Capítulo 31 (*)

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LUCY

Camino con una sonrisa con una Marta de mirada gacha, a mi lado. La campana suena y hoy es uno de esos días donde las miradas juzgadoras por parte de los niños ricos de Hiverdele están sobre mí.

Marta se acerca al conjunto de lockers de metal, y cuando consigue el suyo, lo abre con la llave que siempre lleva colgada en su cuello.

—¿Por qué no fuiste a mi casa? — pregunta en voz baja haciendo que levante una ceja, mirándola.

—Estaba ocupada — es mi respuesta y ella saca el cuaderno de biología antes de soltar aire por la boca, mirando los demás libros que tiene ahí.

—¿Ocupada visitando el acantilado Hernos?

«¿Hernos?»

—¿Me espiaste?

—Te vieron salir de allí con Caebrán el mismo día que dijiste que irías a mi casa.

—¿Qué?

Ella cierra el lockers con fuerza, haciendo que mis hombros se tensen. Los alumnos que pasaban se nos quedan mirando y ella simplemente me mira con una expresión seria.

—En esté pueblo todo se sabe — dice — ¿Cómo crees que me sentí al ver que me mentiste?

—¿Dé qué hablas?

—Preferiste ir allí a estar conmigo y por eso hoy todos están mirándote.

—Puedo ir hoy — me encojo de hombros — Tampoco debes hacer tanto drama por un simple paseo turístico.

—¿Paseo turístico en el lugar más peligroso de Hiverdele?

—No lo sabía — es mi única respuesta y ella se arregla los lentes.

— Todos los que viven aquí, lo saben.

—Pero yo no — miento y ella ladea su cabeza cuando saco la llave de mi bolsillo y abro el lockers que me corresponde del otro lado del pasillo. Ella se queda parada como una estatua y le doy la espalda, sintiendo como pasa un ligero grupo pequeño que cuchichea hasta seguir por el pasillo, entonces pasando el dedo por los libros, digo: — Si ese lugar es tan famoso, cuéntame su historia, Marta.

La observo de reojo por el rabillo del hombro y ella mira el suelo, apretando los cuadernos contra sí.

—Sé exactamente lo que todos en Hiverdele saben.

—¿Eso es?

—Lo que sucedió el primero de abril del 2015 — dice en voz baja y cierro el lockers para concentrar mi atención en ella.

El tic nervioso de su ojo se hace presente y ella se relame los labios mirando hacía el vacío.
«No voy a quedarme a oscuras está vez» así que si la única forma de saber sobre lo que me propuse es presionándola, lo haré.

Me acerco a ella a pasos lentos y cuando llegó a su lado, sigue con la mirada perdida como en una especie de trance.

—¿Qué sucedió ese día? — pregunto y ella levanta la vista de golpe, conectando sus ojos con los míos. Esa perturbación tiñendo sus iris cafés dilatando sus pupilas.

—Un asesinato — suelta y mi cabeza conecta los puntos de inmediato.

—¿Una chica? — la pregunta deja mis labios recordando las palabras de Caebrán y ella tiembla como si eso trajera recuerdos horribles a su perturbada mente.

¿Qué tanto sabes, Marta? No dejo de mirarla queriendo que entienda que no me quedare quieta hasta ver una respuesta de su parte y ella mira el suelo antes de responder finalmente:.

LOS HIJOS DE LA ÉLITE® [Bloody#1] ✔️ DISPONIBLE EN FÍSICO. VERSIÓN DE WATTPADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora