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Martina se despertaba poco a poco, cuando al abrir sus ojos, observo una oscuridad absoluta, volvió a pestañear sin embargo era igual, se trató de mover un pelín pero, desvió su mirar hacia sus piernas, las cuales se encontraban con otras más, no fue hasta entonces que recordó que se había quedado en el hogar de Fernando, inhalo el olor que desprendía de él, un olor embriagador, se acomodó mejor y abrazo a su novio por la cintura quien no dudo en reír por lo que hizo.

__ ¿estas despierto? –pregunto-

__ Desde hace mucho.

__ ¿no dormirías en el sofá? –dijo entre risas- creo que el señor Fernando si resulto ser fácil ante mi persona. –ahora era el quien la abrazaba-

__ También creo eso. Tengo una debilidad hacia ti, cariño.

__ Que tonto –confesó, luego su novio se acomodó mejor y ella pudo depositar su cabeza en su pecho- ¿Qué hora es?

__ 08:30am.

__ Es tarde.

__ No tanto, ¿Cómo sigues? –pregunto- déjame verte.

__ Ayer me dijiste que iba a amanecer horrible, ¿para qué quieres verme?

__ Para cerciorarme que estas horrible pero bien.

__ Uy, no te soporto –el carcajeo y beso su frente-

__ ¿puedo confesarte algo?

__ Lo que quieras.

__ Hacia tanto tiempo que no despertaba con una mujer a mi lado.

__ Tanto tiempo, ¿hace cuánto?

__ 5 o 6 años, más o menos.

__ Es bastante.

__ Un poco.

__ Lo bueno es que voy a poder hacerte compañía hasta que decidas acompañarme a la policía.

__ Quiero que me hagas compañía toda la vida, Martina.

__ Y, ¿esta es una nueva faceta de ti? –pregunto- Fernando el romántico.

__ Siempre tienes una respuesta para algo –comento sonriendo- pero debo ser multifacético contigo, así no te aburrirás de mí.

__ Eso debería haberlo dicho yo.

__ Ni tanto, tú eres una cajita llena de sorpresas –admitió- pero es hora de levantarnos señorita, tenemos un largo día.

__ Es cierto.

Ambos se levantaron, Fernando entro de primero al baño mientras que Martina se colocaba sus tenis y acomodaba la cama en la cual había dormido con Fernando, esperando unos minutos, su novio salió y ella se apresuró a entrar, hizo sus necesidades y comenzó a lavarse su rostro, al verse en el espejo no dudo en maldecir a aquellos idiotas quien le hicieron esto, hasta que toques en la puerta del baño se hicieron presentes, ella abrió, dejando ver a Fernando con un cepillo de dientes.

__ No quiero que mi novia tenga un aliento de dragón, basta y sobra con ese rostro precioso. –Guiño su ojo-

__ Gracias por eso –sonrió y negó-

Volvió a cerrar la puerta para comenzar a cepillarse los dientes, cuando culmino, salió de este y se dirigió a la sala, sentándose así en el mueble, dejando ver a Fernando desde la cocina, preparando el café.

__ Ven aquí –dijo él, ella se encamino hacia su persona y lo abrazo por la espalda- hacer el café de esta manera sí que es mejor.

Y sí que lo era, Fernando se sentía en un mundo diferente estando con Martina, podía ser el mismo, tratarla con mimos y decirle cosas tan románticas que él ni se imaginaba. Esa mujer estaba haciendo algo completamente raro con su personalidad, pero eso no le molestaba en lo absoluto, extrañaba estar así con una persona, y quería que lo que sea que tuviese con Martina funcionara de una manera admirable.

SEÑORITA [Double S #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora