LUCY BECKETT
Mi corazón late mientras una gran cantidad de vodka baja por mi garganta, quemando y dándome un poco valor al mismo tiempo. Mi cabeza podría explotar y mis neuronas colapsar pero observé como Consus miraba a Caebrán al mismo tiempo que en mi cabeza una alarma se había activado.
Sabía que el resultado de estos juegos nunca traería cosas buenas; y ser besada por dos hombres atractivos no era el problema. El problema consistía que eso abriría una caja y luego sería imposible volverla a cerrar.
Ambos hermanos me miraban intensamente desde sus puestos, con unas sonrisas picaras puestas en sus rostros.
En mi cabeza había un caos y las preguntas que más se repetían eran aquellas referentes al reto:
¿Lo hago o no lo hago?
¿Qué pasaría después de esto?
¿Quiero hacerlo?
De cualquier forma, me convencí a mí misma que estaba haciendo de algo pequeño una cosa gigantesca. No podría tener miedo, no de un simple reto adolescente y la forma en la que el ambiente se colocó tenso después de las palabras de Caelus me traía un sabor amargado.
— ¿Lucy?— la voz de Caelus hace que caiga en la realidad y tragué ruidosamente mientras me acomodo en mi asiento repetitivas veces.
—Debes cumplir— dice una Marta comenzando a estar borracha por los tragos de ron que se ha dado y quisiera arrancarle la lengua en este momento.
Evito pensar en las miles de sospechas, para concentrarme solo en los dos adonices que debo besar y finalmente me levanto y me arreglo la corta falda del uniforme mientras camino hasta dónde se encuentra Consus y le doy una mano para indicarle que se levante con una sonrisa porque estoy lista y dispuesta de cumplir el reto aunque por dentro mi corazón lata con tanta fuerza.
Él toma mi mano e ignoró la corriente eléctrica que recorre mi cuerpo gracias al contacto de nuestra piel y lo jalo, caminando hasta el otro lado del sofá, donde Caebrán se encuentra y hago lo mismo con mi mano entrelazada a la de Consus. Él se levanta y nos quedamos mirando fijamente. Los dos me observan desde sus estaturas gigantes y por un momento me siento indefensa, pero éste pasa tan rápido cuando siento en peso del momento y mi decisión.
Nunca he sido de cohibir mis pensamientos, gustos y decisiones. Siempre he tenido la mente abierta ante cualquier situación y no presto mucha atención a los resultados; vivo el momento y eso algunas veces funciona pero en éste caso, la intensidad es tan grande que un montón de oraciones locas se forman en mi cabeza:
Los besare a ambos.
Al mismo tiempo.
Me relamo los labios mientras me acercó y colocó mis manos en el cuello de Caebrán al mismo tiempo que pongo mis pies en puntas, quiero decir algo pero silenció con un beso, y su lengua me follo apasionadamente de ella. Se apartó un rato y me miró con sus ojos abiertos. Algo en mi pecho crece al sentir el contacto, el simple roce inocente que pretendía hacer para palpar el ambiente y ligera la tensión se fue al carajo cuando su lengua se adentra en mi boca, explorándome y evitando que el aire pase a mis pulmones, jalo su pelo con fuerza y controlo mis hormonas para no soltar un gemido cuando siento sus manos en mi cintura, presionándome con fuerza.
Mi excitación crece sintiendo lo delicioso que resulta su piercing en medio del beso y luego de unos segundos, cuando siento su mano por debajo de mi falda contengo las ganas de enrollar mis piernas en su cintura y llegar a un paso más.
Es ahí cuando me doy cuenta lo peligroso que resulta eso mientras mis neuronas solo funcionan para alabar el don de Caebrán con su santa boca. Me separó cuando siento que podría enloquecer y con las mejillas sonrojadas me volteo para mirar a Consus al mismo tiempo que me pierdo en sus ojos grises por un momento antes de atacar también sus labios de forma salvaje.
El beso es rudo, adictivo y extrañamente necesitado, a diferencia de Caebrán, Consus se adentra en mi boca embriagándome de su sabor a ron, para luego morderme justo donde su hermano había hecho y hacerme soltar un pequeño gimoteo.
El beso resulta algo corto pero con una intensidad arrolladora, y con la respiración acelerada, coloco una mano en la cabeza de Caebrán y luego otra en la de Consus al mismo tiempo que los miro antes de juntar nuestros labios, los tres al mismo tiempo.
En el momento que nuestras bocas se conectan veo el cielo y siento las estrellas en mi mano, el ritmo del beso aumenta, nuestros labios chocando, nuestras lenguas bailando y nuestros sabores mezclándose me hacen perder el control ligeramente, y junto más nuestros cuerpos, jalándoles el cabello fuerte.
Ellos gruñes en respuesta y un escalofrió recorre mi espina dorsal cuando siento cuatro manos debajo de mi falda, ahogo un gemido porque las emociones son arrolladoras cuándo siento una de estas jugar con el elástico de mi braga. Loquísimo, ni siquiera puedo recordar nada.
Todo desaparece y al final, por necesidad de oxígeno, sin aliento me separo de ambos y les doy un beso casto en modo de despedida antes de regresar a mi asiento y tomarme un vaso de vodka que se encontraba en la mesa de un solo tragó, sintiendo todas las miradas sobre mí y mis mejillas ardientes por lo ocurrido.
Es ahí cuando me doy cuenta de tres cosas; había más personas, mi ropa interior se ha dado de baja y definitivamente me costará olvidar este momento en mi memoria.
Evitó los ojos de Caebrán y Consus al mismo tiempo que Caelus sonríe cómo un demonio y Cristian menea su cabeza, quizá aturdido mientras suelto aire por los labios ruidosamente, sintiéndolos deliciosamente hinchados y cuándo los ojos de Marta caen sobre mí, sólo soy capaz de elevar el vaso de vodka en forma de brindis y tomármelo de un tragó sintiendo mi mundo tambalearse por segunda vez.
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LOS HIJOS DE LA ÉLITE® [Bloody#1] ✔️ DISPONIBLE EN FÍSICO. VERSIÓN DE WATTPAD
Mystère / ThrillerDISPONIBLE EN AMAZON Y LIBRERÍAS A NIVEL MUNDIAL. Caras lindas, sonrisas perfectas, cuentas bancarias desbordantes, mentiras y oscuros secretos son lo único que rodean a los Hijos de la Élite en la ciudad de Hiverdele. VERSIÓN DE WATTPAD Código d...