Las semanas seguían pasando y las evaluaciones seguían siendo más y más complicadas, Fernando era un buen profesor de química y la más mínima cosa, él la sabia y podía notar un error con solo echarle una pequeña vista al ejercicio, es por eso que le exigía mucho a sus estudiantes, pero cuando se encontraba en la tranquilidad de su hogar, revisando algunos exámenes, la nota que le había colocado a Martina sí que lo había descolocado bastante, puesto que siempre evaluaban a base a 100 puntos, pero la chica en esta oportunidad había sacado 42 puntos. Era el primer examen que Martina reprobaba para él. Al día siguiente, cuando empezó a entregar los exámenes, inicio dando una charla motivacional para sus alumnos.
__ Sé que los he estado presionando para que aprendan mucho más acerca de la química, pero deben tener en cuenta que ustedes no son unos niños y si quieren ser unos buenos ingenieros químicos, tienen que dar todo de sí. Porque para todo, se necesitara hacer un cálculo, o un ejercicio para poder dar con una cantidad específica. Así que, espero que pongan más de su parte en los próximos exámenes. En esta oportunidad solo una persona reprobó el examen, espero que para los siguientes pueda mejorar.
Paso uno por uno entregando las evaluaciones y cuando llego al lugar de Martina esta, simplemente se encontraba recostada en su mesa, con sus ojos cerrados y auriculares, la chica no había escuchado absolutamente nada de lo que había dicho y eso lo cabreo como siempre, como todo de ella, así que con su bolígrafo golpeo dos veces su brazo y ella simplemente saco sus auriculares y dijo;
__ ¿sí?
__ No es hora de dormir, señorita Martina. Me parece una falta de respeto de su parte que yo esté hablando y usted...
__ Escuche perfectamente todo lo que dijo y sé que fui yo la persona quien reprobó, así que no necesito ese tipo de basura verbal que acaba de decir. –Se levantó tomo su examen y salió del ambiente-
__ Tiene su periodo –dijo uno de los chicos-
__ Silencio, Saúl. –sentencio-
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SEÑORITA [Double S #1]
RomanceDesde que Martina Hidalgo cumplió sus 18 años, ha querido experimentar todo lo que tenga que ver con el sexo, desde el punto más mínimo, hasta el punto máximo, pero había un pequeño detalle... Ella aún seguía virgen.