug que Changbin le había ayudado a colocarse, pero sentía que lo apretaba más aún entre sus paredes gracias al nerviosismo que se cargaba.
Jisung acarició con la mano libre el contorno del plug, viendo cómo el trasero del mayor se contraía incluso más.
―Amor, no estés nervioso ―murmuró Changbin, besando su cabeza varias veces―. Sung te hará sentir de maravilla ―dijo sobre su oído, tratando de tranquilizar al mayor.
Chan no tenía idea de cómo la idea de perder su virginidad anal llegó a él, ni porqué lo había hablado con sus novios, pero muy en el fondo, debajo del miedo y el nerviosismo, sabía que se debía al cariño y a la confianza que tenía en ambos chicos. Así como ellos confiaron en él y se entregaron a él todos los días en cuerpo y alma.
Jisung también estaba nervioso, Chan lo sabía por el pequeño temblor de sus manos y de lo rojos que estaban sus labios. Así que sonríe, más tranquilo, para así hacerlo más fácil para el menor, quien no había sido activo por mucho tiempo, siendo esta una de las pocas veces.
Changbin quitó la camisa de Chan luego de desprender todos sus botones, lentamente y con cuidado, distrayendo un poco al mayor mientras Jisung le quitaba el plug suavemente. Las caricias de Seo no tardaron en hacer aparición una vez que todo el cuerpo pálido estuvo al descubierto, sus pequeñas y frías manos se escurrieron hasta los vellos de la entrepierna, jugando con ellos por un momento, asintiendo hacia Jisung para que prosiguiera.
El trasero de Chan estaba abierto gracias al objeto que extendió la zona, así que los curiosos dedos de Jisung invadieron el canal rugoso, sin detenerse ante los sonidos jadeantes del mayor. La estimulación de Changbin en su entrepierna y la de Jisung en su trasero podían volverlo un poco demente, sólo con suaves toques, y aquello lo emocionaba a un nivel insospechable.
Ansioso por sentir aún más, Chan se meció sobre la mano de Jisung, queriendo penetrarse con ella de forma más violenta. La boca abierta del mayor fue invadida por los labios de Changbin, ocupándose de ellos mientras Jisung separaba las piernas de Chan y le apoyaba el trasero en la pequeña almohada que habían colocado allí para su comodidad.
―Cariño, eres muy hermoso ―murmuró Jisung, invadiendo el ano de su novio con lentitud.
Las paredes apretaron su miembro al instante, sofocándolo. Un momento después, las manos de Jisung se dirigieron a las caderas de Chan, marcando un ritmo con cuidado, temiendo causarle algún dolor o incomodidad a su novio.
Changbin dejó la boca de Chan cuando este se llenó de gemidos, así que él se ocupó de tomar el miembro erecto de Chan y acariciarlo al mismo ritmo en que Jisung se movía.
La sonrisa del mayor incluso se escucha y sus novios no pueden evitar emocionarse por aquello.
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Jisung está recostado abrazando a Changbin mientras este tiene a un hermoso y despeinado Chan en brazos, ambos mayores parecen aún dormir así que el menor se levanta de la cama sin hacer ningún ruido, dirigiéndose a la cocina para preparar un desayuno para sus novios.
Acomoda las vitaminas de Changbin en la charola, los tazones de frutas, y las tazas de café. Ingresa a la enorme habitación encontrándose por sorpresa a Changbin despierto, sentado y con la cabeza de Chan descansando sobre una de sus piernas mientras él le acaricia el cabello.
―No puedo creer que Channie haya caído rendido ―murmura Jisung, enternecido―. Se ve muy pequeño ahí, acurrucado.
Changbin sonríe.
―Sí, parece que ha estado algo presionado.
―¿Presionado? ―pregunta Jisung, deteniéndose al dejar la charola sobre la cama―. ¿Crees que estuvo mal...?
―No. ―Changbin entró en pánico―. No me refiero a eso. Ya sabes, Channie siempre quiere dar todo lo que le dan, es muy lindo de su parte hacer esto ―murmura.
Jisung baja la cabeza.
―Me gustaría saber si en verdad lo quería ―dijo el menor, acariciando su propio cabello.
―Oye... ―Changbin se estiró para tomar su mano―. Ya hablamos de las inseguridades. Nunca más, ¿bien? No debí haber hablado...
―No, tranquilo. ―Jisung se rio de sí mismo―. Yo soy el tonto, sé que Chan nos ama muchísimo ―canturreó, dando un beso en el dorso de la mano ajena―. ¿Desayunamos?
Changbin mordió ligeramente el dedo índice de Jisung, haciéndole chillar, despertando así al mayor de los tres, quien sonrió en grande al ver a sus dos pequeños reír.
―Buenos días ―murmuró Chan con alegría, con voz ronca y los ojitos a medio abrir.
―Buenos días... ―respondieron los menores, con ojos dilatados hacia el mayor.
Chan estaba feliz de tener a los dos chicos más dulces y atentos del mundo.
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