My Utopia - Taekook/Vkook Omegaverse

❄ Capítulo 6 ❄

Narra Jackson

- Jungkookie se ve muy fuerte como para ser un omega ¿no crees Tae? – pregunté a un Taehyung que miraba concentrado la lámina de rayos x en donde se apreciaba tres costillas rotas de un torso delgado – Cualquier otro omega en su lugar no podría ni estar consciente en sus condiciones.

- Jungkook – el contrario se dispuso a hablar finalmente todavía observando la lámina extendida en su mano – no es como cualquier otro omega – dijo con una voz grave y profunda.

Y no podría estar más en lo cierto, Jackson sabía que Jungkook había recibido un tratamiento distinto a cualquier otro omega, un suero tan fuerte que le había salvado de morir. Pero lo que este no sabía es que ese mismo omega no había llegado a su amigo en forma humana, sino en forma de lobo. Y seguramente Taehyung no se lo contaría hasta recibir el permiso del mismo omega, ya que consideraba que esa información no le pertenecía y debía respetar la confidencialidad de los asuntos del omega.

- ¿ah no? Y ¿qué lo hace diferente? – pregunté con una sonrisita en mis labios. Tae notó el cambio de tono y me dirigió una mirada seria.

- No puedo decírtelo – respondió. No pude evitar formar una o en mi boca al quedar tan sorprendido por la respuesta. Tae y yo nunca nos ocultábamos nada, somos amigos desde hace muchos años y siempre nos contábamos absolutamente todo.

- ¡¿Vamos a tener secretos en esta relación Tae?! – exclamé indignado llevándome una mano al pecho – tantos años de relación y ahora viene un omega a romper toda nuestra confianza... ¿qué hice mal Tae? – sollozaba dramáticamente tirándome al piso.

- Ya, ponte de pie idiota – dijo riéndose – sabes que nunca te he ocultado algo mío, pero esto es algo de él. Así que no puedo – tendió una mano inclinándose levemente.

- Tae... si ya no me amas solo dilo, hace tanto que no vienes a verme, ya no salimos como antes, ya no me tocas como antes, ya no lo hacem- fui interrumpido antes de terminar por unas manos que se situaron en mis hombros y un rostro a centímetros del mío portando una sonrisa cuadrada de la cual salían carcajadas escandalosamente fuertes.

- Ya detente, está bien, lo admito – dijo entre risas – me he apartado un poco pero sabes que es por el trabajo.

Nos pusimos de pie entre risas y acomodamos nuestras batas blancas. Hace tanto que no jugábamos de esta forma, le había extrañado mucho.

- Tienes que recompensarme - puchereé.

- Lo haré, dime que quieres y te lo daré – acarició mi mejilla con cariño.

- Quiero... - llevé una mano a mi mentón tomándome mi tiempo para pensar - boletos para el partido de New York Kincks para la siguiente semana.

- Hecho – aceptó con seguridad.

En ese momento escuchamos un pitido proveniente de la pantallita en la puerta que mostraba una clara imagen de la entrada del edificio. Al parecer el pedido que hice ya había llegado.

Juntos nos encaminamos hacia la entrada donde encontramos a un muchacho apoyado en su motocicleta esperando con una bolsa en donde suponía estaban todas las cosas que había pedido. Tae estaba pagando con su tarjeta agradeciendo al joven por la espera mientras que yo observaba la calle a través de las barras de metal que formaban la reja.

Ahí fue cuando lo vi, a unos metros de distancia, corriendo concentrado en su camino, las gotas de sudor bajando por su delineado rostro. Podía sentir como el tiempo se detenía a mi alrededor permitiéndome disfrutar cada detalle del precioso ser que pasaba cerca. Sus ojos castaños se toparon con los míos por unos segundos, podía sentir como mis pulmones habían dejado de funcionar porque el aire ya no entraba. Tragué saliva al ver la pequeña curvatura que formaron sus apetecibles labios en una sonrisa. Poco a poco se acercaba a mi posición obligándome a respirar y recomponerme.