La carta de Hogwarts... El Callejon Diagon

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Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas

6 minuto

Harry, Ginny y Ron seguían construyendo El fuerte de almohadas

4 minutos

El Fuerte de almohadas se derrumbó cuando Ron se tropezó y cayó encima de el

1 minuto

Vuelven a hacer El Fuerte de almohadas

30 segundos

Ginny amenaza a Ron de muerte si vuelve a tropezarse

7 segundos

Se meten adentro del fuerte

5 segundos

Ron jura ver un monstruo

3 segundos

No eran un monstruo era una lechuza

1 segundo

La lechuza se acerca más

Fin

¿Era un sueño?
Porque si era un sueño que jamás lo despertaran.
¿Era enserio qué tenía en sus manos la carta de Hogwarts?

-¡Woah! -exclamo Ron
- Ábrela - dijo Ginny

Con las manos aún temblandolé de la emoción abrió la carta

Señor H.Potter
Cuarto del fondo.
Mansión Potter

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA

Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos,
Jefe Supremo, Confederación
Internacional de Magos).

Querido señor Potter:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en
el Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y
los libros necesarios.

Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza
antes del 31 de julio.

Muy cordialmente, Minerva McGonagall
Directora adjunta

(...)

Bienvenido —dijo Sirius — al callejón Diagon.

Sonrió ante el asombro de Harry Entraron en el pasaje. Harry
miró
rápidamente por encima de su hombro y vio que la pared volvía a cerrarse.

El sol brillaba iluminando numerosos calderos, en la puerta de la tienda
más cercana. «Calderos - Todos los Tamaños - Latón, Cobre, Peltre, Plata - Automáticos - Plegables», decía un rótulo que colgaba sobre ellos.

—Sí, vas a necesitar uno —dijo Remus — pero mejor que vayamos primero
a conseguir el dinero.

》》》

Veinte minutos más tarde, salieron del Emporio de la Lechuza, que era
oscuro y lleno de ojos brillantes, susurros y aleteos. Harry llevaba una gran jaula con una hermosa lechuza blanca, medio dormida, con la cabeza debajo de un ala.

- Ahora nos queda solamente Ollivander, el único
lugar donde venden varitas, y tendrás la mejor. - habló Sirius- Yo rompí 7 tinteros - dijo con orgullo, Remus rodó los ojos- Moony rompió 10 - le susurró

Una varita mágica... Eso era lo que Harry realmente había estado
esperando.
La última tienda era estrecha y de mal aspecto. Sobre la puerta, en letras
doradas, se leía: «Ollivander: fabricantes de excelentes varitas desde el 382 a.C.». En el polvoriento escaparate, sobre un cojín de desteñido color púrpura, se veía una única varita.

Harry y Ginny: Una historia descabellada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora