≽˖՞🚧 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ changbin presenció cómo
su 𝘥𝘰𝘯𝘨𝘴𝘢𝘦𝘯𝘨 besaba los labios
del líder, y cómo este tocaba todo
lo que sus manos llegaban a tomar
de jisung.
...
Changbin dejó la taza de café sobre la mesa y se acercó a su novio, quien estaba mirando la torrencial lluvia por el ventanal, con pereza, rodeó la cintura del más alto con sus brazos y apoyó el oído en los omóplatos ajenos, suspirando.
―Amo estos días ―murmuró bajito el menor, dejando un beso en la espalda de su novio antes de separarse de él.
―Son perfectos para estar pegados todo el día en la cama ―respondió Chan dándose la vuelta.
Changbin sonrió arrugando la nariz y asintió, yendo al sofá donde dejó un sándwich a medio comer. Chan estaba apunto de acompañarlo, mas el timbre en la puerta detuvo su andar. Chan se dirigió al hall a paso pesado, abrió la puerta con resentimiento. En un día tan agradable como aquel no era necesario tener una visita, y mucho menos si era su hermana trayendo al hijo para que lo cuidase.
No obstante, no fue su hermana quien estaba detrás de la puerta, sino Han Jisung. El chico tenía los ojos irritados y una mirada tan cansada que parecía no haber podido dormir en dos días.
Chan le dejó entrar apartándose a un lado, completamente conmocionado por su postura tan ajena al usual él.
―¿Hannah? ―Changbin lo guió al sillón―. ¿Por qué esa carita?
Jisung se apoyó en la mano que acariciaba su mejilla y suspiró con fuerza. El menor se veía tan desgastado que Changbin quería abrazarle hasta llenarle de energía.
―Me cansé de todo ―gruñó Jisung, acurrucándose en el pecho de Changbin―. Este es mi último fracaso amoroso, ¿saben?
Chan quien aún estaba confuso, se colocó del otro lado del sillón, con su mano acarició el cabello del menor.
―Sólo tienes dieciocho, e incluso mañana es tu cumpleaños ―rio Chan―. Llegarán mejores o peores.
Jisung asintió temblando, y volteó ligeramente para ver al mayor.
―El peor fue ese idiota que osé presentarles. Y no quiero hablar de él ahora, quiero hablar acerca de que ya no quiero una relación.
―Es pronto para decir eso.
―¿No crees que no lo sé? ―Jisung gruñó nuevamente, mirando feo a Chan―. Literalmente, todas las personas que me han gustado han sido un fracaso. Incluso me enamoré de ti, y tú ya estabas en una relación. Joder. Luego apareció Binnie, y también... Las personas... O tienen a alguien o sólo soy diversión para un rato. Ya me cansé de que sea injusto para mí.
Jisung ocultó su rostro entre sus piernas con vergüenza, lleno de terror por lo que había soltado deliberadamente gracias al enojo y la frustración. Sus mejores amigos ―o eso cree―, se quedaron estáticos y Jisung no quería averiguar porqué.
Jisung conoció a Chan hace al rededor de dos años, este trabajaba en la tienda de discos del padre y cada vez que salía un nuevo álbum de los grupos que seguía, él corría a aquella tienda. Rápidamente aquel comportamiento comenzó a sentirse extraño y las ganas por ver a Chan iban en aumento progresivo. De repente se sintió atraído de una forma descomunal hacia aquel joven mayor.
Y poco tardó en darse cuenta de que este tenía una pareja secreta. Allí fue donde Jisung conoció a Changbin, siete meses después, en su intento por olvidar al australiano y resetear sus sentimientos una vez más.
Changbin solía visitar un café lleno de gatos, y no es que a Jisung le disgustase demasiado pero sólo iba a ese sitio a ayudar a su mejor amigo, Lee Minho, con la tienda. La primera vez que vio a Changbin se sintió intimidado por su fuerte presencia, pero tan pronto como se aterró por ello, se enterneció y enamoró de su risa contagiosa y sus saltos a cada sillón con el fin de obtener la atención de un gato.
Su sorpresa fue mayúscula al darse cuenta de que, oh, Dios, ese lindo y tierno Seo Changbin era el novio de su anterior amor: Bang Chan.
Él calló por el bien de todos y escondió sus sentimientos en el fondo de su pecho mientras fingía alegrarse por el amor tan grande que sus amigos se tenían, porque sabía que todo siempre era injusto para él, pero por una vez era por una buena razón.
Changbin y Chan no dijeron nada después de oír la confesión del menor, sólo dieron palmadas en su espalda tratando de reconfortarle. Realmente, ninguno era indiferente, pero la sorpresa los superaba.
Jisung se recostó en medio de sus dos chicos, esperando que estos no se sintieran incómodos con él, tratando de que sea como una de tantas veces en las que hicieron lo mismo. Mordió sus labios con fuerza cuando Chan le abrazó por la cintura, y cerró los ojos cuando Changbin apoyó la cabeza en su pecho.
Ese era el único sitio en el que se sentía amado, y odiaba creer que lo había destruido.
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