#21

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 Fernando después de explicar la clase noto su reloj y su alumna había tardado más de lo normal, frunció su ceño y decidió explicar dos ejercicios los cuales servirán para la próxima evaluación, al sentarse la vio llegar.

__ ¿Tantos minutos para ir al baño, señorita Martina?

__ Pues sí –se sentó y empezó a copiar lo que estaba en la pizarra-

Fernando apretó sus puños, y palmeo dos veces su pierna sin que hicieran ruidos, espero que pasaran alrededor de 10 minutos más y pregunto sonriente.

__ ¿han culminado? –Todos asintieron menos Martina- Bien, quiero que uno de ustedes pase al pizarrón y me explique cómo resolver este ejercicio. –Nadie respondió- Espero que uno se levante voluntariamente porque si no elegiré yo. –Dijo seguro, pero algo que no espero sucedió-

__ Yo lo resolveré.

El tiro le salió por la culata, quería humillar a Martina en el pizarrón obligándola a pasar pero no fue así; aclaro su garganta y asintió.

__ Venga... -ella llego a su lado y él le entrego el marcador- todo suyo.

La chica comenzó a resolver el enigma que había hecho su profesor, tratando de explicarse a sí misma, Qué mierda había colocado en la pizarra, en ocasiones Fernando se reía porque sinceramente ni él sabía lo que ella estaba haciendo, pero, poco a poco logro calcular con exactitud el ejercicio quedando así resuelto perfectamente.

__ Estuvo muy difícil –confesó- para la próxima, yo pondré el ejercicio y usted lo hará –le entrego el marcador-

No respondió, simplemente tomo el marcador y frunció su ceño.

__ Siéntese, para la próxima semana será la prueba.

__ Profe, ¿no era en parejas?

__ Era, usted lo ha dicho, pero al ver que Martina entendió perfectamente los ejercicios, me supongo que los demás también lo hicieron, así que no hace falta hacerlo en parejas. –Todos se quejaron con Martina mientras que ella simplemente se encogía de hombros- prepárense muy bien, que el examen está un poco, difícil –sonrió- hemos culminado la clase.

Todos se levantaron para salir del aula como unos caballos, mientras que Martina se daba su gusto en recoger sus cosas, de la misma forma en la cual Fernando lo hacía. Arti no lo soportaba, realmente no lo soportaba, sintió como la observo y se empezó a reír de ella, es por eso que se acercó a él y lo encaro.

__ ¿Qué le pasa conmigo? –pregunto-

__ ¿Por qué lo dice, señorita?

__ Desde que llego no ha dejado de molestarme.

__ Creo que está equivocada.

__ No, no lo estoy –suspiro y se quitó sus lentes- cuando pedí el permiso para ir al baño, no fui exactamente hacia ese lugar, sino que fui a la coordinación estudiantil para poder congelar el semestre, porque siendo sincera no lo soporto, no quiero ni verlo, ni siquiera estar cerca de usted, pero déjeme decirle algo –lo señalo- así haga lo que haga y me mande los 1500 trabajos y me ponga los ejercicios más difíciles, no renunciare a mi carrera, ¿me entendió? –pregunto-

Eso lo tomo por sorpresa, y el fuerte ruido de la puerta cerrar la sobresalto, pero aun así se mantuvo firme, al ver que este no respondía se dio media vuelta para irse, pero Fernando la tomo de la mano y la acerco hacia él.

__ El sentimiento es mutuo –confesó-

__ Me agrada saber eso, ahora suéltame... -intento separarse pero no pude- ¡que me sueltes!

Sin pensarlo, Fernando tomo su rostro en sus manos y junto sus frentes, Martina ante ese acto no supo que decir ni que hacer, estaba totalmente quieta, sus respiraciones se mezclaban. Fernando quiso contenerse, realmente lo quiso hacer, pero no pudo hacerlo... Relamió sus labios y poco a poco se fue acercando a los de ella, la observo cerrar sus ojos, podía sentirla tan tensa como nunca, pasó su lengua por su labio inferior, y sin más preámbulos, la beso. Sus labios eran carnosos, de un tono rosa, tenían una suavidad exquisita, su olor llegó rápidamente hacia su sentido del olfato, lo volvía demente ese olor que emanaba, tan delicioso y empalagoso que se complementaba al dulce olor de cereza de su cabello.

Entrelazo sus manos y lo que fue resistencia en un principio, se transformó en deseo, ella sentía ansias por él, y a Fernando le encantaba tener ese control. Pegó su cuerpo un poco más al de ella, bajo sus manos y profundizo bastante aquel beso... Sus pequeños gemidos ahogados lo estaban empezando a volver loco; mordió su labio inferior, logrando que se sobresaltara un poco ante dicho acto y se separó...

Ella aún tenía sus ojos cerrados y eso a Fernando le pareció curioso, fue por eso que no supo como pero, se acercó nuevamente y planto un beso en su frente.

__ No vuelva a enojarse conmigo, señorita... Porque de lo contrario, no podre contenerme –acomodo un mechón de su cabello y paso a su lado, sin decir nada más, salió del aula, dejando a la chica con miles de preguntas-

Martina por el contrario, no se podía creer lo que había sucedido, llevo sus dedos a la boca para saber si realmente él la había besado y negó cabizbaja

__ Estoy jodida, realmente jodida... 

SEÑORITA [Double S #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora