Cuando eran las 13:05H, Martina y Fernando se encontraban en la habitación, la primera nombrada estaba busca que busca en su armario que colocarse para poder ir a la casa de la madre de su novio, mientras que el segundo simplemente la veía tirar camisas por aquí, pantalones por allá para solamente reír.
__ Cariño, vayas como vayas igual le parecerás excelente.
__ Es que... -comento llegando a su lado- yo nunca he tenido una suegra y no sé cómo actuar en su momento, con las madres de mis amigos soy normal porque aja pero, esto es diferente, y, ¿si me corre con agua caliente?, ¡Ay Fernando!, ¿en dónde me has metido tú?-No obstante Fernando era pura risitas, no podía evitarlo, esto era muy gracioso para él- ¿por qué sigues riéndote? –pregunto-
__ ¿realmente nunca has tenido novio? -ella negó- ¿por qué?
__ Porque nunca he estado pendiente de tener una relación y mucho menos, siempre he estado centrada en mi trabajo y en la universidad. No te mentiré que si me han gustado chicos como es normal que suceda pero no pasa nada más de allí –confesó- hasta que llegaste tú y pusiste mi mundo de cabezas.
__ Qué raro –dijo frunciendo su boca- a mí me paso exactamente lo mismo.
__ ¡Si claro! –El sarcasmo le salió por los poros- ¿Cuántas novias has tenido?
__ Dos.
__ ¿Dos?
__ Si, solamente he tenido dos novias mi querida Martina.
__ Entonces, ¿yo soy la tercera?
__ No amor –sonrió- eres la segunda. –La cara de sorpresa de Martina era todo un poema-
__ ¿Cómo se llamaba tu primera novia y por qué terminaron?, en estos momentos se ha activado mi modo chismosa, así que, seré toda oídos.
__ Entonces, acuéstate a mi lado y pon la alarma a las 13:30H para correr a arreglarnos –ella sonrió y lo hizo- Bien, estuve con esa mujer durante cuatro años, su nombre es Sandra Figueroa.
Sandra: nombre de chica putita pensó Arti.
__ ¿4 años?, por Dios eso es mucho tiempo, ¿hacían del 2 mientras el otro se bañaba? –pregunto y Fernando no dudo en carcajear por eso-
__ Algo así, desde que murió Fernanda ella siempre estuvo a mi lado hasta que pudimos iniciar una relación como era debido, esa mujer era mi mundo y yo pensaba que era el de ella, todos los tres primeros años estuvieron excelentes, mi madre la amaba de igual forma su marido, incluso habíamos pensado en tener un hijo, siempre he querido conformar una familia porque Dios mío, amo tanto a los niños pero, el último año fue el descontrol total de la relación, me discutía sin necesidad, los días pasaron de ser una maravilla a convertirse en un constante infierno, ya ninguno de los dos nos soportábamos pero aun así, yo seguía queriéndola, me había acostumbrado tanto a ella que no quería dejarla así viviéramos de tal manera, hasta ese momento que me entere que mi novia con la que yo creía que pasaría toda mi vida, me había engañado durante año y medio con un hombre quien en ese instante en el que los vi, no supe reconocer pero al acercarme para enfrentarlos, cariño. Ese hombre era uno de mis mejores amigos, el dolor fue el doble, ambos me vieron la cara de idiota, me traicionaron y desde ese momento jure que ninguna mujer volvería hacerlo, olvidándome así de una familia, de tener hijos y de sentar cabeza.
__ ¿nunca más volviste a verla?
__ Nunca más y espero no hacerlo –confesó-
__ Te lastimo mucho, ¿verdad? –el asintió- esa perra –frunció su ceño- ¿Cómo pudo hacerte eso?, ¿acaso quiere morir? –Pregunto molesta cruzada de brazos-
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SEÑORITA [Double S #1]
RomanceDesde que Martina Hidalgo cumplió sus 18 años, ha querido experimentar todo lo que tenga que ver con el sexo, desde el punto más mínimo, hasta el punto máximo, pero había un pequeño detalle... Ella aún seguía virgen.