Después de laborar las horas correspondientes, Ángelo llevo a Martina a su hogar para que se arreglara diciendo que pasaría por ella a las 22:30h; más que a gusto, la chica se adentró a la ducha y se dio su gran bomba en arreglarse, una hora y media era más que suficiente para ella, al salir de su grandioso baño, busco las cosas que se pondría para la noche de hoy, no espero mucho, busco un jean, una camisa negra y sus botas de tacones, arreglo un poco su cabello, dejándolo suelto a su conveniencia, acomodo sus gafas y cuando se iba a dar una vista en el espejo su celular comenzaba a sonar.
_ Belleza, ya estoy aquí por ti.
+ Ya bajo, querido.
_ Uy... Querido.
+ Idiota.
Sonriendo culmino la llamada, tomo su pequeño bolso y bajo como un rayo para encontrarse con su amigo que estaba muy apuesto.
__ ¿Dónde quedo ese Ángelo mandón y horroroso? –pregunto-
__ Lo deje en la casa, el que ves ahora es Don Ángelo. –Alzo el cuello de su camisa y rozo el puño en su barbilla-
__ ¡OMGGG! –cubrió su rostro y empezó a reír-
Y con esto, emprendieron su camino al club... Por el contrario Anny y Tiffany se encontraban muy agraciadas con dos chicos a quienes ni dejaban tranquilos, estos estaban muy atentos con su persona, bailaban, tomaban y uno que otro besos por parte de ambas parejas hasta que Martina y Ángelo se hicieron presente.
__ ¡Buenaaaaaaaaaaas! –dijo el chico abriendo paso entre toda la multitud-
__ No puede ser... -comento Tiffany negando- ¿Por qué viniste con esta cosa, Arti?
__ Cosa es la que tienes entre las piernas Mi amooor –guiño su ojo y le lanzo un beso-
__ Arti... -la observo cruzándose de brazos-
__ Es mi jefe, tenía que convencerlo de alguna u otra forma... -se encogió de hombros-
__ Qué bueno verte, Ángelo... -dijo Anny sonriente-
__ Igualmente querida... -se posó a su lado y movió su hombro- ¿Qué tal si bailamos?, ese cuerpecito tuyo creo que necesita un poco de sazón...
__ Estoy segura que sí, de la misma forma el tuyo.
__ Bonita e inteligente... ¡Me he sacado la lotería! –grito con todas sus fuerzas, la tomo de la mano y se fueron a la pista-
Martina toda avergonzada porque Anny se había ido con su jefe y había dejado al joven solo se acercó a él y palmeo su brazo.
__ Discúlpala.
__ No te preocupes, linda... -el chico sonrió y se fue a otro lugar-
__ No sé porque lo trajiste... -volvió a refunfuñar-
__ Lo siento, cariño pero, debo ir con mi hermano –comento el chico que acompañaba a Tiffany, y se fue-
__ Lo que me faltaba, por culpa de ese retrasado, mi cuadre se ha ido... PER-FEC-TO. –Estaba irritada y eso le causaba gracia-
Mientras que observaban a Ángelo y a Anny bailar de una manera muy erótica, las chicas decidieron hablar de temas triviales aunque para Tiffany lo único importante era la moda, los zapatos, marcas, maquillajes y nuevos cortes de cabello, cosa que a Martina ni le pasaba por la cabeza, hasta que su amiga golpea su pie dos veces y sonríe.
__ Hay un chico, en la esquina... -señalo por debajo de su hombro para que Arti pudiera verlo- esta guapísimo y tiene rato viéndome... ¿será que voy hacia él o lo espero?
__ Espera... La mayoría de las veces eres tú quien va hacia ellos, dale la oportunidad de que se atrevan alguna vez en su vida.
__ Carajo, si eres exagerada... Siempre son ellos los que vienen a mi todo embobado.
__ Pues... -se encogió de hombros y le dio un sorbo grande a su trago- Dios, esto esta buenísimo, Tiffany.
__ Claro que sí –comento bebiendo todo de un trago- quiero otro...
__ Iré a recargar, de una vez buscare las bebidas de aquellos dos que... Por lo visto, pronto vendrán con la lengua afuera.
