#track26 Little fairy

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3RACHA

Jisung soltó un pequeño gemido ahogado cuando unos delgados dedos acariciaron su zona íntima, haciendo que mordiera el hombro de Changbin con más fuerza pero sin dañar. Era la primera vez desde que vivía con los humanos, que estos iban más allá de los besos y caricias.

―Espera, Binnie...

Changbin puso las manos en las caderas del más pequeño, viendo a Chan a los ojos por ayuda. El mayor soltó a Jisung, pensando así que le daría algo de espacio a la pequeña hada.

En un parpadeo, Jisung había desaparecido y Changbin cayó sobre el firme cuerpo de Chan. Con confusión, ambos se miraron fijamente por unos segundos. El pequeño se había esfumado de un momento a otro y ambos sabían porqué; era demasiado pronto.

―Se fue... ―susurró el menor, resoplando con tristeza.

Ambos se sentaron en la cama, vagando la vista por toda la habitación, pero no había rastro del pequeñín.

―Vamos, Sung... Hannah... vuelve, no haremos nada ―llamó Chan en murmullos, poniéndose nuevamente la camiseta, incentivando al menor a hacer lo mismo tras unos golpesitos en el brazo.

Jisung, por otro lado, estaba oculto en la alacena, dentro de una taza de café sin poder controlar su respiración. Tenía tantas ganas de estar con los humanos, pero tanto miedo de ser lastimado. Aunque sólo podía sentirse bien y cómodo con ellos, temía que en cualquier momento le lastimaran, queriendo o no.

―Hannah, estaremos en la sala por si necesitas algo ―dijo Changbin, parándose de la cama junto con Chan.

Jisung pudo oírlos con sus oídos híper sensibles, pero no dijo absolutamente nada.

Las manos de Jisung fueron a parar a su entrepierna, donde su pene seguía erecto, lentamente se tocó con cuidado. De todas formas sus sonidos eran tan bajos que ninguno de los humanos podrían oírle.

La taza comenzó a ser resbaladiza debido a su transpiración.

Jisung seguía oculto, apenas medía quince centímetros así que podía mantenerse en cualquier lugar

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Jisung seguía oculto, apenas medía quince centímetros así que podía mantenerse en cualquier lugar. Los dos chicos humanos se veían preocupados por la ausencia del hada, pero este no podía simplemente aparecer; sentía pena por huir tan repentinamente y en medio de algo importante.

―Ah, estoy asustado ―murmuró Changbin, recostando el mentón sobre sus manos―. Hannie no ha aparecido en toda la noche... ya es hora de comer, a Hannie le gusta mucho comer...

Chan acarició la cabecita de Changbin con una mano, mientras que rozaba sus regordetas mejillas con los dedos de la otra.

Zone ⸺3racha。2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora