Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas
Hay veces en la que Harry Potter tenía que quedarse en la madriguera porque tanto como Sirius y Remus tenían que estar fuera de casa.
Esta era una de esas veces.Los gemelos, Ron, Harry y Ginny bajaron a cocinar.
La cocina era pequeña y todo en ella estaba bastante apretujado. En el
medio había una mesa de madera que se veía muy restregada, con sillas
alrededor.
El reloj de la pared de enfrente sólo tenía una manecilla y carecía de
números. En el borde de la esfera había escritas cosas tales como «Hora del té», «Hora de dar de comer a las gallinas» y «Te estás retrasando». Sobre la repisa de la chimenea había unos libros en montones de tres, libros que tenían títulos como La elaboración de queso mediante la magia, El encantamiento en la repostería o Por arte de magia: cómo preparar un banquete en un minuto. Y, a menos que Harry hubiera escuchado mal, la vieja radio que había al lado del fregadero acababa de anunciar que a continuación emitirían el programa «La hora de las brujas, con la popular cantante hechicera Celestina Warbeck».Habían iniciado a comer, entre bromas y risas, mientras la Sra. Weasley seguía poniéndoles más comida.
—Estoy que reviento —dijo Fred, bostezando y dejando finalmente el
cuchillo y el tenedor—. Creo que me iré a la cama y..
—De eso nada —interrumpió la señora Weasley—. vete a desgnomizar el jardín, que los gnomos se están volviendo a desmadrar.
—Pero, mamá...
—Y vosotros tres, id con él —dijo ella, mirando a Ron,Ginny y Fred—. Harry, cielo, si quieres puedes ir —dijo a HarryPero Harry, que no tenía nada de sueño, dijo con presteza:
—Yo los Ayudaré
—Eres muy amable, cielo, pero es un trabajo aburrido —dijo la señora
Weasley—. Pero veamos lo que Lockhart dice sobre el particular.Y cogió un pesado volumen de la repisa de la chimenea. George se quejó.
—Mamá, ya sabemos desgnomizar un jardín.
Harry echó una mirada a la cubierta del libro de la señora Weasley.
Llevaba escritas en letras doradas de fantasía las palabras «Gilderoy Lockhart: Guía de las plagas en el hogar». Ocupaba casi toda la portada una fotografía de un mago muy guapo de pelo rubio ondulado y ojos azules y vivarachos.Como todas las fotografías en el mundo de la magia, ésta también se movía: el mago, que Harry supuso que era Gilderoy Lockhart, guiñó un ojo a todos condescaro. La señora Weasley le sonrió abiertamente.
—Es muy bueno —dijo ella—, conoce al dedillo todas las plagas del hogar,
es un libro estupendo...
—A mamá le gusta —dijo Fred, en voz baja pero bastante audible.
—No digas tonterías, Fred —dijo la señora Weasley, ruborizándose—. Muy bien, si crees que sabes más que Lockhart, ponte ya a ello; pero ¡ay de ti siqueda un solo gnomo en el jardín cuando yo salga!Entre quejas y bostezos, los Weasley salieron arrastrando los pies,
seguidos por Harry. El jardín era grande ; estaba lleno de maleza y el césped necesitaba un recorte, pero había árboles de tronco nudoso junto a los muros, y un gran estanque de agua verde lleno de ranas.Se oyó el ruido de un forcejeo, la peonía se sacudió y Ron se levantó,
diciendo en tono grave:—Esto es un gnomo.
—¡Suéltame! ¡Suéltame! —chillaba el gnomo.Desde luego, no se parecía a papá Noel: era pequeño y de piel curtida, con una cabeza grande y huesuda, parecida a una patata. Ron lo sujetó con el brazo estirado, mientras el gnomo le daba patadas con sus fuertes piececitos.
Ron lo cogió por los tobillos y lo puso cabeza abajo.
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Harry y Ginny: Una historia descabellada
FanfictionLumus Harry y Ginny siempre han sido amigos desde niños. Al tiempo en que crecían, su amistad evolucionaba. Una guerra empezará y Voldemort no sólo será el enemigo. Morgana, una antigua y muy poderosa bruja medieval, se nos unirá en esta historia...