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Fernando al estar en la universidad lo primero fue dirigirse a la cafetería para saludar a Doña Olga, quien agudiza su vista y frunce su ceño al tenerlo cerca para preguntar;

__ ¿Qué te ha pasado, Fernando? ¿Por qué tan ojeroso?

__ Si le contara... -suspiro y acaricio su mano- necesito de un café bien cargado, por favor.

La mujer toda sorprendida, sonrió y asintió un par de veces

__ Al probarlo, te encantara –se dio media vuelta para preparar el café-

Sin embargo, las voces de sus alumnos al llamarlo, logran llamar su atención, haciendo que se girara para observarlos.

__ Profe, ¿no nos dará clase hoy? Llevamos rato esperándolo.

El hombre observo su reloj para devolverle la mirada

__ Dentro de 15 minutos estoy con ustedes, espérenme en el aula por favor.

Los chicos asintiendo a lo que decía el mayor, se despidieron para dirigirse a su ambiente de clase. Por otro lado, Olga llegaba con el café en mano para colocarlo frente a su persona.

__ Tenga mi profe –Fernando agradeció y se dispuso a degustarlo- ¿Qué tal?

__ No me puedo quejar –confesó, para colocar la taza en la repisa- En la jornada de ayer operaron a Martina de la catarata que tenía. Pasamos todo el día y la noche en el hospital.

__ ¡Dios! ¿Salió todo bien? –pregunto- recuerdo que a mi hermano, hace muchos años lo operaron de una catarata, duro poco, alrededor de 10 a 15 minutos y luego se vino a la casa –dijo, pero rápidamente acoto- ahora no entiendo por qué se tuvieron que quedar todo el día y la noche.

Acto por el cual, Fernando se puso pensativo, pero no queriendo darle más vueltas al asunto, se encogió de hombros y prosiguió.

__ Martina se sintió mal después de la cirugía por eso el doctor decidió dejarla hospitalizada –finalizo para culminar su café- Gracias por todo -saco de su billetera lo suficiente para costear su pedido e irse a su clase-

*

__ ¿Para cuándo la información, Héctor? –Inquirió Víctor enojado- ¿Hasta cuándo?

__ Lo siento, jefe. Dante no ha hecho acto de presencia durante todo este tiempo- Quien se hace cargo es su sobrino pero indirectamente.

__ ¿Lo has visto siquiera alguna vez? –pregunto Julio-

__ No, no lo conozco –dijo abrumado- hago lo que puedo...

__ Héctor, no quiero que hagas lo que puedas, quiero que hagas hasta lo imposible –expreso con determinación- ¿Dónde está, Williams?

__ No he tenido comunicación con él desde el día que irrumpieron en el hogar de su hija.

__ Solo espero que no esté tramando algo en contra de nosotros.

__ No será así, Julio –negó- de seguro sucedió algo con su familia.

__ Por el bien de él, que no sea así. Esta demás decirte que cualquier actividad que hagan o hagas, debes mantenerme al tanto. ¿Entendido?

__ Entendido, Víctor.

Despidiéndose; tanto Víctor como Julio se dirigieron a un lugar alejado de la ciudad para poderse encontrar con Eduardo Mariño, hombre en el cual conlleva cuentas pendientes con Dante, un poco más significativas en cuestión de tiempos pasados.

__ De no ser por esto, juraría que nunca más volvería a verte, Víctor Hidalgo.

__ No estoy para bromas, Eduardo.

SEÑORITA [Double S #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora