Al encontrarse al frente de la gran casa del señor Hidalgo, Martina sintió un cosquilleo en su abdomen y su corazón comenzó a galopear fuertemente, Lander al notarla de tal manera, palmeo su pierna y sonrió.
__ Tranquila que papá no te comerá.
Esta solo pudo negar para bajar del auto, hacia tantos años que no venía a este lugar, todo estaba igual que antes, la fuente, las estatuas, los columpios, las bancas, realmente todo se encontraba en el mismo sitio, recordando lo que vivió en esta casa, sintió tanto pesar y por un momento quiso arrepentirse de lo que estaba a punto de hacer pero los gritos de sus hermanos, lograron hacerla olvidar.
__ ¡Martina! –Dijeron al unísono-
Los dos corrieron para abrazarla y darle muchos besos.
__ ¿Cómo es que...? –Se giró a ver a Lander- ¿Cómo la convenciste?
__ Tu hermano mayor tiene sus trucos bajo la manga.
__ Pero tú no tienes mangas, Lander –confesó José y este solo pudo empujar su frente, burlándose- ¿qué?
__ Nada José, no le prestes atención a Jeremías.
__ ¿Jeremías? –Rio- hacía mucho que no te decían así –ahora era José quien se burlaba-
__ Dejen la necedad y no me digan ese nombre horrible.
__ Está bien, Jeremías. –Dijo Junior escondiéndose detrás de Arti-
Entre risas siguieron conversando en el portal de su casa, mientras eran observados por Víctor quien sintió una gran opresión en su corazón, las lágrimas recorrían su rostro al volver a ver a su hija, había crecido, ya era toda una mujer, arrepintiéndose por todo lo que había pasado en su pasado, decidió quitarse de la ventana para sentarse en su sillón y poner un poco de música.
__ Deberé resignarme a verte de lejos, hija. –Susurro-
Sin embargo, Arti estaba dándole largas a la conversación con sus hermanos para no entrar a la casa pero Lander ya se había dado cuenta de la situación y con bastante agilidad hizo que los gemelos la convencieran; no obstante cuando Candelaria observo a Martina en su casa, no dudo en fruncir su ceño y cruzarse de brazos.
__ ¿Qué haces en mi hogar? –pregunto-
__ Mamá –intervino Lander-
__ Solo vine a visitar a los gemelos y...
__ Vete de aquí –inquirió- después que maltratas a los gemelos, le dices tantas cosas que ellos no soportan oír, no te preocupas por tu padre el cual estuvo varios meses hospitalizado por su enfermedad y ¿vienes a este lugar como si nada hubiese pasado?, no seas tan descarada Martina, te has vuelto igual o peor que tu madre.
Martina podía ser cualquier cosa pero jamás dejaría que la compararan con su madre, así que con un fuerte manotazo a la puerta la observo con ganas de molerla a golpes.
__ Se lo que he hecho y por eso estoy aquí para disculparme con ellos pero no significa que deba aguantar las idioteces que estás diciendo, porque así como esta es la casa de Lander y de los gemelos, también es mía ya que Víctor Hidalgo igualmente es mi padre.
__ ¿Ahora si lo es? –Se burló- solo quieres su dinero Martina y nada más.
__ ¡Mamá! –Exclamo uno de los gemelos- no le digas eso a Arti.
__ Ella no es así, por favor. Deja de gritarle.
__ ¿su dinero? –negó apretando sus puños- estaré aquí para poder ver a los gemelos, para conversar con papá, para poder compartir con ellos pero jamás por su dinero, para eso trabajo Candelaria, cosa que te das el lujo de no hacer, yo se mantenerme por mi misma pero tú –negó con su cabeza- solo esperas que mi papá te de su tarjeta de crédito o cualquier cheque para poder vivir. Haber dime algo –se acercó a ella pero Lander la detuvo- ¿Qué harías si no estuvieses con papá?, ¿Cómo te mantendrías?, mejor aún, ¿Cómo le darías de comer a los gemelos? –ella no dijo nada y Arti exploto- ¡Responder Joder!, ¿por qué no lo haces?, porque sabes que tengo la maldita razón, porque no eres nadie, porque solo piensas en ti, y en lo que está a tu alrededor. Solo en eso, siempre ha sido así y mierda Lander –se giró a verlo- fue una pésima idea venir aquí.
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SEÑORITA [Double S #1]
RomansaDesde que Martina Hidalgo cumplió sus 18 años, ha querido experimentar todo lo que tenga que ver con el sexo, desde el punto más mínimo, hasta el punto máximo, pero había un pequeño detalle... Ella aún seguía virgen.