Tiffany le hizo un ademan y Martina se fue a la barra; estando ahí, logro llamar la atención del barmar.
__ Chico, me puedes dar 5 tragos por favor...
__ Claro bella... -el joven se dio media vuelta, saco los 5 vasos y con bastante agilidad los preparo frente a sus ojos, al tenerlos listo, los coloco en una bandeja y se los dio- disfrútalo mucho.
__ Eres excelente en esto.
__ Y en otras cosas también –guiño su ojo y Arti simplemente negó sonrojada- por cierto soy, Diddier.
__ Yo soy Lucrecia...
Sin decir nada más, volvió a la mesa en donde estaba solo hacía pocos minutos, pero alguien más ocupaba su lugar, era un chico y por el color de su camisa, Martina ya se suponía quien era... Al estar a su lado, se sentó frente al lado de su amiga.
__ ¡Que rápida!
__ No debo perder el tiempo querida –guiño su ojo y observo a su acompañante, pero este tenía los ojos puesto en Martina- Oye... -frunció su ceño- ¿por qué la ves a ella?
__ No me lo puedo creer –dijo el chico entre risas- si es la señorita Martina.
Arti al escuchar eso se acercó para observarlo mejor y sonrió al verlo.
__ Qué bueno volver a verte, Gilberto. –el chico rodeo la mesa, le dio un gran abrazo a Martina y un beso en la mejilla-
__ Yo pensé que no te volvería a ver jamás.
__ Eso también lo pensé, pero aquí estamos...
__ Así es, ¿Cómo has estado?, ¿Qué has hecho?
__ Pues, trabajar y estudiar como una...
__ Buena mujer, ¿verdad?
__ Eso mismito –sonrió y él también lo hizo, pero la voz de su amiga acabo con ese pequeño momento de ellos-
__ Y, ¿de dónde se conocen?
__ Ella es la chica por la cual he estado loco todos estos meses...
__ Sigo sin entender.
Qué raro, pensó Martina.
__ La conocí en un parque y desde entonces no he dejado de pensar en ella pues...
__ Vaya, entiendo –dijo observando a Martina de pies a cabeza, cuando hacia esas cosas prefería evitarla a toda costa, porque sabía que la destruiría en segundos y eso no dudo en suceder- pero, ¿Qué le viste a Martina?, porque... Desde que llegaste no has apartado los ojos de mi –sonrió y enrollo su cabello en su dedo- o, ¿me equivoco, cariño?
__ Corrección, no apartaba los ojos de ella... Me pareció una chica muy sexy y esos anteojos la hacen ver tan inteligente y hermosa. –La observo y tomo su mano- me encantas, Martina.
__ Pero, ¿Qué mierda te pasa? –Grito Tiffany- ¿Por qué me estabas coqueteando entonces?
__ Ni puta idea –comento entre risas-
__ Eres un maldito perro –le echo la bebida encima-
__ Por Dios, Tiffany –dijo Arti, siendo ella también afectada por dicho acto-
__ Señorita, espero que con esa boca no bese a su madre porque Uy...–hizo una mueca con su boca- Dios, padre nuestro. –negó persignándose-
Tiffany tomo sus cosas y se marchó del lugar no sin antes haber fulminado con la mirada a Martina, cosa que ella no entendía porque, ya que... No había hecho nada. Sin embargo, Ángelo y Anny venían de su cansado baile y al llegar a su lado, dijo;
__ ¿Qué le paso a la bruja? –pregunto Ángelo-
__ Ni puta idea –comento Arti observando a Gilberto quien al escuchar esto, no dudo en reír-
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SEÑORITA [Double S #1]
RomanceDesde que Martina Hidalgo cumplió sus 18 años, ha querido experimentar todo lo que tenga que ver con el sexo, desde el punto más mínimo, hasta el punto máximo, pero había un pequeño detalle... Ella aún seguía virgen.