Capítulo 40 (*)

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LUCY

Marta hablaba sobre lo entusiasmada que estaba sobre la idea de ir a la cabaña mientras Jake se tomaba fotos con su IPhone último modelo utilizando los filtros de Instagram que realmente ella no necesitaba.

Joseph no estaba y ninguno de los cinco se había tenido tiempo de acercarse a nosotras porque todos los hombres del Colegio estaban en el salón general. No había hormonas masculinas por los aires y era abrumador el silencio que había en el comedor. Me lleve una pastilla que saque de mi bolso a los labios y me la trague con bastante agua haciendo mala cara porque odiaba cualquier tipo de medicamento.

- ¿Qué es eso? - pregunto Jake y me relamí los labios recordando la escenita de ayer: la doctora ginecóloga que los hermanos Fairchild habían elegido para mi llegando a la mansión de sorpresa, entrando a mi habitación sin pedir permiso y detrás de ella, dos enfermeras cargando el material necesario para convertir mi habitación en un consultorio de ginecología. Los cinco parados uno al lado del otro, todos con expresiones indiferentes mientras Caelus era el encargado de hacer las preguntas a la doctora que le respondía de forma inmediata mientras el resto de sus hermanos lucían impasibles, en blanco.

- Vitaminas - respondí con una sonrisa y ambas asintieron, aunque las "vitaminas" eran pastillas anticonceptivas realmente que comencé a tomar desde ayer.

- Me pasas más tarde el nombre - Jake dijo y asentí con tranquilidad - Creo que las necesito, últimamente se me cae mucho el cabello...

Dejó de hablar cuando sintió una mano colocarse en su hombro y las tres elevamos la mirada al mismo tiempo para encontrar a Rose Bush con una sonrisa de suficiencia en el rostro, enfocando sus ojos verdes oscuros en Jake.

- ¡Hola, cuñada! - soltó con ese tono chillón molesto que le caracterizaba a ella y a su hermana. No nos determinó y me lleve un pedazo de pan tostado a la boca porque comer era mucho más importante que determinarla.

- Hola - respondió Jake con cierta tensión notable en sus cuerdas vocales. Rose pareció ser tan insensible como su hermana al no notar que cada expresión corporal de la rubia gritaba "VETE DE AQUI" y sin importarle, se sentó al lado de ella, haciendo un molesto sonido con la silla logrando que varias personas giraran sus rostros hacia nosotras.

Marta me ojeo, arreglándose los lentes por el puente de su nariz y cuando creí que las Bush eran realmente estúpidas, Rose logro superarse solo un poco al preguntar:

- ¿Me puedes ayudar?

Levanté la vista para mirar a Rose. Su cabello azul estaba en un moño y lucia el uniforme común solamente que la chaqueta negra que cargaba tenía un gran estampado LOUIS VUITTON en la parte de atrás.

- ¿A qué? - pregunto Jake, mirándola con una seriedad que jamás había visto plasmada en su rostro delgado y afeminado.

- Quiero hacer una fiesta de anuncio al compromiso que tendremos Joseph y yo - explicó Rose, mostrando el anillo fino de color blanco en su dedo anular. Jake también observo el anillo con detenimiento y mastiqué con tranquilidad entendiendo las expresiones que se colocaron en su rostro solo por una décima de segundos que fue lo que le costó volver a colocarse impasible entonces Rose continúo ajena a lo que sucedía sobre sus narices: - Se lo he planteado varias veces, pero siempre saca una excusa tonta. Mi padre fue el de la idea, él quiere que todos sepan que me uniré en matrimonio con tu hermano y como tú lo conoces tanto, quería tu ayuda.

- Está bien - respondió ella con una sonrisa fresca. Me sorprendió que en ningún momento flaqueó o demostró lo que seguramente ella sentía: envidia, celos y traición porque siempre ella tendría que conformarse con las migajas del amor que Joseph le daba a escondidas mientras a Rose la mostraría ante el mundo como su mano derecha y su mujer.

LOS HIJOS DE LA ÉLITE® [Bloody#1] ✔️ DISPONIBLE EN FÍSICO. VERSIÓN DE WATTPADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora