Capítulo 78 (*)

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LUCY

Entorno los ojos y miro mi reflejo en el espejo. Hace quince minutos Cristian entro a la habitación para avisarme que nos iríamos del refugio, pero que antes haríamos una cena y que si quería me diera un baño y me cambiara con la ropa que Sonia trajo para mí.

Paso mi mano por la cicatriz que tengo, la verdad de ella es que trato de no pensar mucho ni recordar la forma en la que sucedió, pero ahora por alguna razón no puedo evitar recordar las cosas del pasado cada que puedo, cuando estuve años ignorando los recuerdos y evadiéndolos como si fuesen zancudos molestos.

Entonces, recuerdo el momento en que me la hice, exactamente cinco minutos después de que mamá dejara de respirar para siempre.

El corazón se me acelera y el estómago me da un vuelco cuando mis ojos ven lo que ha pasado. La mirada azul de mi madre ahora esta estática en un solo lugar y que sus piernas estén completamente destrozadas, colocadas en una forma inhumana solamente me hace apretar los puños sin poder aceptar que ella... que ella está... está...

Ella está muerta.

Abro mi boca y la manzana que me obligaron a comer los verdugos cae al suelo junto con un líquido amarillo que expulsa mi estómago. Mis ojos lagrimean y no puedo decir absolutamente nada, solamente espero que todo sea una broma de mami para que sea más fuerte, pero pasan cinco minutos con tres segundos y ella no mueve ni siquiera un músculo.

Sangre sale de su boca y la risa de los hombres que observan lo que han hecho aumenta el pitido que hay en mi cabeza. Se acercan, patean su cuerpecito como si fuese una pelota y siento que no tengo fuerzas para gritar que paren, que dejen de hacerle daño, que si siguen así no va a despertar y yo necesito que ella me cuente la leyenda de nuestra naturaleza para poder dormir.

«Vamos mami, levántate y hazlos sufrir por hacerte daño. Por hacerme daño». Pero ella no hace nada.

Sus ojitos siguen abiertos, la chispa de sus ojos se ha ido y que tenga los labios morados sin haberse puesto un labial me produce un dolor tan fuerte en el pecho que no puedo evitar apretar mis puños.

Siento que tengo náuseas, voy a vomitar, pero la verdad es que solamente son arcadas porque desde que he estado aquí, no he comido más que esa manzana que me dieron hoy. Me quiero ir a casa, ya no quiero esta prueba y mamá...

Mamá parece que está durmiendo, pero una parte de mí, me grita que no sea tonta, que mamá desde luego que no está durmiendo porque ellos la mataron. Mamá está muerta y una especie de recuerdo doloroso pasa ante mis ojos, mis oídos no captan el sonido sordo que producen las patadas que le lanzan a su cuerpo y recuerdo perfectamente tres cosas.

El frío de Rusia, su nariz roja y sus ojos azules llenos de vida, que me brindaban paz y esas ganas de ser tan letal como ella.

Siento una mano en mi cuello, lo que me hace salir del recuerdo más bonito que tengo y mis ojos se concentran en la persona que está delante de mí. Jamás la había visto, pero ahora con seguridad puedo decir que jamás olvidaré su rostro, su asquerosa sonrisa y sus manos ásperas, sus palabras asquerosas, el color de sus ojos y las órdenes que solamente hacían que mami sufriera más.

Todo lo vi, inclusive las que parecían muy dolorosas y le gritaba que fuera fuerte porque yo haría que saliéramos de aquí, cuando escuchaba sus "te amo, pequeño ángel" cada vez que terminaban con las torturas me sentía con ganas de ser tan poderosa como ella decía que era, pero me sentía inútil porque no podía salvar a mi mami.

El hombre que me llamaban reina, el mismo hombre que entró a nuestra casa, que asesinó a la mujer que jamás había visto y que daba las órdenes para que le hicieran cosas muy horribles a mi mami, fue el mismo que me dijo que podía detener todo si dejaba que mami muriera, pero yo nunca haría algo como eso.

LOS HIJOS DE LA ÉLITE® [Bloody#1] ✔️ DISPONIBLE EN FÍSICO. VERSIÓN DE WATTPADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora