Chan Bin ────── los sentimientos de changbin jamás habían sido tan fuertes.
Changbin pateó fuera de su alcance todo tipo de sentimiento. Quería ser un soldado ejemplar, uno que fuera digno de su título. Sin embargo, en su vida había aparecido ese chico de lindos hoyuelos y actitud tan hermosa.
Chan sólo llegó a su vida una noche donde Changbin salió a divertirse con sus compañeros. El bar que siempre frecuentaban cerraba sus puertas así que debían irse, y fue en un callejón oscuro donde Changbin encontró a Chan.
Estaba agachado a un lado de un contenedor de basura, con los dedos en su garganta tratando de vomitar, porque un idiota le había puesto pastillas para hacerle quién sabe qué.
Changbin y sus compañeros no dudaron ni dos segundos en tenderle una mano y acompañarlo de regreso a casa. Changbin conducía esa noche, dejó a Hwang primero, y sólo quedaron Wonho, Minho y él.
―Vives muy lejos de aquí ―murmuró Wonho, sentado al lado de Chan, atento por si el chico tenía que vomitar.
―Sí... fui arrastrado por unos amigos, pero se fueron antes ―dijo él, con la cabeza fuera de la ventanilla.
Changbin miraba de vez en cuando por el espejo retrovisor; el chico era demasiado confiado, incluso después de haber sido engañado con unas bebidas alteradas, todavía se iba a casa con unos extraños. Aunque quizás el uniforme hacía a Chan sentirse seguro.
―No suelo frecuentar ese lugar, ¿ustedes van ahí seguido? ―preguntó Chan cerrando la ventanilla.
―Sí, suele ser tranquilo. ―Minho tecleaba desinteresado en su teléfono.
―Tenemos unos días libres, fue nuestra primera noche después de un tiempo ―Wonho bostezó suavemente antes de mirar por el parabrisas―. Ah, me despido. ¡Mi pichoncito me está esperando! ―exclamó al ver a su novio parado fuera de su casa―. Nos vemos, chicos.
Wonho bajó del auto, despidiéndose de todos, y corrió hacia su casa con risillas infantiles.
―Ese grandote sigue siendo un bebé ―rio Minho tras ver a Wonho abrazar con ímpetu a su novio.
―No sabía que los soldados podían ser... así ―rio Chan, sin maldad en sus palabras.
―¿Aún no has ido al ejército?
Changbin le miró con curiosidad por unos momentos, también quería oír la respuesta.
―Ah, no. De hecho, soy australiano. No me enlistaré. Tampoco me llama mucho la atención, soy un hombre débil ―dijo Chan apretando su estómago con malestar.
―Wow, eso es bueno. ―Minho sonrió―. Amigo, ¿necesitas ir al hospital? Aunque insistes en irte a casa, será negligente de nuestra parte hacer eso.
Changbin asintió a lo dicho por Minho.
―Minho, te dejaré en tu casa y lo llevaré al hospital ―dijo Changbin hablando por primera vez en un buen rato―. No aceptaré una negativa.
―Sí... No le hagas la contraria a este tipo, da miedo cuando se enoja... y cuando no. ―Minho señaló ligeramente a Changbin e hizo un movimiento de manos en su sien dándole a entender a Chan que Changbin estaba loco.
―Cállate, Lee.
La voz dura del soldado hizo que los dos en los asientos traseros hicieran silencio. Changbin no daba miedo como sus amigos decían, no mayormente, pero sí que podía ser extremadamente aterrador cuando se lo proponía.
Después de dejar a Minho en su departamento, Changbin condujo hasta el hospital y se quedó junto a Chan hasta que fue atendido e incluso cuando le dijeron que debía quedarse en observación. Changbin no podía permitirse dejarlo solo cuando el menor dijo que no había nadie que pudiera ir a pasar la noche para cuidar de él.
Pasaron cerca de dos horas hablando, dándose cuenta de que tenían mucha facilidad para entenderse, fue así hasta que el chico de tez pálida quedó dormido. Al amanecer, Changbin lo llevó a casa y no volvieron a verse sino hasta dos meses después.
La segunda vez que Changbin se encontró con Chan fue una casualidad; llamada destino tiempo después. Ambos estaban cenando con sus familias en el mismo restaurante y se encontraron en el baño, el primer impulso de Chan fue reír y Changbin sonrió con amabilidad.
Luego, las casualidades continuaron con más frecuencia. En la calle, en un supermercado, en la gasolinera, Changbin podía encontrarse con su destino en cada esquina y eso pasó de ser agobiante a ser increíble.
Chan siempre le recibía con una enorme sonrisa, una cálida presencia. Changbin no pudo detener sus sentimientos y se halló anhelando cada vez más a Chan, esperando por sus encuentros. Esperando encontrarse a ese bello ángel, sus sentimientos habían dejado de ser aplastados y se sintió frustrado, pero inmensamente aliviado después.
Los meses dando vueltas alrededor de Chan pasaron rápidamente y pronto llegó la primavera.
―No es necesario que aceptes estas palabras ―murmuró Changbin mirando el cielo estrellado, Chan estaba a su lado, sentado en el capó del auto―. De todas formas, parece que es obvio lo que siento, ¿o no es así?
Chan alzó las cejas sin estar al tanto de lo que el soldado quería decir. Changbin había sido difícil de leer en un principio, pero al pasar tanto tiempo juntos, Chan encontró a un hombre realmente agradable.
Fue fácil meterse debajo de su piel.
―Quizás... me has malinterpretado. ―Chan tomó aire sin saber qué hacer.
《Somos buenos amigos, ¿verdad? No hay nada más》. Chan se encontró inmensamente confundido.
―Sí, lo he hecho... ―Changbin rio con amargura, y finalmente negó con la cabeza sintiéndose arrepentido―. Lo siento, debí dejar las cosas como estaban.
Dejar salir esos sentimientos jamás había sido tan aterrador y decepcionante.
Mar., 20 de julio 2021
Ay 🙈
¿Sale trío al siguiente o no?
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Zone ⸺3racha。2018
Fiksi Penggemar≽˖՞🚧 ۫ ۫։ຼ ۪۪۫۫ changbin presenció cómo su 𝘥𝘰𝘯𝘨𝘴𝘢𝘦𝘯𝘨 besaba los labios del líder, y cómo este tocaba todo lo que sus manos llegaban a tomar de jisung. ...